null: nullpx
Juicios

Brasil: las claves para entender el juicio político a Dilma Rousseff

La presidenta brasileña necesita el apoyo de un tercio de los parlamentarios para superar el impeachment en su contra este domingo. El resultado de este juicio definirá los destinos del mayor país de América Latina.
5 Abr 2016 – 11:38 AM EDT
Comparte
Default image alt

Una decena de partidos, 329 de los 513 diputados y 53 de los 81 senadores. Así era la amplia y heterogénea coalición, desde comunistas hasta conservadores, con la que Dilma Rousseff empezó su segundo mandato como presidenta de Brasil el 1 de enero de 2015.

Menos de 500 días después, la sucesora de Luiz Inácio Lula da Silva ya no controla dos tercios del Congreso sino que se encuentra aislada y acorralada por un crispado juicio político que en estos días decide su futuro. A sus 68 años, la exguerrillera pelea a contrarreloj para conquistar este domingo el apoyo de un tercio de parlamentarios que necesita si quiere sobrevivir al impeachment y resistir en el Palacio de Planalto hasta el 31 de diciembre de 2018.

A continuación, algunas claves de la batalla que definirá los destinos del mayor país de América Latina:

¿Cuándo y cómo terminará el impeachment?


Este viernes, el pleno Cámara de los Diputados comenzó a debatir el proceso del impeachment contra Dilma Rousseff, pero la votación no se espera hasta el domingo.

Para destituir a Rousseff, la oposición necesita sumar dos tercios, es decir, 342 parlamentarios. Pero la presidenta aún confía en convencer al tercio restante (172) para que vote en contra, se abstenga o se ausente en el Día D. El resultado final dependerá de un centenar de indecisos a los que unos y otros están intentando conquistar con promesas de favores y cargos en el actual o en el futuro Gobierno.

Si los dos tercios exigidos dan luz verde al impeachment, el debate pasará previsiblemente en mayo al Senado, que deberá decidir por mayoría simple si acepta o rechaza la tramitación. En caso afirmativo, Rousseff será apartada a la espera del veredicto final y su lugar lo ocupará su vicepresidente, Michel Temer.

¿Quién quiere destituir a Rousseff?

Desde la misma noche electoral del 26 de octubre de 2014, dirigentes y votantes de la oposición empezaron a exigir el impeachment o la anulación del resultado por motivos diversos.

Cargando Video...
Dilma Rousseff: No hay ninguna razón para la demanda de juicio político en mi contra


El Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) del candidato derrotado, Aécio Neves, pidió inmediatamente un recuento por supuesto fraude en las urnas electrónicas.

La tesis acabó desarmándose meses más tarde, pero los adversarios de Rousseff no desistieron y un año después, en diciembre de 2015, finalmente consiguieron que el presidente de la Cámara de los Diputados –investigado a su vez por corrupción– aceptara tramitar la impugnación del mandato de la presidenta.

¿En qué se basa el impeachment?

La petición acusa a Rousseff de autorizar maniobras financieras para maquillar las cuentas públicas. Según la oposición, se trata de un “crimen de responsabilidad” que justifica por sí solo el impeachment. El Gobierno argumenta que sus predecesores –incluido el propio PSDB– hicieron lo mismo, aunque lo cierto es que ningún presidente había recurrido a las llamadas “pedaladas fiscales” tanto como ella.


En cualquier caso, cuando los rivales de Dilma acudan a votar en el Parlamento, parece poco probable que las “pedaladas” vayan a ser su motivación principal. Con apenas un 10% de aprobación presidencial, una recesión que se arrastra por segundo año consecutivo y cientos de noticias sobre casos de corrupción invadiendo telediarios y portadas, la oposición cree tener razones de sobra para defender su salida anticipada.

En cambio, la mandataria y su Partido de los Trabajadores (PT) defienden que se trata de un “golpe” porque la legislación no prevé el impeachment como solución para derribar Gobiernos impopulares. Tampoco hay pruebas, por ahora, de que la heredera de Lula esté personalmente involucrada en los escándalos.

Y los brasileños, ¿qué opinan?

En los tiempos de bonanza económica de la década pasada, la mayoría apenas prestaba atención a la política salvo para felicitarse de lo bien que le iba al país en comparación con las crisis de Europa y Estados Unidos. Ahora, sin embargo, el impeachment está en todas las conversaciones y tiene el apoyo de dos de cada tres brasileños, según repiten las encuestas desde hace meses.


Millones de manifestantes han salido a las calles en las últimas semanas, en su mayoría para exigir la caída de Rousseff y el PT, aunque también ha habido convocatorias bastante numerosas contra lo que consideran un "golpe” y en defensa de la legitimidad democrática.

La sociedad está dividida, no necesariamente al 50%, y los motivos del descontento son diferentes para cada sector de la población. Lejos del debate sobre las “pedaladas fiscales”, los más ricos se quejan de la corrupción generalizada y del despilfarro de los recursos del Estado, mientras que las clases menos favorecidas reclaman por las expectativas frustradas respecto a la ampliación de los beneficios sociales que se popularizaron durante la era Lula.

¿Qué se espera de un eventual Gobierno Temer?

Experto constitucionalista y antiguo diputado de 75 años, Temer está considerado un hombre moderado, conciliador y discreto, poco acostumbrado a ser el centro de atención. Situado a la sombra de Rousseff como su número dos desde la campaña de 2010, en los últimos tiempos está ganando protagonismo ante la perspectiva de su posible irrupción en el Palacio de Planalto.


En caso de que realmente llegue a encabezar un nuevo Ejecutivo, se espera que no sólo nombre a ministros del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), del cual es presidente, sino que también incluya a destacados del PSDB y de otras siglas, tanto de la oposición actual como de algunas formaciones que antes apoyaban a Rousseff.

Su prioridad será el ajuste fiscal y la puesta en marcha de reformas liberales, con el previsible rechazo frontal de los sindicatos y movimientos sociales de izquierda.

¿El impeachment solucionará la crisis?

Gane quien gane, parece poco probable que el impeachment vaya a resolver a corto plazo los graves problemas de Brasil. Tanto si Rousseff permanece en el sillón presidencial como si es desplazada por su vicepresidente, las proyecciones indican que la economía seguirá cayendo casi un 4% este año. Para 2017, eso sí, los mercados son más optimistas en el segundo de esos escenarios.

En cuanto a la corrupción, tampoco es realista esperar que vaya a desaparecer de la noche a la mañana, puesto que el PT no es ni mucho menos el único partido salpicado por los escándalos.

Sin ir más lejos, en la investigación periodística salida de la mayor filtración de documentos de la historia conocida como los Papeles de Panamá aparecen los nombres de varios dirigentes del PMDB e incluso el promotor del impeachment contra Rousseff, el presidente del Congreso, Eduardo Cunha.

También investigado en el caso Petrobras, Cunha aparece en los Papeles de Panamá como titular de una cuenta offshore, aunque él, en un comunicado, ha negado ser propietario.

Con tantas sospechas planeando sobre la clase política brasileña, algunos ya advierten de que el propio Temer, si se descuida, podría ser el próximo en caer. Pero ese será otro capítulo de una crisis sin final a la vista.


Comparte
RELACIONADOS:Corrupción