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'Estados Unidos Primero' le ha dado pie a 'Estados Unidos tiene que ponerse al día' mientras los países se preparan para reunirse en la ONU

La Asamblea General de las Naciones Unidas se reúne la próxima semana en momentos en que disminuye la confianza internacional en la istración Trump. Lo anterior no es una sorpresa, dado el desprecio filosófico de la istración Trump hacia la ONU y la implacable personalización de la política exterior estadounidense por parte del presidente.
Opinión
Fue Embajador de Estados Unidos en Panamá y es analista político de Univision.
2019-09-12T12:35:57-04:00
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El presidente Donald Trump mientras daba su discurso ante la Asamblea General de la ONU. Crédito: John Moore/Getty Images

La próxima semana, la diplomacia mundial y la infame congestión vehicular de la ciudad de Nueva York volverán a chocar en la apertura de la 74ª Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La reunión anual de septiembre reúne a los líderes mundiales para una semana de debates, que en la práctica son simplemente una serie de discursos. Aun así, sigue siendo la máxima cumbre geopolítica del mundo desde la fundación de la ONU en 1946. Algunos líderes aprovechan esta oportunidad para promocionar sus países y políticas. Otros, como Cuba y Venezuela, la usan habitualmente para culpar a Estados Unidos de todos sus problemas.

Las potencias mundiales como China y Estados Unidos suelen exponer sus visiones para el liderazgo internacional. Otros se enfocan en la colaboración internacional para abordar la guerra y la paz o la pobreza y el desarrollo. Tanto los demócratas como los dictadores pueden hablar sin censura. Luego se van a casa, dejando que sus diplomáticos se entretengan con los detalles de las resoluciones y los innumerables programas humanitarios, de mantenimiento de la paz, de derechos humanos y otros programas altamente técnicos de la ONU.

Los problemas cambian, pero las relaciones de poder subyacentes en la ONU se han mantenido sumamente constantes durante más de 70 años. Estados Unidos, tanto como nación anfitriona como por su condición de potencia económica y militar más poderosa del mundo, era el gran titular indiscutible en la ONU. El resto del mundo, tanto partidarios como detractores, competían por la influencia. La nuestra era una cuestión de realpolitik práctica.

Ese statu quo a largo plazo ha comenzado a cambiar bajo el mandato del presidente Trump, según varios observadores, incluyendo altos funcionarios del Departamento de Estado, como se informó recientemente en Foreign Policy. Parece que 'Estados Unidos Primero' le ha dado pie a 'Estados Unidos tiene que ponerse al día', al menos en la ONU. Las razones para este inquietante escenario son el desprecio filosófico de la istración Trump hacia la institución y la implacable personalización de la política exterior estadounidense por parte del presidente.

El recientemente despedido asesor de seguridad nacional John Bolton, quien anteriormente fuera embajador ante la ONU, odia a este organismo, y una vez sugirió que "si desaparecieran los diez pisos superiores del edificio de la ONU, nada cambiaría". Cuando se le preguntó el año pasado sobre la gran cantidad de vacantes diplomáticas de alto nivel, Trump, previsiblemente, se refirió a sí mismo: "Ellos no importan. Yo soy el único que importa". Definitivamente él sí importa, pero ha demostrado repetidamente que entiende poco sobre geopolítica mundial.

Tras la sorpresiva renuncia de Nikki Haley el año pasado, el liderazgo de la delegación más grande en la ONU se había quedado vacío hasta ahora. Haley, ex gobernadora y hábil política, recibió calificaciones sólidas por cortejar asiduamente a la burocracia de la ONU mientras que a su vez impulsaba las polémicas prioridades de Trump, entre ellas el reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel y la retirada unilateral del acuerdo nuclear de Irán.

Pero la propia grandilocuencia del presidente y la impredecible conducción de la política exterior mediante el caos de Twitter a menudo socavaron la labor de Haley. Esa práctica resultó evidente recientemente tras la sorprendente revelación de Trump sobre una reunión secreta en Camp David con los talibanes, que en principio se había programado para la semana del 11 de septiembre y posteriormente se suspendió.

El propio Bolton quedó abrumado por la caprichosa toma de decisiones del presidente. ¿Acaso resulta sorprendente que Trump provocara risas burlonas por parte de la audiencia de la ONU el año pasado cuando afirmó que su istración "había logrado más que casi cualquier otra istración en la historia de nuestro país"? Amigos y enemigos parecen uniformemente en desacuerdo con esa afirmación.

La nueva representante de Estados Unidos ante la ONU, Kelly Craft, acaba de llegar a Nueva York tras su confirmación en julio. Su primer trabajo es "presentar" al presidente Trump, pero literalmente llegará ella sola. No debemos esperar ningún entendimiento o consejo profundo por parte de Craft, recaudadora de fondos para Trump con menos de un año de experiencia diplomática como enviada a Canadá, destacable sólo por su ausentismo por motivo de asuntos personales.

Los demócratas del Senado tomaron la inusual medida de publicar un informe durante su confirmación en el que declararon que ella no poseía "las credenciales, el conocimiento ni la experiencia necesarios para el puesto".

Mientras tanto, los desmoralizados diplomáticos de la misión estadounidense en Nueva York, obediente pero infructuosamente, continúan promoviendo la hostil agenda de Trump en la ONU, con muy poco éxito contra rivales como China y Rusia. Estos países se han esforzado durante los últimos tres años por ocupar el "vacío gigante" que esta istración ha dejado entre ella y sus aliados tradicionales, como ha comentado el Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania.

China, en particular, ha tenido bastante éxito en obtener apoyo para su 'Iniciativa de la Franja y la Ruta', de desarrollo global, a pesar de los intentos estadounidenses de contrarrestarla. Además, recientemente ganó varias elecciones en la ONU para colocar a sus burócratas a cargo de varias agencias subsidiarias de este organismo.

Algo que resulta igualmente inquietante es que la oficina del Departamento de Estado que brinda cruciales apoyo y orientación al equipo de la ONU fue severamente criticada recientemente por el propio Inspector General del Departamento de Estado por perpetrar represalias por motivos políticos contra del personal profesional a quienes se les considera insuficientemente pro-Trump.

El Subsecretario de Estado celebró recientemente una asamblea abierta en la que itió francamente que él y otros líderes no protegieron al personal profesional como deberían haberlo hecho ... y que China está avasallando a Estados Unidos en la ONU.

A pesar de las promesas bien intencionadas de intensificar el enfoque de la istración en la ONU y recuperar nuestra influencia, el mea culpa generó poco entusiasmo entre el desanimado y diezmado personal de apoyo de la ONU en Washington, según reportó Foreign Policy.

Más cerca de nosotros, en el hemisferio occidental, podemos esperar muy poco liderazgo estadounidense o que tenga un impacto mínimo. El diplomático estadounidense de alto rango para la región se desempeña con carácter interino desde la renuncia de la subsecretaria Kim Breier el 30 de agosto.

Se espera que Venezuela sea el único foco de atención de alto nivel por parte de Estados Unidos. Quizás el secretario Pompeo se reúna con el Grupo de Lima y celebre una sesión bilateral con los colombianos.

Aunque es algo positivo — si se producen estas reuniones — tradicionalmente los líderes de las regiones han tenido un mayor al Secretario de Estado y a los principales líderes en las reuniones al margen de las actividades formales de la semana. Como ya es habitual en la istración Trump, reina la confusión y nada se finaliza... excepto el discurso programado del presidente Trump para el 24 de septiembre.

La mayoría de los observadores ya saben qué esperar de ese discurso.

Esperemos que no se rían a carcajadas como hicieron el año pasado.

Nota : La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.


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