Un bombardeo israelí en el mayor campamento de refugiados de Gaza deja decenas de muertos y heridos
Un bombardeo israelí este martes en el mayor campo de refugiados de Gaza dejó decenas de muertos y heridos y creó dos cráteres gigantes en la zona densamente poblada, según reportes de medios desde el terreno.
De acuerdo con AFP, los lamentos llenaron el aire polvoriento mientras los voluntarios arañaban los bloques de hormigón y retorcían el metal en una búsqueda desesperada de supervivientes y cadáveres.
Un vídeo de la agencia sa muestra al menos 47 cadáveres recuperados.
El Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamas, informó de un saldo inicial de más de 50 muertos, 150 heridos y decenas de personas enterradas bajo los escombros, y condenó lo que llamó "una atroz masacre israelí" en el campo de Jabalia, en el norte de Gaza.
El Ejército de Israel confirmó después que sus fuerzas habían realizado el ataque y que buscaban abatir a uno de los principales comandantes de Hamas.
Israel lanzó su campaña militar más intensa en Gaza después de sufrir el ataque más sangriento de su historia, cuando el 7 de octubre hombres armados de Hamas mataron a unas 1,400 personas en una brutal incursión transfronteriza.
Jabalia, donde ocurrió la explosión, es un área donde se han librado batallas terrestres desde el sábado.
Cuerpos enterrados bajo escombros
Un residente del campo de refugiados, Ragheb Aqal, de 41 años, comparó la explosión con "un terremoto" y habló de su horror al ver "casas enterradas bajo los escombros y partes de cuerpos de mártires y heridos en grandes cantidades".
La explosión se produjo en medio de advertencias internacionales sobre el creciente derramamiento de sangre y la creciente crisis humanitaria en Gaza, en un día en que las tropas israelíes y los militantes de Hamas se habían involucrado en "feroces batallas" en el norte.
Israel informó que dos de sus soldados murieron dentro de Gaza.
Los aviones de combate mantuvieron una incesante andanada de ataques contra Gaza, donde el Ministerio de Salud dirigido por Hamas dijo —antes de las explosiones de Jabalia— que habían muerto 8,525 personas, incluidos más de 3,500 niños.
Netanyahu ha rechazado los crecientes llamados a un alto el fuego con el grupo Hamas, al que ha prometido destruir, a la vez que busca liberar al menos a 240 rehenes capturados por el grupo armado.
"Los llamados a un alto el fuego son un llamado a Israel a rendirse ante Hamas, a rendirse al terrorismo, a rendirse a la barbarie", dijo el lunes por la noche el primer ministro.
Creciente desesperación entre la población
Ahmed al-Kahlout, un habitante de Gaza que vive cerca de un centro cultural de una iglesia ortodoxa destruido en otro ataque, expresó la creciente desesperación dentro del territorio costero devastado por la guerra, superpoblado y asediado.
"Queremos vivir como cualquier otro pueblo en este mundo, vivir tranquilos", afirmó.
"No sabemos qué hacer. Lo mínimo que pueden hacer es darnos una tregua, tres horas, una tregua temporal o un alto el fuego".
El costo humanitario ha provocado preocupación mundial, y los grupos de ayuda y el tiempo de advertencia de las Naciones Unidas se están acabando para muchos de los 2,4 millones de habitantes del territorio a los que se les niega el a alimentos, agua, combustible y medicinas.
Un cementerio para niños: UNICEF
"Gaza se ha convertido en un cementerio para miles de niños. Es un infierno para todos los demás", dijo la agencia de ayuda a la infancia UNICEF, instando a un "alto el fuego humanitario inmediato".
Los cirujanos realizan amputaciones en el suelo de los hospitales sin anestesia y los niños son obligados a beber agua salada, dijo Jean-François Corty, vicepresidente de Médicos del Mundo, que cuenta con 20 empleados sobre el terreno.
Israel ha acusado a Hamás de utilizar hospitales como cuarteles militares y a civiles como "escudos humanos", acusaciones que el grupo descarta como propaganda "infundada".
En un funeral en el sur de Gaza, los dolientes acunaron entre lágrimas los cuerpos de sus familiares envueltos en mortajas blancas antes de enterrarlos con sus propias manos.
"Pedimos al mundo que muestre solidaridad con los niños para detener estas masacres", dijo a la AFP Yusef Hijazi, abuelo de una de las víctimas.
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