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Qué mensaje están enviando Kim Jong Un y Xi Jinping con su sorpresivo encuentro en Pekín

Los mandatarios de Corea del Norte y China se reunieron en Pekín en lo que parece ser un nuevo esfuerzo del gobierno de Pyongyang de mostrar una imagen de actor relevante en la diplomacia mundial y que es capaz de lograr un acuerdo con las grandes potencias que garantice la supervivencia de ese régimen comunista.
28 Mar 2018 – 01:16 PM EDT
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La sorpresiva visita del líder norcoreano Kim Jong Un a Pekín este martes para hablar cara a cara con su contraparte chino Xi Jinping agrega más distensión a una crisis que en un momento parecía estar fuera de control tras las pruebas del hermético régimen comunista con misiles balísticos y la respuesta de Estados Unidos prometíendo "fuego y furia".

Corea del Norte no solo estaba perfeccionando sus armas atómicas poniendo en peligro la seguridad y estabilidad de esa región de Asia-Pacífico, sino del propio territorio continental estadounidense.

La alarma sonó cuando un número importante de expertos en el programa nuclear norcoreano indicaban que las probabilidades de que un misil balístico intercontinental con una ojiva atómica llegara a EEUU ya no era una disparatada hipótesis.

Sin embargo, las sanciones de la ONU contra Corea del Norte como respuesta a esas pruebas parece que dieron resultados y ahora Kim Jong Un quiere negociar.


Su anuncio de querer reunirse cara a cara no solo con su contraparte surcoreano Moo Jae In, sino con el propio Donald Trump, ha sido visto como la señal más clara de que el régimen norcoreano está en una situación difícil que pone en peligro su supervivencia.

Pero más allá de esto, lo ocurrido esta semana manda un mensaje más claro: China sigue siendo un actor clave y que de ese país dependerá en gran parte cualquier acuerdo de paz en la Península.

Estas son algunas de las conclusiones que se pueden extraer de la reunión de este martes:

Kim Jong Un y su imagen de poder

El líder norcoreano está diciéndole a la audiencia mundial y a sus propios gobernados que es tan relevante como cualquier otro mandatario de una potencia nuclear o económica. Que Xi Jinping se haya reunido con él este martes consolida esa imagen que quiere mostrar. Pero mucho más importante es el hecho de que en abril se reunirá con su homólogo de Corea del Sur, Moon Jae In, y en mayo, como se ha asomado, con Donald Trump.

Kim sabe que la viabilidad de su régimen está en peligro, especialmente después de que China -su tradicional aliado- aceptara sumarse a las sanciones internacionales al limitar las exportaciones de petróleo a ese país.

Aunque la movida diplomática de Kim es consecuencia del estrangulamiento económico que sufre su régimen, también demostró que no hubiese sido posible ir a la mesa de negociaciones si no hubiese desarrollado su arsenal nuclear al punto en el que ya es capaz, en teoría, de lanzar una bomba nuclear a cualquiera de sus rivales regionales (Corea del Sur y Japón) o incluso a territorio continental de EEUU.

China no está excluida

La invitación secreta que le hizo Xi Jinping a Kim Jong Un para visitar Pekín este martes manda el mensaje de que China es el actor invisible de estos encuentros históricos previstos del gobernante norcoreano con Moon y Trump.

No solo eso, sino que además es relevante en un escenario de distensión y paz duradera. China ha decidido colaborar al sumarse a las sanciones contra Pyongyang porque sabe que una Corea del Norte con armas nucleares provocará una carrera atómica que automáticamente llevará a Corea del Sur y Japón adquirir sus propias armas de destrucción masiva.

Para el gobierno de Xi ese es un escenario mucho peor que el actual y cualquier cosa que haga para evitar una región de Asia-Pacífico inestable será en su propio beneficio. Es su área de influencia y quiere que siga siendo así.


Pero lo más importante del encuestro de este martes es que China y Corea del Norte siguen siendo aliados muy cercanos desde el punto de vista político y económico.

Xi Jinping mandó este martes un mensaje a la comunidad internacional: cualquier pacto con Corea el Norte tendrá el visto bueno de Pekín primero.

El asunto de la desnuclearización

Un mensaje que dio a conocer el presidente chino tras reunirse con Kim este martes es la promesa de que Corea del Norte está comprometida a su desarme, aunque ello conlleve condiciones, y una de ellas es su permanencia en el poder.

Para Kim la desnuclearización significa una Península sin armas nucleares, es decir, que exista el compromiso de Washington de que Corea del Sur nunca obtendrá armas atómicas.

Sin embargo, es muy difícil predecir hasta dónde llega el compromiso de Corea del Norte de entregar sus armas atómicas, cuando eso justamente ha sido su principal arma de negociación.

Además, imágenes satelitales publicadas el mes pasado por el diario The New York Times muestran lo que parece ser la activación de un nuevo reactor nuclear norcoreano que según expertos citados por ese medio podría producir hasta 20 kilogramos de plutonio enriquecido cada año.

En todo caso, el mensaje que envió Pekín este martes es que Corea del Norte quiere la desnuclearización, lo que es un buen punto de partida para la cumbre presidencial Kim-Trump.

Mientras tanto, las sanciones seguirán vigentes hasta que todas las promesas se concreten. Al menos ese es el mensaje de Estados Unidos, o por lo menos el que dio a conocer Trump este miércoles en sus acostumbrados tuits mañaneros.

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