Maestra, madre e ingeniera: los diferentes caminos que llevan a la enseñanza

Como parte de nuestra campaña Nuestros Maestros en conjunto con Pearson, te traemos esta serie de entrevistas con maestros hispanos que han sido nominados por su comunidad como agentes de cambio en la vida de sus estudiantes.
Nancy Ureña Reid hoy enseña computación e informática en la secundaria Lincoln High School en San José, California, donde es la coordinadora de los programas de STEM, o Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés. Pero Nancy ya ha vivido tres vidas: en la industria de la tecnología, en el hogar y ahora en las aulas. Nos cuenta cómo su afán por aprender la llevó a descubrir su pasión: enseñar.
¿Cuándo y por qué decidiste ser maestra?
Cuando me mudé de vuelta a California, de donde soy yo, eduqué yo misma a mi primer hijo en casa. Fue ahí que me di cuenta de lo mucho que disfruto enseñar. Entonces mi madre me dijo que podía cuidar a mis dos hijos pequeños y mi esposo me apoyó mientras yo iba de vuelta a la escuela.
¿Qué camino tomaste para convertirte en maestra? ¿Seguiste la ruta tradicional?
No seguí la ruta tradicional. Enseñar es mi tercera carrera. Primero, fui ingeniera de sistemas, luego madre y ama de casa, y luego profesora. Las primeras dos carreras ayudaron a moldearme como maestra. Vi muchas maneras de aplicar mi trabajo en la industria (tecnológica) a la enseñanza y creo que mi experiencia como madre me dio más compasión y mejor comprensión de mis estudiantes.
En tu experiencia, ¿qué ha sido lo más satisfactorio de trabajar en educación?
Me di cuenta que había un nicho para enseñar tecnología en la academia y en los programas de tecnología y computadores en mi escuela (cuando eres ingeniero, eres ingeniero de por vida. A los ingenieros les gusta preguntar y explorar mucho). Sé lo suficiente para ayudar a mis estudiantes a empezar y de ahí en adelante ellos despegan y prosperan en su experiencia de la tecnología.
Otro aspecto importante: yo aprendo de mis estudiantes que usan tecnología. Aprender y trabajar con tecnología es un esfuerzo colaborativo. Lo que me encanta de la tecnología es que siempre se está actualizando y me encanta aprender cosas nuevas.
¿Por qué crees que es importante tener maestros latinos, como tú, en las aulas?
Quiero que todos mis estudiantes, especialmente los latinos, sepan que pueden programar. Si yo lo puedo hacer, también lo pueden hacer ellos. La gente piensa que es un misterio, pero no lo es. Hay una necesidad tan grande de más programadores y una fuerza laboral en STEAM (ciencias, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas). He trabajado en esta industria y no muchos profesores han tenido la experiencia que yo tengo. Yo soy un ejemplo y un modelo a seguir para ellos. Sé lo que es trabajar en alta tecnología. Yo les puedo dar un vistazo de cómo es y así ayudar a prepararlos mejor. Tener una fuerza laboral diversa en tecnología es mejor para nuestros negocios y compañías y es especialmente bueno para nuestras comunidades latinas.
¿Qué has aprendido de ser profesora? ¿Qué has aprendido de tus estudiantes?
He aprendido que me apasiona enseñar, igual que mis maestros favoritos. Ayudar a mis estudiantes es como mis profesores me enseñaron y como me ayudaron como estudiante.
Cuéntanos sobre tus padres. ¿Ellos te inspiraron a ser profesora?
Creo que siempre he estado rodeada de gente a la que le gusta enseñar. Y a mí me encanta aprender y hacer preguntas.
Tanto mi mamá como mi papa fueron excelentes modelos a seguir para mí. Ambos trabajan duro y fueron mis primeros profesores. A mi papá le gustaba curiosear con el carro, o armar y desarmar algún tipo de proyecto en casa. Siempre estaba construyendo o arreglando algo. Mi mamá era una excelente cocinera, entonces yo la veía en acción durante sus actividades culinarias. Todos mis familiares venían a nuestra casa porque la Tía Esperanza era una cocinera tremenda. Todavía sigo aprendiendo de mi mamá de sus recetas y mi papá me sigue dando consejos de cómo arreglar mi casa. Gracias a mis padres, me considero una latina híbrida (me encanta cocinar y usar tecnología).
Creo que, porque soy la mayor y soy la única mujer de cinco hijos, por defecto siempre tuve una posición de maestra. Tenía que cuidar a mis hermanos y ayudarlos con sus tareas. Siempre les estaba diciendo lo que tenían que hacer. Además, me gusta ser una líder.
Siempre estuve rodeada de gente que le gusta enseñar: como mis abuelitas, las dos me enseñaron a tejer y a hacer crochet. Mis maestros y mentores en la escuela y en la iglesia fueron maestros fantásticos. Me encantaba cómo enseñaban y cómo interactuaban con nosotros los estudiantes. Disfruté mucho aprender de mis profesores y mentores y quise hacer lo mismo para otros. Es grandioso lo que se siente al ayudar a otros: no tiene precio.
Para aprender más sobre la importante labor de los profesores latinos, visita nuestro proyecto en conjunto con Pearson, Nuestros Maestros.