“Un millón de deportados”: la cifra que Trump quiere alcanzar en un año (y que algunos consideran irreal)
El presidente Donald Trump durante las campañas amenazó constantemente con llevar a cabo deportaciones masivas de llegar al poder. Y tras asumir la presidencia ha insistido en ese plan.
Las agencias encargadas de aplicar las leyes migratorias han reportado constantemente el arresto de inmigrantes indocumentados y el envío en vuelos migratorios de cientos de deportados a distintos países.
Las operaciones han sido llevadas a cabo en medio de denuncias de organismos de defensa de los derechos de los inmigrantes que han señalado violaciones a las leyes internacionales, como la del derecho al asilo.
También múltiples jueces federales han frenado operaciones de deportación hechas de forma abrupta y, en algunos casos, caótica, como ocurrió recientemente con la expulsión de un inmigrante salvadoreño que enfrenta amenazas de muerte en su país de origen.
Pero aun así, el gobierno de Trump mantiene su objetivo de deportar masivamente a inmigrantes indocumentados. Y, de acuerdo con un reporte del diario The Washington Post, los funcionarios de la istración han puesto una cifra como objetivo para este año: 1 millón de deportados.
En el trabajo se cita a cuatro funcionarios actuales y anteriores del gobierno federal, quienes indican que la istración de Trump busca alcanzar esa cifra este año, aunque algunos analistas consultados han expresado escepticismo sobre la capacidad del gobierno para cumplir la meta.
Stephen Miller, el influyente asesor de Trump que impulsa la meta de deportar 1 millón de inmigrantes
De acuerdo con dos de las fuentes citadas por el diario, uno de los principales impulsores de la meta de deportar a un millón de inmigrantes en el primer año de gobierno de Trumo es Stephen Miller, asesor de la Casa Blanca.
“Ha estado elaborando estrategias con funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales casi a diario para alcanzar ese objetivo”, reportó el diario.
Según el reporte del Post, una de las estrategias que están siendo analizadas para cumplir el objetivo es alcanzar acuerdos con decenas de países para que acepten a deportados aunque no sean ciudadanos de esas naciones.
Los planes del gobierno incluyen encontrar una forma de expulsar de forma expedita a los 1.4 millones de inmigrantes que ya tienen órdenes de deportación pero que no han podido ser trasladados porque sus países no los aceptan de vuelta.
Sin embargo, la istración de Trump está negociando con unos 30 países para que acepten a deportados aunque no sean sus ciudadanos. Los gobiernos de México, Panamá y Costa Rica ya están aceptando el envío de inmigrantes de otras nacionalidades, según el Post.
Una de las fuentes citadas por el Post dijeron al diario que aunque en un inicio se consideraba una broma la cifra de “un millón de deportaciones”, ahora los funcionarios encargados de las deportaciones saben que sí es un objetivo del gobierno.
La meta de deportaciones de Trump es casi imposible de alcanzar, según analistas
La meta del gobierno de Trump de un millón de deportaciones representaría rebasar el número más elevado de expulsiones de 400,000 deportaciones alcanzado durante el gobierno del demócrata Barack Obama.
Según analistas citados por el Post, de continuar el ritmo actual de deportaciones tras el ascenso de Trump, este año las expulsiones sólo llegarían a unas 212,000.
Doris Meissner, excomisionada de inmigración e investigadora principal del Instituto de Política Migratoria (MPI en inglés), un centro de estudios en Washington, dijo que no es tan sencillo elevar las deportaciones al nivel que busca el gobierno de Trump.
“Eso no es algo que se encienda como un switch”, dijo la analista. “El proceso de deportación lleva mucho tiempo”.
Meissner dijo que aunque los datos divulgados hasta ahora por el gobierno muestran un incremento en los arrestos, no es el caso para las deportaciones.
Aunque los centros de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE en inglés) estaban casi llenos a finales de marzo, con más de 47,000 detenidos y los arrestos se han incrementado a más del doble en comparación con las cifras del año pasado, los vuelos de deportación se han incrementado “modestamente”, reportó el Post.
Los vuelos aumentaron de unos 100 en enero a unos 134 en marzo, un aumento de alrededor del 15% en comparación con el promedio de los últimos seis meses.
El gobierno de Trump ofrece “espectáculo” y datos opacos sobre sus operaciones migratorias
En medio de los objetivos ambiciosos de deportación, el gobierno de Trump ha ofrecido más “espectáculo” que información clara sobre sus acciones migratorias, reportó el Post.
Por ejemplo, hasta ahora ha llevado a cabo acciones mediáticas como el envío de inmigrantes a una megaprisión en El Salvador y a la prisión de la base naval en Guantánamo, en Cuba. Pero esas deportaciones representan una fracción mínima de las expulsiones.
En medio de esas acciones, la Oficina de Estadísticas de Seguridad Nacional dejó de publicar el informe mensual detallado de las acciones de control migratorio, como históricamente lo hizo en gobiernos anteriores.
Hasta ahora las cifras de expulsiones sólo han sido ofrecidas en declaraciones de funcionarios federales.
Por ejemplo, la portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS en inglés), Tricia McLaughlin, dijo a finales de marzo que los agentes migratorios habían deportado a más de 100,000 inmigrantes en lo que va del actual gobierno.
Pero luego aclaró que esa cifra correspondía a los inmigrantes expulsados desde el interior y a los inmigrantes detenidos por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP en inglés). Los inmigrantes detenidos y devueltos por CBP regularmente son expulsados desde los mismos puntos de entrada donde fueron detectados.
“Esto es solo el comienzo”, declaró McLaughlin. “Estas deportaciones ni siquiera incluyen el número de inmigrantes indocumentados que se han autodeportado”.
Pero otro obstáculo que enfrenta el gobierno de Trump para alcanzar su objetivo es la falta de recursos que por años han enfrentado las agencias migratorias.
Desde antes de que asumiera la presidencia, las agencias federales ya requerían de aumentos significativos en sus presupuestos.
Una traba más para el gobierno de Trump -y tal vez la más significativa- ha sido la judicial. Varios jueces han frenado las acciones migratorias del gobierno, como la expulsión de algunos inmigrantes que la istración busca enviar a países de los que no son ciudadanos.
Y aunque la Corte Suprema dio luz verde recientemente al gobierno de Trump para que utilice la antigua Ley de Enemigos Extranjeros para realizar deportaciones rápidas, el máximo tribunal dijo que la istración debe notificar a los inmigrantes que están siendo expulsados bajo esa ley.
También la Corte Suprema dijo que el gobierno debe dar "un tiempo razonable" a los inmigrantes para poder impugnar sus deportaciones.
Durante el gobierno del demócrata Joe Biden, los republicanos en el Congreso rechazaron una propuesta de ley que habría aumentado considerablemente los recursos de las agencias migratorias encargadas de la seguridad fronteriza.
Biden y la vicepresidenta, Kamala Harris, quien luego se convirtió en la candidata presidencial demócrata, acusaron a Trump de haber impulsado el rechazo legislativo a la ley para que el problema en la frontera con México no se resolviera y utilizar el tema para fines políticos.
Ahora, en medio de la retórica antiinmigrante y de un fuerte despliegue militar en la frontera, los cruces ilegales se han reducido a mínimos históricos. Pero precisamente por esa razón es que el gobierno actual podría no alcanzar el millón de deportaciones.
Tradicionalmente, el mayor número de expulsiones han correspondido a los inmigrantes detenidos poco después de su ingreso ilegal al país por la frontera.
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