El misterio de los ataques de orcas que siguen haciendo naufragar veleros en el Atlántico
"Por favor, váyanse, váyanse", se oye decir en inglés a una de las tripulantes del velero que, en aguas del estrecho de Gibraltar, cerca de la costa de España, era golpeado una y otra vez por un grupo de tres orcas.
El miedo entre los tripulantes del velero es evidente, parece que la intención de las ballenas es hundir el barco, como si estuvieran de caza. Las arremetidas de las orcas les dañan el timón y hasta les abrieron una vía de agua.
"Necesitamos asistencia inmediata, nos estamos hundiendo", llaman por radio a las autoridades españolas, que enviaron a su rescate un helicóptero y un remolcador para así evitar que terminara en tragedia el más reciente de la serie de encuentros reportados entre barcos y ballenas en aguas cercanas a la península Ibérica.
Salvamento Marítimo, una agencia oficial española, ha registrado 24 incidentes de este tipo en lo que va de año. Y el Grupo de Trabajo Orca Atlántica (GTOA), con el que trabajan investigadores españoles y portugueses, señala que el primer caso fue reportado en 2020, cuando se dieron 52. Luego hubo 197 en 2021 y 207 en 2022.
Pero ninguno de estos eventos ha ocasionado una muerte o lesiones de los marinos involucrados y solo en los más recientes de ellos los botes fueron hundidos.
Este comportamiento es un misterio sobre el que los científicos no se ponen de acuerdo: ¿son ataques deliberados originados por algún tipo de venganza o simplemente encuentros impulsados por la curiosidad de estos extremadamente inteligentes animales?
¿Son las orcas realmente agresivas o las mueve la mera curiosidad?
Las orcas son mamíferos marinos de la misma familia de los delfines, con cerebros altamente desarrollados, capaces de sentir emociones complejas, además de muy sociables, curiosas y sumamente inteligentes.
Las que parecen estar relacionadas con los ataques son un grupo relativamente pequeño de unos 35 ejemplares que viven cerca de la península Ibérica, desde Galicia (extremo noroeste de España) al estrecho de Gibraltar.
Estas orcas ibéricas miden entre 16 y 21 pies (6.5 m), con lo que son bastante más pequeñas que las que habitan las aguas antárticas, de hasta 29 pies (9 m).
En GTOA señalan que solo el 50% de las embarcaciones afectadas, generalmente veleros de unos 15 metros de eslora, sufren daños, generalmente en el timón, que es la parte del barco que suelen golpear más. "No confunden el timón con nada, saben qué es, cómo se mueve y qué efecto tiene al tocarlo", afirman.
" No hay evidencia de intención agresiva en su comportamiento. No se puede acusar a las orcas de vivir en su propio entorno, donde somos los intrusos", alega GTOA en su web.
En noviembre de 2020, la Autoridad Marítima Nacional de Portugal emitió un comunicado alertando a los navegantes sobre el "comportamiento curioso" entre las orcas juveniles y advirtiendo que los animales pueden sentirse atraídos por los timones y las hélices, y pueden intentar acercarse a los barcos.
Los más recientes naufragios
han causado alarma
Sin embargo, los eventos más recientes ponen bajo un mayor escrutinio a las teorías de los escépticos de la agresión de las orcas.
En una exposición ante la Sociedad Europea de Cetáceos, la científica marina Ruth Esteban dijo que la persistencia del novedoso comportamiento de las orcas a lo largo del tiempo confirma la necesidad urgente de acciones específicas basadas en la coordinación internacional entre istraciones, navegantes y científicos para evitar daños futuros a personas, orcas y embarcaciones.
Alfredo López Fernández, biólogo de la Universidad de Aveiro en Portugal, sugiere que la agresión puede haber surgido como consecuencia de daños sufridos por una orca golpeada por un bote, provocando que comenzara a embestir barcos de vela y enseñando el comportamiento a otras ballenas a través del aprendizaje social del que son capaces estos animales.
Pero Monika Wieland Shields, directora del Orca Behavior Institute en el estado de Washington, dijo que históricamente no se ha demostrado que las orcas sean agresivas con los humanos, incluso cuando han sido cazadas y puestas en cautiverio por ellos.
Shield, consultada por NBC News, ha dicho que “hay lugares donde los pescadores les disparan, las orcas han visto a de sus familias ser separados de sus grupos y puestas en cautiverio en los años 60 y 70”.
“ Si algo fuera a motivar la agresión directa, pensaría que algo así lo habría hecho, pero no hay casos claros de orcas que exhiban un comportamiento de venganza contra los humanos”, agregó Shields.
La investigadora dijo que los ataques recientes a las embarcaciones son consistentes con lo que se conoce como comportamiento de "moda", o conductas novedosas pero temporales de una orca que puede ser imitada por otras que pueden durar semanas o meses, y hasta años, pero que normalmente desaparece.