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Afganistán

Ashraf Ghani: "Si me hubiese quedado habría sido ahorcado"

Ashraf Ghani, refugiado en Emiratos Árabes Unidos tras salir de Kabul el pasado domingo huyendo de los talibanes, dijo que negocia su retorno al país. Los islamistas adelantaron que se instalará un gobierno "islámico fuerte", basado en la Sharia.
19 Ago 2021 – 06:46 AM EDT
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El presidente afgano Ashraf Ghani, que abandonó Kabul el domingo ante la inminente toma de la capital del país por el Afganistán.

"Por ahora estoy en Emiratos para evitar el baño de sangre y el caos", dijo en un mensaje de video difundido en Facebook. "Estoy en negociaciones para volver a Afganistán", aseguró.

Ghani manifestó su apoyo a las conversaciones mantenidas el miércoles entre altos del movimiento talibán con su predecesor Hamid Karzai y con Abdullah Abdullah, que encabezó el fallido proceso de paz.

"Quiero el éxito de este proceso", aseveró.

Abdullah, un viejo rival de Ghani, fue quien anunció que el presidente había abandonado el país el domingo, sugiriendo que sería juzgado con dureza.

Ghani insistió en que se había ido por el bien del país y no por el suyo propio.

"No crean a quien diga que su presidente los ha vendido y ha huido por su propio beneficio y para salvar su propia vida", aseguró. "Estas acusaciones no tienen fundamento".

"Me expulsaron de Afganistán de tal manera que ni siquiera tuve la oportunidad de quitarme las zapatillas de los pies y ponerme las botas", agregó Ghani, sugiriendo que llegó a Emiratos "con las manos vacías".

El político afirmó además que los talibanes entraron en Kabul a pesar del acuerdo de no hacerlo.

"Si me hubiera quedado allí, un presidente electo de Afganistán habría sido ahorcado de nuevo ante los ojos de los afganos", agregó, en referencia al expresidente comunista Mohamed Najibullah.

Estados Unidos ha seguido refiriéndose al "presidente Ghani" y el Departamento de Estado ha dicho que no ha habido un traspaso formal del poder.

Pero el miércoles por la tarde, la vicesecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman, dijo a los periodistas que Ghani "ya no es una figura en Afganistán".

Afganistán se guiará "por la Sharia y punto"

Los talibanes, que buscan formar un gobierno, "dijeron que perdonarían a todos los antiguos responsables gubernamentales, por lo que no era necesario que nadie abandone el país", citó el grupo de vigilancia de sitios islamistas SITE.

En su primera rueda de prensa en Afganistán desde su toma de poder, lanzaron este martes un mensaje de reconciliación y unidad tras su rotunda victoria en el país, en una nación en la que declararon una "amnistía general", el fin de los narcóticos y donde las mujeres podrán trabajar "en el marco del Islam".

"No queremos que nadie salga del país, este es su país, esta es nuestra patria común, tenemos valores comunes, religión común, nación común (...) Hay una amnistía general, por lo que no habrá hostilidades", afirmó el principal portavoz talibán, Zabihulla Mujahid, que por primera vez en décadas se mostraba en público.

Mujahid subrayó además en varias ocasiones que "Afganistán tendrá un Gobierno islámico y fuerte", con base en los valores de la sociedad afgana, que será inclusivo, con todos los sectores representados, y que tendrá "buenas relaciones con todo el mundo".

"Haremos todo lo posible para asegurarnos de que todos sean parte del país, incluso aquellas personas que se opusieron a nosotros en el pasado, pero se debe esperar hasta que se hagan los anuncios" para conocer más detalles, explicó Mujahid.

El martes, el mulá Abdul Ghani Baradar, cofundador del grupo y llamado a formar parte del gobierno, regresó desde Catar y fue recibido por una multitud al aterrizar en Kandahar, en el sur del país.


Un alto miembro del grupo citado por Reuters, adelantó que el país podría ser gobernado por un consejo de gobierno, en el que el líder supremo del movimiento islamista, Haibatullah Akhundzada, probablemente seguiría al mando general.

Se trata de una estructura similar a la que dirigió Afganistán la última vez que los talibanes estuvieron en el poder, de 1996 a 2001. Entonces, el líder supremo, el mulá Omar, permaneció en la sombra y dejó la gestión diaria del país en manos de un consejo.

Akhundzada desempeñaría probablemente un papel por encima del jefe del consejo, que sería similar al del presidente del país, añadió Hashimi.

"Quizá su adjunto (de Akhundzada) desempeñe el papel de 'presidente'", dijo Hashimi, hablando en inglés a Reuters.

" No habrá ningún sistema democrático porque no tiene ninguna base en nuestro país", dijo Hashimi. "No vamos a discutir qué tipo de sistema político debemos aplicar en Afganistán porque está claro. Es la sharia y punto".

Sin dinero disponible

Pero no será fácil para el nuevo gobierno que intentan instalar los talibanes, que no disponen de suficientes recursos económicos en un país que depende mucho de la ayuda exterior.

Algunas naciones congelaron su apoyo económico. El Fondo Monetario Internacional (FMI) también anunció este miércoles que suspenderá los fondos para Afganistán debido a que "existe una falta de claridad dentro de la comunidad internacional con respecto al reconocimiento de un gobierno" en ese país, señaló un vocero del organismo a la AFP.


"Afganistán depende tremendamente de la ayuda extranjera", subraya Vanda Felbab-Brown, especialista de Afganistán en la Brookings Institution, para quien el monto de las ayudas es al menos "10 veces superior" a los ingresos de los talibanes.

En 2020, el Producto Interno Bruto (PIB) afgano sumó 19,810 millones de dólares, mientras que el flujo de ayuda representó el 42.9% de ese PIB, según el Banco Mundial (BM).

"La economía de Afganistán se caracteriza por su fragilidad y dependencia de la ayuda" internacional, precisa el BM, anotando que el desarrollo económico y la diversificación del sector privado han estado "trabados por la inseguridad, inestabilidad política, debilidad de las instituciones, inadecuada infraestructura, corrupción generalizada y un clima difícil para los negocios".

Los ingresos actuales de los talibanes son estimados entre 300 millones y más de 1,500 millones de dólares anuales por el Comité de Sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU, que publicó un informe en mayo de 2020.

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