¿Por qué Trump sigue diciendo que cerrará la frontera pese a que nunca ha cumplido la amenaza?
El presidente Donald Trump utilizó nuevamente el sábado su cuenta de la red social Twitter para culpar a la oposición demócrata por las “débiles” y “estúpidas” leyes de inmigración. Además, culpó a la oposición de oponerse a cambiarlas porque “no quieren ninguna victoria” para él y el Partido Republicano.
“Sería tan fácil arreglar nuestras débiles y muy estúpidas leyes de inmigración inspiradas por los demócratas. En menos de una hora, y luego una votación, el problema se resolvería. Pero a los demócratas no les importa el crimen, no quieren ninguna victoria para Trump y los republicanos, aunque sea bueno para Estados Unidos”, escribió el mandatario.
Lo que no dijo Trump en su nuevo y repetitivo mensaje, es que había hecho exactamente lo mismo el 8 de octubre de 2017, cuando ambas cámaras del Congreso estaban controladas por los republicanos, y además contaban con una supermayoría en la Cámara de Representantes. Le pidió a ambos partidos cambiar la ley de inmigración para acomodarla a su discurso.
Y a pesar del discurso antiinmigrante que blandea desde que llegó a la Casa Blanca el 20 de enero de ese año, la Cámara Baja, entonces bajo el liderazgo de Paul Ryan, le negó llevar un plan migratorio al pleno como quería el presidente.
La reforma de Trump
En la carta de octubre del 2017, dirigida a los líderes del Senado y la Cámara de Representantes, Trump les presentó, después de nueve meses de gobierno, “los principios de mi istración para reformar el sistema de inmigración”.
Entre sus exigencias, pedía eliminar los siguientes programas, leyes y/o acuerdos judiciales vigentes:
- La Acción Diferida del 2012 (DACA), que ampara de la deportación a miles de dreamers y les otorga una autorización de empleo.
- La Ley de Reautorización de Protección de Víctimas de Tráfico de William Wilberforce de 2008 (TVPRA, por sus siglas en inglés), que prohíbe al gobierno deportar a menores de edad que no sean de países fronterizos (México o Canadá) detenidos en la frontera, y exige que sea un juez de inmigración quien resuelta sus futuros en el país.
- El Acuerdo Judicial Flores de 1997, que prohíbe al gobierno federal privar de libertad a menores de edad en centros de detención o prisiones,
- El Acuerdo Zadvydas de 1997. ICE no tiene derecho a mantener a un no-ciudadano bajo custodia al que no ha podido deportar por más de seis meses a menos de que presenten claras señales de ser un riesgo para la seguridad nacional.
El mismo discurso
Respecto a DACA, Trump lo canceló el 5 de septiembre del 2017, pero hasta ahora al menos 4 fallos judiciales lo mantienen vigentes y la Corte Suprema desestimó un recurso del gobierno y dictaminó que no procederá hasta que finalice el trabajo de las cortes inferiores.
De las otras tres exigencias, el jueves la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Kirstjen Nielsen, envió una carta esta vez a los legisladores, pidiéndoles que reformen las mismas leyes que en el 2017 solicitó Trump, solicitud que los republicanos no cursaron y situación de la que ahora el presidente culpa solo a los demócratas.
Ambas exigencias, tanto la de Trump como la hecha por la jefa de la seguridad nacional de Estados Unidos, tienen un solo propósito: arrestar al mayor número posible de inmigrantes indocumentados en la frontera, procesarlos y deportarlos aceleradamente.
Por qué lo hace
La pregunta que vuelve a saltar sobre la mesa es por qué el presidente le echa la culpa a los demócratas de la desatención y el poco caso que le hace el Partido Republicano a su política de 'tolerancia cero' en materia migratoria.
“Porque es más fácil culpar a los otros que cuestionarnos nosotros mismos, y porque ese argumento, de culpar a los demócratas, siempre ha sido una de sus mejores técnicas para motivar a su base electoral”, dice a Univision Noticias Roberto Izurieta, director de los programas de América Latina y Campañas Políticas de la Universidad George Washington. “En otras palabras, por razones políticas-electorales más que por buscar solucionar el problema de fondo”.
Izurieta dice además que el presidente trata de “avanzar en su lucha por la reelección, no necesariamente para reparar el problema en la frontera, sino arreglar su problema” y ser electo para un nuevo mandato de cuatro años en los comicios programados para el primer martes de noviembre del 2020.
Qué dicen los republicanos
Los republicanos moderados, el ala del partido que ha frenado todos los intentos de Trump por imponer su agenda migratoria en ambas cámaras del Congreso, no están de acuerdo con el discurso antiinmigrante del mandatario. Y no ocultan su malestar.
“El seguir enfocándose en quién tenga la culpa no va a resultar en soluciones”, dice La Iniciativa Libre, un grupo republicano que promueve los acuerdos bipartidistas en el Congreso, y respalda soluciones para darle a los dreamers un estatus legal de permanencia y también a los inmigrantes protegidos por un Estatus de Protección Temporal (TPS).
“La realidad es que el Congreso requiere que el presidente y los líderes de ambas cámaras trabajen juntos en una forma bipartidista para resolver los problemas de nuestro sistema migratorio”, dice Wadi Gaytán, vocero de La Iniciativa Libre.
A mediados de febrero durante el debate de lo que restaba del presupuesto de gastos para el año fiscal 2019, el Senado, controlado por los republicanos, desestimó las exigencias de Trump que pedía, entre otras, $5,700 millones de dólares para construir el muro en la frontera con México (su principal promesa inconclusa de campaña).
Dos días más tarde, Trump dijo en su cuenta de Twitter que estaba “construyendo el muro”.
Qué dice la Casa Blanca
La Casa Blanca sostiene que el presidente Trump “también criticó a Paul Ryan cuando fue presidente del Congreso (Speaker of de House) por no haber terminado la reforma migratoria” durante su gestión.
“En este momento los demócratas están a cargo de la Cámara y están impulsando una agenda de fronteras abiertas, y se niegan a ayudar a resolver la creciente crisis en la frontera”, dijo a Univision Noticias Mercedes Schlapp, directora de Comunicaciones de la Casa Blanca.
Schlapp agregó que “los demócratas, simplemente, niegan que estamos en un punto de ruptura en la frontera y se niegan a hacer arreglos legislativos”.
Ese "punto de ruptura" mencionado por Schlapp llevó a Trump a decretar el 15 de febrero un estado de emergencia nacional debido a la existencia de una crisis.
Ese mismo día, los líderes demócratas en el Congreso, Nancy Pelosi y Charles Schumer, señalaron que la declaración de emergencia del presidente era “ilegal” y que la supuesta crisis en la frontera “no existe”.
Agregaron que la decisión del mandatario “violenta” la Constitución y hace que Estados Unidos “sea menos seguro” al sacar dinero de fondos “de defensa que se necesitan con urgencia para la seguridad de nuestros militares y nuestro país”.
Pelosi y Schumer dijeron además que “la declaración de emergencia del presidente, si no se controla, alteraría fundamentalmente el equilibrio de poderes, inconsistente con la visión de nuestros fundadores” y pidieron a los republicanos que se unieran en este esfuerzo por defender la Carta Magna.
Daniel Buchelli, analista republicano y ex portavoz de la Conferencia Republicana de la Cámara de Representantes, dijo este domingo a Univision Noticias que ”el presidente Trump siempre ha sido firme y claro con ambos partidos" en la necesidad de reformar el sistema de inmigración. “Sin duda fue una oportunidad perdida del Congreso gracias al fallido liderazgo de Paul Ryan y Bob Goodlatte”, añadió.
Buchelli dijo además que “para cambiar las leyes de inmigración republicanos y demócratas deben trabajar de manera bipartidista con el presidente”. De lo contrario, todo seguirá igual como hasta ahora.
Goodlatte presidió el Comité Judicial de la Cámara Baja durante el mandato de Ryan.
El último ataque de Trump
El viernes Trump volvió a culpar a los demócratas y esta vez amenazó nuevamente con cerrar la frontera con Méxicio en tres tuits consecutivos:
Analistas advierten que la guerra de palabras no se detendrá y que la campaña de reelección ya comenzó, por lo menos para el presidente.