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Inmigrantes indocumentados

Son "lugares de tortura": abogados solicitan medida de emergencia para acabar con la crisis en los centros de detención de menores

Con el aval de 65 declaraciones de médicos, defensores, niños detenidos y padres, los abogados piden a una corte que permita que entes independientes inspeccionen las instalaciones de la Patrulla Fronteriza en El Paso y en el Valle del Río Grande para que se hagan correctivos y no se le niegue a los menores agua potable, comida saludable, a servicios de salud y el dormir.
27 Jun 2019 – 03:10 PM EDT
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Un grupo de abogados urgió a una corte de California una medida de emergencia para que los centros de detención de menores de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en El Paso y el Valle del Río Grande sean inspeccionados. Alegan que las condiciones de reclusión de estos niños y adolescentes son insalubres y que están generando un "daño irreparable" en estos menores.

La petición está avalada por 65 declaraciones de médicos, abogados, niños detenidos y sus padres. Citan el Acuerdo Flores de 1997, que establece que los niños en custodia de Estados Unidos tienen derecho a ser detenidos en espacios seguros e higiénicos. Pero en su lugar, denuncian, están siendo recluidos por semanas "en condiciones deplorables", privados del a elementos básicos como el jabón, el agua potable, duchas, ropa limpia (y no la misma con la que cruzaron la frontera), poder ir al baño, usar cepillo de dientes, contar con una adecuada nutrición y dormir. Los demandantes exigen que los niños puedan tener a todo lo anterior.

Tienen tres peticiones fundamentales: que las instalaciones sean inspeccionadas por un experto en salud pública; el inmediato a estos centros de personal médico independiente seleccionado por los demandantes para evaluar las necesidades médicas y psicológicas de los niños; y desplegar un equipo que pueda acelerar la liberación de los menores.

La medida, que fue introducida en la corte el miércoles por la noche, es la respuesta a visitas programadas de distintos abogados a las instalaciones de CBP en esas zonas y en las que conversaron con grupos de niños. Allí constataron las violaciones de derechos humanos a las que son sometidos los menores.

La polémica por las denuncias de irregularidades en una de las estaciones de procesamiento que visitaron, la de Clint, en Texas, fue tal que el lunes el gobierno había anunciado la reubicaci´on de 300 menores. Pero apenas un día después 100 de ellos fueron devueltos.

Esta semana, una abogada del Departamento de Justicia se presentó ante una corte para defender el argumento de que el Acuerdo Flores no obliga a las autoridades a proveer cepillos de diente, jabón o champú, por ejemplo. El de jueces del Noveno Circuito, quienes escuchaban la exposición, quedaron sorprendidos y le recalcaron que aunque no esté precisado en una lista, es inconstitucional que a un menor no se le permita dormir, bañarse o lavarse los dientes.


Las autoridades han reconocido que estos centros de procesamiento no tienen las condiciones para albergar a niños por largos periodos; en realidad fueron construidos para recibir a migrantes adultos. Aseguran además que el volumen de inmigrantes que están llegando de Centroamérica ha generado una crisis humanitaria sin precedentes que ha comprometido los recursos de la agencia.

Sin embargo, esta semana, un portavoz de CBP rebatió en una llamada telefónica con medios que los niños no tengan a jabón o a pañales, como denuncian los abogados tras sus entrevistas con los menores.

Los argumentos

Aunque el gobierno lo niegue, el documento de 22 páginas con el que el miércoles los abogados reclamaron una orden de emergencia de un juez va en consonancia con lo que halló la oficina del Inspector General del propio Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en otras inspecciones diferentes.

La insalubridad, la falta de atención médica y de tratamientos, y el hacinamiento en el que duermen está presente en ambas versiones. Los abogados en su querella aseguran que estas condiciones están generando que las enfermedades virales se contagien con mayor velocidad a personas sanas. "Con cada día que pasa, más hospitalizaciones están ocurriendo y más vidas están en riesgo. La intervención judicial inmediata es necesaria para forzar el cumplimiento inmediato del acuerdo (Flores), acabar con esta crisis de salud y bienestar, y evitar más enfermos y muertes de ni˜nos en la frontera".

Un pediatra que visitó una de las instalaciones de CBP conocida como Ursula, en McAllen, Texas, la comparó con "centros de tortura" por el frío extremo, porque las luces permanecen encendidas las 24 horas, no se brinda a cuidados médicos, al higiene básico, al agua o a comida adecuada. De hecho, explican que tras la visita de este médico cinco niños fueron ingresados en la unidad de cuidados intensivos de un hospital local.

"Varios detenidos testificaron que los oficiales les quitaron la ropa extra que traían, las medicinas o los insumos para bebés", dicen los abogados en su querella. Agregan que algunos niños llegaron con la ropa mojada y no se les permitió cambiársela antes de ser recluidos en celdas a temperaturas gélidas.

A quienes están alimentando a bebés no se les está permitiendo lavar los biberones una vez que fueron usados: "Darle de nuevo un biberón con fórmula a un niño conlleva un alto riesgo para la salud que puede generar infecciones severas, como diarreas y la muerte en estas poblaciones vulnerables", señaló el pediatra. Y a las madres lactantes no se les da el agua suficiente, por lo que ni producen suficiente leche ni pueden alimentar correctamente a sus bebés: en lugar de beber los tres litros diarios que necesitan, les dan la mitad y solo durante las comidas.

Sobre la comida, los abogados denuncian que las cantidades son insuficientes y en algunos casos es incomible.

A esto se suma que adolescentes están cuidando de niños y de bebés sin supervisión de un adulto. Y que muchos deben dormir apiñados, en el suelo y sin cobijas porque no hay camas suficientes.

Y las separaciones y la incomunicación de los menores con sus familiares continúa. Un niño contó que fue separado de su padre y que desde entonces no sabía de él: "Lloré (...) No me explicaron cuánto tiempo me quedaré aquí. Estoy asustado y triste", dijo. A otros niños no les permitieron reunirse con su abuela a pesar de que ella mostró los documentos en los que la madre le cedía la custodia: "Los oficiales le rechazaron los papeles al decirle que debían estar firmados por un juez. Luego se llevaron a mi abuela y desde entonces no la hemos visto... tampoco nos han dicho como podríamos reunificarnos con nuestra abuela".

A eso se suma que, según los abogados, las autoridades no procuran liberar rápidamente a los niños para que vuelvan con sus padres, sean llevados con sus sponsors o a instalaciones para menores.

Por todo lo anterior, concluyen, en los centros de CBP de esos dos sectores —los que registran el mayor número de arrestos de inmigrantes que llegan a EEUU— se vive una "emergencia de salud pública".

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