Unos 1,500 niños migrantes siguen separados de sus padres al cumplirse un año del trabajo de reunificación
Al cumpliese un año del nombramiento del equipo de trabajo de la Casa Blanca encargado de reunificar las familias separadas forzosamente en la frontera con México durante el gobierno de Donald Trump, unos 1,500 niños todavía no han sido devueltos a sus padres, muchos de ellos deportados solos a sus países de origen y que no se sabe dónde están.
“Cuando llegamos aquí, hace un año, no había nada, no había espacio para trabajar, no habían personas (equipos) trabajando (en las reunificaciones), no teníamos la información de quienes habían sido separados”, dijo en exclusiva al Noticiero Univision Michelle Brane, directora ejecutiva del ‘trask force’ nombrado por el presidente Joe Biden en febrero del año pasado, poco después de asumir el control de la Casa Blanca.
El panorama con el que se encontró el gobierno era desolador, sobre todo teniendo en cuenta que se trataba de niños, menores de edad que habían llegado a la frontera sur del país junto a sus padres en busca de asilo, un recurso legal disponible.
Pero en vez de ser procesados dentro del debido proceso migratorio, el gobierno presentó a los padres cargos criminales por ingreso ilegal a Estados Unidos y les arrebató forzosamente a sus pequeños.
Cuando finalizaron los procesos criminales y los padres fueron en busca de sus hijos, el gobierno había perdido el rastro de cientos de ellos y forzaron deportaciones aceleradas, una política que fue severamente cuestionada dentro y fuera de Estados unidos.
A paso lento
Brane cuenta que tras ir poniendo en orden la documentación y creado los mecanismos para reunir datos y ponerlos a disposición de las familias afectadas a través de una página digital, durante el primer año de trabajo se han podido registrar “mas de 500 familias que están en camino o que ya están reunidos” en Estados Unidos con sus pequeños.
El sistema creado por el equipo de trabajo incluye información sobre un protocolo que deben seguir los padres o familiares afectados, documentación sobre el proceso, datos para poder identificar las familias e inicio del proceso de traslado y reunificación en territorio estadounidense.
“ Por lo general todo esto toma como tres meses hasta que el padre o la madre o ambos llegan aquí (Estados Unidos). Siempre habrá casos que tarden más y otros que demoran menos. Y si hay otros niños, hermanos del menor separado, ellos también pueden aplicar”, señala. El objetivo es tener una reunificación completa.
“Estamos empezando a poner mas información en los países de origen por medio del Alto Comisionado de las Naciones Unidas parea los Refugiados (ACNUR), para que las familias sepan qué hacer y cómo registrarse”, dijo Brane.
Ayuda internacional
Además de ACNUR en el proceso de reunificación participan Organizaciones No Gubernamentales (ONG's) que asisten a las familias durante la etapa de identificación y traslado.
En cuanto a las dificultades para hallar y ar a los afectados, Brane dice que es otro de los grandes retos enfrentados por el equipo de trabajo. Y que durante el primer año se ha luchado por "recuperar la confianza de las familias en el gobierno federal de Estados Unidos”.
“Por eso hemos trabajado con familias, con las ONG’s que están trabajando con ellos para tratar de hacerles sentir confianza de que sí estamos serios en querer reunirlos y traerlos de vuelta a Estados unidos”, agregó la directora.
Momentos llenos de emoción
Hasta ahora las poco más de 130 reunificaciones llevadas a cabo han sido privadas, sin prensa ni cámaras. “Es un momento muy emocionante. Uno siente la felicidad de una madre o de un padre con su hijo que no se han visto por muchos años, tres o cuatro. Pero también lo que sí se ve es el dolor, el daño que se les ha ha hecho a estas personas”, cuenta Brane.
“Es algo donde se pueden ver todas las emociones que tiene una madre, un padre con su hijo que no se han visto en mucho tiempo, y también el trabajo les queda por hacer para realmente seguir con sus vidas”, agregó.
Este estatus legal de permanencia se puede extender de por otros tres años “y mientras tanto estamos buscando posibilidades de llegar a algo mas estable con estas familias. Pero eso no es algo que podamos hacer sin el apoyo del Congreso”, indicó.
“Lo que si podemos hacer es abrir las avenidas para que la gente pueda aplicar por asilo otra vez estando en Estados Unidos y pueden pedirlo mientras están aquí junto con sus hijos”.
La ‘tolerancia cero’
Según documentos entregados por el Departamento de Justicia de Trump a una corte federal en San Diego en 2018, las separaciones forzadas en la frontera se llevaron a cabo entre principios de mayo y el 20 de junio de ese año, afectando a 2,654 familias de inmigrantes que llegaron a la frontera en busca de asilo.
Pero un reporte de Univision Noticias publicado en enero de 2020 reveló que la política de separaciones había iniciado en abril de 2017 tras un memorando enviado por el entonces fiscal general, Jeff Sessions, a los fiscales estatales ordenándoles que iniciaran el proceso de levantar cargos criminales a los extranjeros que ingresaran sin autorización al país, sin tener en cuenta si venían en busca de asilo.
Al proceder a levantar cargos criminales, la ley permitió al gobierno arrebatarles a sus hijos mientras el acusado encaraba el juicio. Una vez resuelto el caso, entonces el padre podía recuperar la custodia del menor. Pero el gobierno no diseñó un protocolo adecuado para garantizar la reunificación.
Informe lapidario
Un informe del Comité Judicial de la Cámara de Representantes publicado a principios de 2020 reveló que la revisión de documentos mostró “incompetencia y crueldad intencional” por parte del gobierno, y que nunca se sabrá el numero total de separaciones forzadas que se llevaron a cabo en la frontera con México.
Los del comité concluyeron además que “es posible que nunca sepamos el alcance total del daño infligido” por el gobierno de Trump con la implementación de la política de separación familiar, y que el programa fue “impulsado por una istración deliberadamente ciega a su crueldad y decidida a llegar a extremos impensables para cumplir las promesas políticas y detener a los migrantes que huyen de la violencia y vienen en busca de la protección de Estados Unidos”.
El gobierno de Trump sostuvo que los migrantes que venían en busca de asilo eran traídos por traficantes de personas quienes se aprovechan de “vacíos legales” para entrar y permanecer ilegalmente en Estados Unidos. También aseguró que la mayoría de quienes venían en busca de asilo eran delincuentes.
Cuántos faltan
Brane dijo que, de acuerdo con los registros del equipo de trabajo de reunificación, “pensamos que quedan como 1,500 que no sabemos bien si están reunidos o no, y de esos hay varios que no sabemos donde están”.
También dijo que muchos padres se reunieron de alguna manera con sus hijos en Estados Unidos, pero que por el miedo de asomarse y que los descubran que permanecen indocumentados, no han dado a conocer sus identidades.
“A ellos también les podemos dar permisos temporales para estar por un tiempo” en Estados Unidos, dijo. “Hay como 1,000 que estamos buscando con información de o y tratando que la gente oiga, sepa de la registración, del proceso ( en la página habilitada en la internet) y se presenten ellos mismos”.
La directora del ‘task force’ dijo además que “en los meses que siguen “esperamos que sigamos y podamos reunir a todas las familias” afectadas por las separaciones forzadas.
En cuanto a la nacionalidad de las familias reunificadas, Brane dijo que la mayoría son originarios de Guatemala. “Muchos son de zonas rurales. Hay familias de al menos 20 países entre ellos. Todos han cooperado durante el proceso. Estamos trabajando con las ONG’s, no con los gobiernos porque los afectados no confían en ellos. Eso hace más difícil el trabajo”, indicó.
Al término de la entrevista, Brane dijo que el secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Alejandro Mayorkas, recientemente asistió a la reunificación de un grupo de familias. “En ese encuentro las familias le dijeron a Mayorkas que las pesadillas siguen, la falta de confianza, los niños tienen miedo, ansiedad”, apuntó.
“Mayorkas les dijo que tenemos una responsabilidad para arreglar lo que se hizo (al separarlos forzadamente) y les pidió perdón por lo que han tenido que pasar” durante todos estos años distanciados, concluyó Brane.