Qué es el EpiPen y por qué indigna el súbito aumento de más de 400% en su precio

De 94 dólares a más de 600. En menos de 9 años el paquete de dos jeringas rellenas de epinefrina, esencial para quienes sufren de severas reacciones alérgicas, se incrementó más de 450% (con el ajuste de inflación). El aumento no solo ha generado consternación entre los pacientes que necesitan el medicamento y ahora no pueden costearlo. También en varios legisladores y políticos estadounidenses que ahora solicitan a la Federal Trade Commission que investigue a la compañía que lo produce.
En un comunicado publicado este jueves la compañía reaccionó a la presión y anunció una medida parcial: la ampliación de los programas de asistencia financiera para pacientes sin seguro o con planes que no cubren el costo total del medicamento. Así, quienes paguen de su bolsillo verán una reducción del 50%, mientras que a los pacientes con seguro médico les seguirá costando lo mismo.
"Los descuentos dirigidos a un grupo específico de clientes, sin rebajar el precio total de los de los EpiPens, son insuficientes. Es muy probable que ese exceso de precio se vea reflejado en primas de seguro más costosas", dijo el portavoz de la campaña de Hillary Clinton tras conocer la noticia de la reducción. Hace dos días, la candidata a la presidencia por el Partido Demócrata le había hecho un llamado a Mylan para que redujera voluntariamente el precio.
“Esto es una barbaridad y es solo el más reciente ejemplo de una compañía que se aprovecha de los consumidores. Está mal que las compañías farmacéuticas pongan sus ganancias por delante de los pacientes y aumenten los precios sin justificarlo”, dijo Clinton.
Cuando la farmacéutica Mylan le compró EpiPen a Merck hace nueve años, las ventas le generaban unos $200 millones de dólares de ingresos. Menos de una década después, la inyectadora aportó $1,000 millones de dólares a la compañía. ¿Cómo fue posible engrosar el negocio de esa manera? No solo incrementando de manera sostenida el costo del medicamento sino convenciendo a reguladores como la Agencia de Medicamentos y Alimentos (FDA) de que les permitieran comercializar el producto directamente a quienes podrían necesitarlo.
Para ello, han contado con la ayuda de celebridades como Sarah Jessica Parker, quien ha participado en campañas para crear conciencia sobre los peligros de las alergias en niños y todas las demás afecciones que el EpiPen ayuda a tratar (Parker rompió su relación con Mylan luego de la controversia). La compañía incluso ha presionado para que las escuelas tengan incentivos si incluyen el producto en sus botiquines de primeros auxilios.
El EpiPen no tiene competencia. Por ahora no existe otro medicamento como alternativa. La única versión genérica que se vendió, Auvi-Q, fue retirada del mercado el año pasado por problemas con la dosis.
Datos de la firma IMS Health indican que en 2015 fueron preparadas un total de 3.6 millones de prescripciones de EpiPens, pero se calcula que 40 millones de estadounidenses sufren de alergias severas a las picadas de abejas o arañas y a comidas como el maní, los huevos y los mariscos. Una reacción alérgica grave puede causar oclusión de las vías respiratorias, carraspera, ritmo cardíaco acelerado, pulso débil, desmayos o pérdida de consciencia. En casos de anafilaxia —la reacción alérgica más severa— es muy importante que se trate a tiempo, pues puede empeorar y causar la muerte en aproximadamente 15 minutos.
El caso del EpiPen se suma a otros ejemplos del elevado precio de los medicamentos en Estados Unidos, que no son regulados por el gobierno. Otro incremento reciente fue el de la pastilla de Turing Pharmaceuticals que pasó de $13.50 a $750 en una noche. La CEO de Mylan, Heather Bresch, ya está siendo comparada con Martin Shkreli (fundador y CEO de Turing), quien se ha convertido en un símbolo de la avaricia en la industria.
Bresch, quien es hija del senador demócrata de West Virginia Joe Machin, ha salido en su defensa diciendo que nadie está más frustrada que ella. Según ella, el problema no es Mylan ni tampoco la industria farmacéutica, sino el sistema que muchas veces obliga a los consumidores no solo a pagar costosas primas de seguro, sino a tener que pagar de su bolsillo las medicinas de prescripción. Sin embargo, no se ha referido al aumento de su salario en más del 600%.