Qué lecciones han dejado las caravanas de migrantes que llevan a otros a emprender el viaje hacia EEUU
La caravana de migrantes no se llamaba caravana sino caminata, un viacrucis de inmigrantes que desde 2010 recorre parte de México para llamar la atención sobre el problema del éxodo, la violencia y la desaparición de personas en su viaje para llegar a EEUU con la finalidad de cruzar ilegalmente o pedir asilo.
Fue el presidente 'tolerancia cero'.
Qué pasó con el viacrucis
Tal y como estaba previsto por los organizadores, la primera caravana comenzó a disolverse los primeros días de abril cuando los caminantes llegaron a la Ciudad de México.
Unos cientos de caminantes, la mayoría procedentes del Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras) y México, anunciaron que continuarían viaje al norte para tratar de llegar a Estados Unidos en busca de asilo.
Trump volvió a advertirles por Twitter que se detuvieran, pero no lo hicieron y continuaron su avance hacia el norte.
¿
Era la primera vez que intentaban llegar a EEUU?
No. El fenómeno comenzó alrededor de 2013. La primera caravana “hizo visibles cosas que ya estaban pasando sin llamar la atención”, dice la antropóloga Amelia Frank-Vitale. La marcha de los migrantes que ahora estamos viendo “es más bien una consolidación de procesos sociales que tienen mucho tiempo en formarse” y de los que muchos estaban advertidos, agrega.
¿Por qué huyen?
Las razones son varias. Expertos, analistas y periodistas que cubren el flujo migratorio mencionan, entre otras: pobreza, falta de empleo, violencia doméstica, violencia política, violencia de pandillas, hambre, persecución por motivo de género, persecución por pensamiento político. Y también por causa del cambio climático (sequía, huracanes, lluvias intensas, inundaciones).
¿Tienen causa de asilo?
El gobierno de Trump interpreta la ley de asilo literalmente. Es decir, acepta como motivo o causa de asilo la persecución por motivo de:
· Raza
· Religión
· Nacionalidad
· Pertenencia a un grupo social en particular
· Opinión política
Las razones que se conocen y que han expresado los integrantes de la caravana, suponen que de los 401 casos de la primera caravana que se entregaron a la Patrulla Fronteriza, en el 93% “existió causa para creer que, si el gobierno regresa a estas personas a sus países, pueden sufrir consecuencias para sus vidas”, explica a Univision Noticias Jaime Barrón, un abogado de inmigración que ejerce en Dallas, Texas. “Además, no necesariamente los que pasan la entrevista de miedo creíble ganan un caso de asilo”, advierte.
A su vez, el abogado de inmigración José Guerrero, quien ejerce en Miami, Florida, dijo que “quienes no pasan la entrevista de miedo creíble, ni siquiera tienen opción de ver a un juez de inmigración", quien en última instancia decide el futuro de la persona en Estados Unidos.
El elevado porcentaje de casos que pasaron la entrevista de miedo creíble es suficiente argumento para contagiar a otros migrantes que inician el viaje a Estados Unidos utilizando los mismos argumentos, señalan expertos, abogados y analistas consultados por Univision Noticias.
¿Qué dice el gobierno?
El gobierno tiene las manos atadas y presiona para que el Congreso cambie la ley y la ajuste a las exigencias del presidente Trump. Y estima que los protocolos vigentes son débiles y empujan para que cada año la presión por buscar asilo aumente.
"La barrera extremadamente baja para establecer un temor creíble, es propicia para el fraude y el abuso”, dijo a Univision Noticias Michael Bars, vocero de la USCIS. “Esto se debe a que, una vez que un individuo supera este umbral bajo (reducido), la gran mayoría (de los peticionarios de asilo) son remitidos a un juez de inmigración y la mayoría es liberada con la promesa de comparecer ante un tribunal semanas, meses o años después, independientemente de si planean presentarse (a sus citatorios) o no”, agregó.
En muchos casos, el inmigrante no se presenta a sus audiencias y permanece sin documentos en suelo estadounidense.
Por qué los liberan
La ley dice que el gobierno:
- No puede deportar inmediatamente a menores que procedan de países no fronterizos. Debe colocarlos en proceso de deportación y que sea un juez quien decida su futuro en Estados Unidos (Ley TVPRA de 2008).
- No puede separar forzosamente a las familias y deportar a los padres sin sus hijos.
- No puede privar de libertad por más de 20 días a menores de edad. (Acuerdo Judicial Flores de 1997).
“El presidente Trump está prometiendo que va a encarcelar a los que vienen en la segunda caravana, que son miles. Pero no puede hacerlo, hay leyes que se lo impiden”, dice Alex Gálvez, un abogado de inmigración que ejerce en Los Ángeles, California. “Además, las cárceles de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) están llenas, y el Congreso no le ha aumentado el presupuesto ni la cuota diaria de camas. No hay espacio y no tiene cómo cumplir su amenaza”, agrega.
“Por eso anunció un esperar presos hasta que concluya el proceso migratorio de sus hijos”, indica.
Gálvez dice además que el discurso de Trump “es como un perro que ladra mucho pero no muerde. Estamos en época de elección y quiere a toda costa mantener su imagen antiinmigrante ante su gente. No quiere verse débil frente sus votantes. Eso es todo”.
A qué se enfrenta la segunda caravana
Lilia Velásquez, profesora adjunta de la facultad de leyes de la Universidad de California, en San Diego, dice que, si la segunda caravana llega a la frontera de EEUU, los integrantes tienen el derecho de pedir asilo.
“Lo que es importante es cuando un caso de asilo se inicia en el puerto de entrada, primero lo ve un agente de miedo creíble. Si prueba que el miedo (de que puede perder la vida si lo deportan) es real, su caso es referido a un juez y la persona está oficialmente en un juicio de deportación”.
“Este proceso es obligatorio”, añade. “Ahora, si el agente determina que no hay o no se estableció suficiente miedo creíble, de todas maneras puede decidir enviar el caso a la corte de inmigración para que sea un juez quien revise los antecedentes, pero con la decisión previa del agente. Aquí aumenta el riesgo de que el asilo sea denegado y la persona siga detenida”.
Velásquez añade que también se debe tener en cuenta la ley de prevención de tráfico humano de 2008 (TVPRA), que exige sea un juez de inmigración quien decida el futuro de un menor de edad.
Cuándo se presentarán ante un juez de inmigración
De acuerdo con informes de la Oficina de Revisión de Casos de Inmigración (EOIR) del Departamento de Justicia, a los que Univision Noticias tuvo , al 30 de junio había 732,730 casos acumulados y unos 350 jueces.
“El atasco es de tal magnitud, que algunos casos de asilo se demoran años”, advierte Gálvez.
Son precisamente los años de espera los que cuestiona severamente el gobierno de Trump, quien alega que muchos están abusando del sistema. Culpa a los demócratas de no hacer lo suficiente para cambiarlo.
“Pero es la ley”, dice Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA). “La gente tiene derecho a tener su debido proceso, que sea rápido, pero no de forma acelerada enfocado en la deportación, sino en que los inmigrantes sean escuchados y los jueces puedan oir sus argumentos”, agrega.
“Nosotros queremos que el debido proceso se modernice, que sea justo y apegado a la ley. Si queremos más jueces, pero no queremos un proceso de mentira donde los inmigrantes no sean escuchados y donde no tengan opción de defender sus argumentos y donde no tengan la oportunidad de tener una representación legal”, concluyó.