Purdue Pharma se declara culpable de haber producido y distribuido opioides en plena crisis de adicción

Purdue Pharma, la crisis de adicción a los opioides. El anuncio lo hizo el Departamento de Justicia, que informó haber alcanzado un acuerdo de 8,300 millones de dólares con la farmaceútica. La resolución debe ser aprobada por una corte de bancarrota.
En un comunicado, aseguraron que la decisión incluye "las mayores penas" que jamás se hayan aplicado contra una empresa de medicamentos.
"El abuso y mal manejo en la prescripción de opioides ha contribuido con una tragedia nacional de adicción y muertes, que se suma a aquellas causadas por los opioides que circulan ilícitamente en las calles", dijo el subfiscal general, Jeffrey A. Rosen, al hacer el anuncio de la decisión.
"El efecto inmediato de las acciones de Purdue Pharma fue la pérdida de vidas y más adicciones", agregó el de la Agencia Antidrogas (DEA), Tim McDermott, quien además señaló que la empresa "frustró" con sus acciones los esfuerzos del gobierno para frenar la crisis de salud pública por el consumo de opioides.
El número de muertes por sobredosis relacionadas con opioides se ha cuadruplicado en Estados Unidos en las últimas dos décadas, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Desde 1999, los opioides han matado a unos 400,000 estadounidenses.
Hace un año, la empresa se había declarado en bancarrota tras enfrentar 2,600 demandas, en su mayoría de parte de gobiernos locales.
Los opioides son sustancias derivadas de la semilla de la amapola. Actúan en el sistema nervioso para aliviar el dolor, pero su uso puede generar dependencia física y adicción. Aunque existen distintos tipos, todos tienen una composición química similar: van desde pastillas recetadas por el médico como la hidrocodona, la oxicodona, la morfina y la codeína, hasta opioides sintéticos como el fentanilo o drogas ilegales como la heroína.
Los cargos
Este miércoles, Purdue Pharma aceptó declararse culpable de tres cargos en un tribunal federal de Nueva Jersey, cometidos entre mayo de 2007 y al menos hasta marzo de 2017. Uno de ellos es por conspiración doble para defraudar a los Estados Unidos y violar la Ley de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos; aceptó además otros dos cargos de conspiración para violar el Estatuto Federal Antisoborno.
Los fiscales federales argumentaron que la compañía, que produjo millones de píldoras en plena crisis de salud pública, ofreció incentivos a aquellos médicos que prescribieran fármacos para el dolor.
En el caso de la queja criminal, Purdue itió que continuó comercializando sus opioides entre más de 100 proveedores de salud, quienes la compañía creía estaban vendiendo las píldoras sin mayor cuidado y reportando información engañosa a la DEA. También itió que entre junio de 2009 y marzo de 2017 hizo pagos al menos a dos doctores para inducirlos a aumentar el número de prescripciones de opioides. Y entre abril y diciembre de 2016, Purdue hizo pagos a una empresa de récords electrónicos de salud, Practice Fusion Inc., para que recomendaran y organizaran pedidos de drogas como OxyContin, Butrans y Hysingla.
La resolución incluye multas de más de tres mil millones de dólares y dos mil millones adicionales en decomiso criminal, de los que la compañía pagará 225 millones de dólares en la fecha de vigencia de la quiebra. Purdue también acordó un acuerdo civil por 2,800 millones de dólares por su responsabilidad en la violación de la Ley de Reclamos Falsos. Además, la familia Sackler, dueña de la empresa, acordó pagar 225 millones de dólares en daños.
Sin embargo, el acuerdo no libera penalmente a ninguna persona, y eso incluye a los Sackler, y a ejecutivos y empleados.
En su comunicado, el Departamento de Justicia aclara que la resolución de este miércoles no resuelve los reclamos que los estados tienen en contra de la empresa o sus propietarios.
Purdue reconoció este miércoles el daño causado por la empresa y su líder desde julio de 2018, Steve Miller, aseguró que actualmente "son diferentes". "Purdue lamenta profundamente y acepta su responsabilidad en el mal proceder detallado por el Departamento de Justicia en el acuerdo de hechos", dijo Miller.
Sin embargo, la familia Sackler, de su parte, negó tener alguna responsabilidad criminal y se defendió al asegurar que una cosa es lo que hace el liderazgo de la empresa y otra su gerencia. "Ningún miembro de la familia Sackler estuvo involucrado o tuvo un rol gerencial en Purdue durante ese período", dicen en un comunicado citado por el diario The Washington Post.
El origen
Ya en 2007, tres de los altos ejecutivos de la empresa habían sido encontrados culpables de cargos criminales por engañar sobre los daños que podía causar el OxyContin. Debieron pagar 634 millones de dólares en multas, pero los Sackler no figuraron en la demanda ni enfrentaron consecuencias, cuenta The New York Times.
Durante muchos años los representantes de ventas del OxyContin fueron entrenados para prometer que la droga no era adictiva y que el riesgo de que eso ocurriera era menor del 1%, dato que no estaba bien sustentado científicamente.
Una demanda contra la empresa en Massachussets presenta a Richard Sackler, miembro de la familia dueña de la empresa, como el principal impulsor del OxyContin. Mencionan que en 2001, cuando hubo 59 sobredosis asociadas a ese medicamento en Massachussets, Sackler menospreció el problema diciendo: "No está tan mal. Ha podido ser mucho peor".
Él mismo dijo en 1996 que el OxyContin generaría "una gran tormenta de prescripciones médicas que enterrarán a la competencia". Años después, cuando los opioides generaron una crisis de salud pública en Estados Unidos, aquella expresión parece corroborar que los laboratorios sabían del riesgo de adicción que generaban esos medicamentos.
Según documentos de la corte de Massachussets, cinco años después de ese discurso —cuando ya se cuestionaba el riesgo de adicción y sobredosis que acompañaba al uso del OxyContin— la farmacéutica desvió la culpa hacia los consumidores, como si deliberadamente hubieran querido hacerse adictos a estas drogas.
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