"Quedarán desprotegidas nuestras familias": Organizaciones de inmigrantes responden al discurso de Trump en el Estado de la Unión
"Nunca hubo un tiempo mejor para vivir el sueño americano", lanzó discurso del Estado de la Unión, unas palabras que deben sonar como una macabra broma para los millones de inmigrantes que sufren su política migratoria.
Se esperaba que el presidente hablara de su propuesta para proteger a los dreamers de la deportación (los jóvenes inmigrantes traídos por sus padres al país cuando eran niños) y éste insistió en los puntos que ya dio a conocer la semana pasada: ofrece un camino a la ciudadanía para 1.8 millones de dreamers a cambio de $25,000 millones de dólares para construir el muro en la frontera con México, reforzar la seguridad fronteriza, limitar la inmigración legal, cancelar la lotería de visas y acelerar las deportaciones, entre otras polémicas medidas.
Trump no aflojó en su discurso antiinmigratorio y volvió a pintar en el Congreso un terrible cuadro basado en la muerte de dos adolescentes hispanas a manos de integrantes de la Mara Salvatrucha (MS-13) para sugerir que la inmigración es resposable del crimen y la violencia que existe en el país.
Trump sigue siendo Trump
Por su parte, los activistas de organizaciones de inmigrantes muestran su desconfianza con la propuesta de Trump y temen que no haya acuerdos en inmigración en el corto plazo mientras el presidente no cambie su discurso.
“No esperábamos un cambio” en la postura del presidente, dice Gabriela Pacheco, directora de programas de TheDream.US. “Trump siempre ha sido como es respecto a los inmigrantes, desde el día en que anunció su candidatura en junio de 2015. Habla mal de los países de donde venimos y tiene una percepción de que somos menos”.
Respecto al plan migratorio lanzado por Trump, Pacheco asegura que se apruebe o no en el Congreso, “esto va a empeorar". "Con el plan del presidente quedarán desprotegidas nuestras familias y eso no está bien”.
Los otros 9 millones
Las organizaciones de inmigrantes también critican que el presidente solo contemple un camino a la ciudadanía para esos 1.8 millones de dreamers y se olvide por completo de los otros 9 millones de indocumentados que
también luchan para poder vivir el sueño americano.
Esto a pesar de que, de acuerdo con datos recientes del Pew Center, la opinión pública de los estadounidenses sobre los inmigrantes “ha avanzado en una dirección positiva en los últimos años”. Según esta organización, la mayoría de los estadounidenses (65%) cree que los inmigrantes fortalecen al país con su arduo trabajo y su talento.
“El público tiene puntos de vista claros sobre dos temas centrales en el debate migratorio actual en el Congreso: el 74% está a favor de darle un estatus legal a los dreamers, mientras que solo el 37% está a favor de expandir el muro a lo largo de la frontera con México”, dice el centro.
Reforma migratoria “destructiva”
United We Dream (UWD), la principal organización de dreamers de Estados Unidos, rechaza el plan migratorio de Trump “porque tiene intereses bien peligrosos”, dice Juan Manuel Guzmán, director de asuntos gubernamentales de la organización.
“Nosotros hemos sido bien claros hasta ahora. Rechazamos rotundamente el plan del presidente, no vamos a sacrificar a nuestros padres que ya se han sacrificado tanto por nosotros. El proyecto presentado por la Casa Blanca y defendido esta noche por el presidente es radical y supremacista”, agrega.
Los dreamers temen que, de ser aprobado el marco de principios migratorios de Trump, el gobierno federal cuente con los recursos necesarios para poner en funcionamiento una poderosa maquinaria de deportaciones que tendrá, entre sus objetivos, a los otros 9 millones de indocumentados que viven en nuestro país, incluidos sus progenitores.
Propuesta “irresponsable”
En California tampoco confían en la oferta del presidente para legalizar a los dreamers, a menos que se le introduzcan cambios significativos.
“Pareciera que al presidente no le importa el caos que producen sus cambiantes posturas en inmigración”, advierte Jorge Mario Cabrera, director de comunicaciones de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Angeles (CHIRLA). “Trump actúa con los jóvenes inmigrantes (dreamers) y la comunidad latina igual que un abusador doméstico que arremete violentamente en contra de su pareja y después le dice: ‘Te quiero’. Es irresponsable su falta de seriedad”.
Del plan para darle ciudadanía a 1.8 millones de soñadores a cambio de dinero para el muro, la seguridad fronteriza, incluyendo aumentar las deportaciones expeditas quitándole el derecho a miles de indocumentados de ser presentados ante un juez de inmigración, Cabrera dijo que “el presidente lamentablemente sigue escuchando los susurros de los supremacistas blancos que no esconden su odio hacia los inmigrantes”.
“Para el gobierno de Trump nosotros somos un estorbo y están haciendo todo lo posible por crear una sociedad hostil que obligue a los inmigrantes a esconderse más o autodeportarse”, apuntó. “Es triste que no reconozca que, gracias a las contribuciones de los inmigrantes, este país es grande, y que en nuestros hombros cargamos el futuro glorioso de esta nación”, añadió.
La maquinaria de Trump
“El plan del presidente no trata de deportar inmediatamente a los 11 millones de indocumentados, o los 9 millones sin contar a los dreamers”, indica Ezequiel Hernández, un abogado de inmigración que ejerce en Phoenix, Arizona, y colabora frecuentemente con la redacción de Univision Noticias. “Pero la maquinaria que conlleva, lo que pide Trump, sería peor cada mes en los años venideros”.
“No habría un futuro para los indocumentados después de este compromiso o plan que presenta Trump si lo aprueba el Congreso. Sencillamente porque ya no habrá crédito político para la inmigración, porque no habrá palanca para nada. Esto le sella la fe a todos los indocumentados que han aguardado por años una oportunidad de legalizar sus permanencias en Estados Unidos”, puntualiza Hernández.
“El problema para los indocumentados, teniendo en cuenta la forma en que fue redactado el marco de principios, es que cada año sucesivamente la gente irá cayendo en el sistema, en el proceso, y serán tomados por la maquinaria de deportaciones de Trump. Y la mayoría de quienes vayan cayendo, les aplicarán la ley de los 10 años o ley del castigo para que no puedan regresar en muchos años. Y no hay cura para eso, a menos que el congreso cambie la Ley”, precisa.
Las mismas preocupaciones son señaladas por Lilia Velásquez, profesora adjunta de la facultad de leyes de la Universidad de California en San Diego. “Si se otorgan poderes extraordinarios a los agentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para deportar a inmigrantes, millones de personas se verán afectadas en sus derechos”, dice.
Para la organización America’s Voice, en Washington, D.C., Trump no dará marcha atrás en su política migratoria “mientras siga creyendo que cuenta con el respaldo del 30% de los republicanos más extremistas, antiinmigrantes y recalcitrantes que lo llevaron a la Casa Blanca en el 2016”.
“Los próximos días y semanas serán cruciales para el futuro de los dreamers y de los inmigrantes en general”, dice Maribel Hastings, asesora ejecutiva de la organización. “Y también para el presidente Trump y los republicanos”.