Cómo el rastro de las redes sociales ayuda a resolver casos de muertes por sobredosis de fentanilo en EEUU
Una pastilla que era “fuerte como el infierno” le arrebató la vida a Clark Jackson Salveron, de 15 años. Su familia lo encontró desmayado en su recámara la mañana del 13 de mayo de 2021. Los paramédicos que llegaron a su casa en San Diego, California, confirmaron la muerte del adolescente.
La causa del fallecimiento de Salveron, quien estudiaba el segundo grado en la preparatoria Coronado, fue una “intoxicación aguda por fentanilo”, según determinó el médico forense.
No fue difícil encontrar a quien le vendió lo que el chico pensaba era una píldora de oxicodona, un potente analgésico que causa adicción. La computadora portátil del menor quedó encendida y en su cuenta de Instagram había una conversación con un que se hacía llamar “Chefkaylar”.
Durante la noche anterior de la muerte del chico, ambos negociaron en privado la compra de “percs”. El distribuidor jamás le advirtió que le daría fentanilo, solo que era una droga “fuerte como el infierno” y le recomendó que consumiera la mitad de la pastilla para evitar una tragedia.
Los registros de la empresa Meta, dueña de Instagram, revelaron que “Chefkaylar” era el pseudónimo que usaba Kaylar Junior Tawan Beltranlap, de 21 años. Él indicó en la plataforma que vivía en San Diego. Al día siguiente de que recibieron esta información, los policías fueron a su domicilio para arrestarlo.
Beltranlap reconoció que vendía fentanilo por Instagram y Snapchat. Se declaró culpable de un cargo de distribución de fentanilo resultando en una muerte y en enero lo sentenciaron a 13 años de prisión.
Debido a que los traficantes están vendiendo fentanilo sobre todo por medio de las redes sociales, el rastro electrónico de esas transacciones está ayudando a las autoridades a capturarlos.
Las conversaciones con sus víctimas quedan registradas en sus celulares y computadoras. A veces son las últimas charlas que sostuvieron antes de que los efectos del opioide sintético los hicieran agonizar.
Salveron ni siquiera pudo apagar su laptop y su familia se enteró demasiado tarde de lo que le había pasado. “Clark tenía una vida plena y ahora se ha ido. Nunca veré a mi hijo graduarse de la preparatoria, ir a la universidad, casarse y darme nietos”, lamentó su madre en un memorando de sentencia. “Nunca me recuperaré de la sobredosis de mi hijo mayor y de que me lo quitaron”.
El adolescente fue recordado por sus seres queridos como alguien alegre, amable, dulce, servicial y que era un modelo para sus hermanos gemelos.
“Lo extraño mucho. Lloro todos los días. Pienso en él todo el día. Todavía no puedo creerlo”, expresó el padre del menor en una carta. “Todo lo hacía con mi hijo. Ya no salgo. Caminábamos, andábamos en bicicleta, era mi compañero en la naturaleza”.
Fentanilo en Facebook, Instagram y TikTok
La istración para el Control de Drogas (DEA) dio a conocer el viernes que habían arrestado a más de 3,300 pandilleros y operadores de los carteles de Sinaloa y Jalisco (CJNG) que distribuían fentanilo en este país.
En gran mayoría de las 1,436 investigaciones que conformaron la operación Last Mile (última milla) los traficantes se comunicaron por Facebook, Instagram, TikTok, Snapchat, WhatsApp, Telegram, Signal, Wire y Wickr, de acuerdo con la DEA.
“Lo que hemos visto que hacen los carteles en las redes sociales son dos cosas: proveedores, vendedores y pandillas violentas que trabajan para los carteles se comunican usando las redes sociales y aplicaciones encriptadas; y buscan clientes” en esos sitios, explicó Anne Milgram, a de la DEA, en una entrevista reciente con la cadena CNN.
Un total de 220 casos abiertos en Last Mile estaban vinculados a Facebook, 168 a Messenger, 99 a Instagram y 99 a WhatsApp. La propietaria de estas plataformas, Meta, había declarado que estaba desarrollando tecnología para encontrar y eliminar contenido relacionado con la venta de droga.
Más de 100 millones de estadounidenses tienen cuentas en las redes sociales, incluyendo niños, que se han vuelto el nuevo objetivo de los carteles. Con el objetivo de atraerlos ahora elaboran fentanilo “arcoíris” en forma de caramelo y con colores vistosos. También lo elaboran imitando pastillas legítimas.
Diamond Lynch, de 20 años y residente de Washington DC, compró por Instagram lo que pensaba era una píldora de Percocet, un medicamento recetado que alivia dolores musculares de medianos a intensos. Pero no sabía que la pastilla era falsa y contenía el peligroso fentanilo. “Murió casi de inmediato”, lamentó Milgram en una entrevista con Fox News.
Lynch perdió la vida mientras preparaba la fiesta de cumpleaños de su hijo de un año. La persona que le vendió la droga fue capturada en el operativo Last Mile. Los detectives le siguieron la pista a partir de su cuenta de Instagram y llegaron hasta los distribuidores de la droga que operaban en Los Ángeles. Más tarde descubrieron que la fuente de sus cargamentos era el Cartel de Sinaloa.
Este lunes, la oficina de la DEA en Los Ángeles y agencias policiales de California anunciaron otros 12 casos criminales contra distribuidores de fentanilo ligados a varias muertes por sobredosis en la región.
Uno de ellos, Joshua Villegas, de 25 años, usaba Instagram para estar en o con sus clientes. Uno de ellos, su vecino en un complejo de apartamentos en la ciudad de Torrance, perdió la vida por consumir su producto el 30 de mayo de 2020, de acuerdo con la acusación.
Villegas, alias ‘Midget 13’, fue arrestado el 21 de abril bajo sospecha de haber distribuido una dosis mortal de fentanilo y se declaró inocente. El inicio de su juicio se programó para el próximo 13 de junio.
“Las plataformas de redes sociales han hecho que el fentanilo esté ampliamente disponible para cualquier persona con un teléfono inteligente y ha hecho de cada vecindario un mercado de drogas al aire libre”, declaró Bill Bodner, titular de la DEA en Los Ángeles, al referirse a estos 12 casos penales.
“Las tácticas engañosas de publicidad utilizadas por los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación han creado una gran cantidad de víctimas que, sin saberlo, consumieron fentanilo sin anticipar que sufrirían daños o morirían”, agregó el funcionario.
El fentanilo ahora es mezclado con varios narcóticos, como la cocaína y la heroína, para elevar su potencia. Esa nueva modalidad está llevando a que cada año mueran 70,000 estadounidenses.