Inundaciones en Libia: los factores que las han hecho mucho más mortíferas
Las catastróficas inundaciones que arrasaron parte de Libia constituyen el más reciente golpe a un país ya devastado. Según Naciones Unidas, el cambio climático ha expandido las aguas del Mediterráneo aumentando su nivel y erosionando las costas de Libia, haciéndola especialmente vulnerable a inundaciones como las causadas por la tormenta Daniel.
Pero si bien esas inundaciones que hasta este jueves habían dejado un balance de más de 6,000 muertes y al menos 10,000 desaparecidos, constituyen el desastre ambiental más mortífero en la historia moderna de Libia, años de guerra y falta de un gobierno central han dejado al país con una infraestructura en ruinas que lo hacen aún más vulnerable a las intensas lluvias, haciendo que la tragedia haya sido peor de lo que pudo haber sido.
El país del norte de África, que según la ONU es el único que aún no ha desarrollado una estrategia climática, ha estado dividido entre gobiernos rivales y acosado por un conflicto de milicias desde que el levantamiento de la primavera árabe respaldado por la OTAN derrocó al autócrata Moammar Gadhafi en 2011.
La ciudad de Derna, al este del país, sufrió la mayor destrucción cuando dos grandes franjas de edificios junto al un río desaparecieron, arrasadas como consecuencia del colapso de dos represas. Los videos muestran agua corriendo a través de las torres restantes de la ciudad portuaria junto a autos volcados, y más tarde, cuerpos alineados en las aceras cubiertos con mantas. Los residentes dicen que el único indicio de peligro fue el fuerte sonido de las represas al romperse, ya que no había un sistema de alerta ni plan de evacuación.
A continuación un resumen de los factores que incrementaron el poder destructivo de la tormenta y los obstáculos se interponen en el camino para llevar ayuda a quienes más la necesitan:
Dos gobiernos y dos primeros ministros
se disputan el poder en Libia
Desde 2014, Libia ha estado dividida entre dos gobiernos rivales, cada uno de ellos respaldado por patrocinadores internacionales y numerosas milicias armadas sobre el terreno.
En Trípoli, el primer ministro Abdul Hamid Dbeibah encabeza el gobierno de Libia reconocido internacionalmente. En la ciudad oriental de Bengasi, el primer ministro rival, Ossama Hamad, encabeza una istración que cuenta con el respaldo del poderoso comandante militar Khalifa Hiftar.
Ambos gobiernos y el comandante oriental se han comprometido por separado a ayudar en los esfuerzos de rescate en las zonas afectadas por las inundaciones, pero no existen antecedentes de cooperación exitosa.
Durante años, los parlamentos rivales no han logrado unificarse a pesar de la presión internacional, incluidas las elecciones previstas para 2021 que nunca se celebraron.
En 2020, las dos partes aún estaban en una guerra total. Las fuerzas de Hifter sitiaron Trípoli en una fallida campaña militar que duró un año para intentar capturar la capital, matando a miles de personas. Luego, en 2022, el exlíder oriental Fathi Basagah intentó establecer su gobierno en Trípoli antes de que los enfrentamientos entre milicias rivales lo obligaran a retirarse.
El apoyo de las potencias regionales y mundiales ha profundizado aún más las divisiones. Las fuerzas de Hifter cuentan con el respaldo de Egipto, Rusia, Jordania y los Emiratos Árabes Unidos, mientras que la istración del oeste de Libia cuenta con el respaldo de Turquía, Qatar e Italia.
Los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Turquía están ayudando en los esfuerzos de rescate sobre el terreno. Pero hasta el martes los rescatistas tenían dificultades para llegar a Derna.
Claudia Gazzini, analista para Libia en la organización International Crisis Group, dice que el problema es parcialmente logístico, ya que el paso de muchas de las carreteras que ingresan a la ciudad portuaria fue interrumpido por la tormenta. Pero los conflictos políticos también influyen.
"Los esfuerzos internacionales para enviar equipos de rescate tienen que pasar por el gobierno con sede en Trípoli", dijo Gazzini. Eso significa que los permisos para permitir la ayuda dentro de las áreas más afectadas deben ser aprobados por autoridades rivales.
La analista se mostró escéptica de que el gobierno de Bengasi pudiera manejar el problema por sí solo.
Malestar creciente y descontento en la población de Libia
Las inundaciones siguen a una larga serie de problemas surgidos de la anarquía en el país.
El mes pasado, estallaron protestas en toda Libia después de que se supo la noticia de una reunión secreta entre los ministros de Relaciones Exteriores de Libia e Israel. Las manifestaciones se convirtieron en un movimiento que pedía la dimisión de Debibah.
A principios de agosto, estallaron combates esporádicos entre dos milicias rivales en la capital, que mataron al menos a 45 personas, un recordatorio de la influencia que ejercen los grupos armados rebeldes en toda Libia.
Libia se ha convertido en un importante punto de tránsito para los migrantes africanos y de Oriente Medio que huyen de conflictos y la pobreza en busca de una vida mejor en Europa. Las milicias y los traficantes de personas se han beneficiado de la inestabilidad en el país para llevar migrantes a través de fronteras desde seis países, incluidos Egipto, Argelia y Sudán.
Mientras tanto, las ricas reservas de petróleo de Libia han hecho poco para ayudar a su población. La producción de petróleo crudo, la exportación más valiosa de Libia, en ocasiones se ha reducido a un mínimo debido a los bloqueos y las amenazas a la seguridad de las empresas. La asignación de los ingresos petroleros se ha convertido en un punto clave de desacuerdo.
Derna, la historia de una ciudad en ruinas
Gran parte de Derna se construyó cuando Libia estaba bajo ocupación italiana en la primera mitad del siglo XX. La ciudad se hizo famosa por sus pintorescas casas blancas frente a la playa y sus jardines de palmeras.
Pero tras el derrocamiento de Gadafi en 2011, Derna se desintegró hasta convertirse en un centro de grupos extremistas islamistas, bombardeada por aviones egipcios y luego asediada por fuerzas leales a Hiftar, cuyas fuerzas acabaron por tomarla en 2019.
Al igual que otras ciudades del este del país, Derna no ha visto mucha reconstrucción o inversión desde la revolución. La mayor parte de su infraestructura moderna fue construida durante la era de Gadafi, incluyendo la colapsada presa de Wadi Derna, construida por una empresa yugoslava a mediados de los años 1970.
Según Jalel Harchaoui, miembro asociado especializado en Libia del Real Instituto de Servicios Unidos para Estudios de Defensa y Seguridad, con sede en Londres, Hiftar ve a la ciudad y a su población con sospecha, y se ha mostrado reacio a permitirles demasiada independencia. El año pasado, por ejemplo, un plan masivo de reconstrucción de la ciudad fue liderado por forasteros de Bengasi y otros lugares, no por nativos de Derna.
"Trágicamente, esta desconfianza podría resultar desastrosa durante el período posterior al desastre", dijo Harchaoui.
Con información de The Associated Press.