Familias asesinadas, pueblos devastados: por qué México condena que AMLO ordenara identificar al militar a cargo de la fallida detención del hijo de 'El Chapo'
Días antes de Navidad en 2009, Irma Córdova despedía a su hijo, el infante de la Marina mexicana Melquisedet Angulo Córdova. A ella le habían dado una bandera de México, una pensión vitalicia; a él le habían hecho un homenaje por su valor, pues murió en la operación que el 16 de diciembre de ese año acabó con la vida del capo mexicano Arturo Beltrán Leyva, considerado uno de los líderes del narcotráfico más sanguinarios, y también con la de seis de su cártel.
Con apenas 30 años, Córdova formaba parte de una unidad de élite que combatía a grupos criminales. Tras su muerte la Secretaría de Marina reveló su nombre y su funeral fue público; ellos mismos dieron las coordenadas.
Dos días después del sepelio, poco antes de la medianoche del lunes 21 de diciembre, un comando armado con fusiles de asalto irrumpió en la casa de Irma Córdova en Tabasco, mientras todos dormían. La asesinaron a ella; a los hermanos del marino, Yolidabei, de 22 años, y Benito, de 28; y a su tía Josefa Angulo. Una hermana del joven resultó herida de gravedad. Según la prensa local, en la casa hallaron 25 casquillos de AR-15, cuatro de calibre .45, un cartucho de AK-47 y otro calibre .223.
Todas las crónicas que narran la historia y las opiniones de especialistas en ese tiempo hablaban de una represalia, de una revancha por la muerte de Beltrán Leyva.
"Estos condenables hechos son una muestra de la falta de escrúpulos con la que opera el crimen organizado, atentando contra vidas inocentes", reclamó el presidente de México para la época, Felipe Calderón. "No habremos de amedrentarnos por críminales sin escrúpulos, como quienes cometen esta clase de barbarie", agregó.
El panista y entonces presidente de la comisión de Marina del Senado de México, Sebastián Calderón Centeno, exigió más seguridad y resguardo de las identidades de los efectivos que participan en esta clase de operativos. Y así se había hecho hasta este jueves.
"Ese es su apellido"
Por sucesos como el asesinato de la familia Angulo es que las redes sociales y los mexicanos estallaron en críticas luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador le ordenara el jueves a su secretario Defensa, Luis Cresencio Sandoval González, que revelara el nombre del oficial a cargo del Grupo de Análisis de Información sobre Narcotráfico (GAIN), el grupo élite que coordinó Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín 'El Chapo' Guzmán y quien maneja una de las facciones del cártel de Sinaloa.
"El que es el comandante de este grupo de análisis de información del narcotráfico de la secretaría a nivel nacional, el que dirige todos los esfuerzos, es el teniente coronel Verde, ese es su apellido", dijo Sandoval al obedecer la orden del mandatario. Y así siguió dando información sobre su rango, sus labores de inteligencia y cómo actúa: "A él llegan todos los datos y va moviendo a los diferentes efectivos para desarrollar las operaciones", agregó.
Las reacciones se leyeron en distintos niveles porque, además, lo ocurrido con la familia del infante de Marina en 2009 es apenas uno de cientos de casos que ilustran la violencia con la que actúan los cárteles contra quienes dan información sobre sus operaciones o los traicionan, quienes se niegan a unirse a sus filas o contra funcionarios de distintas instancias de gobierno. Uno de los casos clave que también muestran esa violencia descarnada es la matanza de Allende en 2011, ocurrida en el estado de Coahuila, a casi 40 millas de la frontera con Texas.
En ella desapacieron al menos 300 personas en una operación que grupos criminales ejecutaron durante tres semanas. Los hermanos Miguel Ángel Treviño (alias Z40) y Omar Treviño (el Z42), exlíderes del cártel de los Zetas, sospecharan que había tres de su organización colaborando con Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA). Uno de los sospechosos para ellos era habitante de Allende, así que para "castigar su deslealtad" los Zetas fueron ocupando el poblado y desapareciendo a mujeres, niños y hombres a destajo. La policía no intervino. El pueblo quedó devastado.
Con lo ocurrido el jueves, una de las voces que se escuchó fue la del expresidente de México Felipe Calderón (2006-2012), quien consideró que la decisión de López Obrador fue irresponsable y exigió que se protegiera a la familia del teniente coronel que dirigió la operación de captura de Ovidio Guzmán.
Los senadores también reclamaron que la revelación pone en riesgo no solo al militar, sino a su familia y a quienes le rodean.
Y desde la prensa, Miguel Ángel Vega, un periodista que desde hace 15 años ha cubierto el tema de narcotráfico en la publicación mexicana Ríodoce, se pregunta si López Obrador habría revelado el nombre del responsable de la operación si se tratara de un familiar suyo. "Si alguno de los de la facción de los 'chapitos' quisiera vengarse de este militar, él lo puso en el ojo del huracán", dice a Univision Noticias al teléfono al dimensionar la fuerza del cártel de Sinaloa. Cuenta que supo por sus fuentes que el día de la operación, el 17 de octubre, los pistoleros de esa organización habían tomado una comunidad de Culiacán donde viven los militares bajo amenazas de matar a una mujer cada 15 minutos si su líder no era liberado.
Otros periodistas mexicanos aseguraron además que aunque el gobierno mexicano hubiese divulgado la identidad del teniente coronel del GAIN, ellos no lo harían ni en sus redes sociales ni en sus coberturas.