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Los trabajadores en Mississippi sabían que las redadas de ICE venían: así fue como se prepararon

El gobierno de Trump había advertido que el blanco de las redadas serían inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales. Pero organizaciones aseguran que esos 680 arrestados son trabajadores que llevan muchos años en el país y tienen hijos ciudadanos estadounidenses.
7 Ago 2019 – 10:41 PM EDT
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La amenaza de redadas masivas lanzada por Donald Trump en junio demoró en cumplirse. Incluso muchos pensaron que no lo haría porque los centros de detención estaban llenos y el atasco en las cortes de inmigración bordea los 900,000 y apenas hay unos 424 jueces.

“Pero se cumplió”, dice Luis Espinoza, de la Alianza de Mississippi para los Derechos de los Inmigrantes (MIRA). “Hoy hubo redadas en varias plantas procesadoras de pollo en Morton. Muy cerca de allí, en Canton, se llevaron como a 60 de los 680 arrestados por los agentes federales. Ahora hay mucho miedo”.

El gobierno de Trump había advertido que el blanco de las redadas serían inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales. Pero las organizaciones dicen que se trata de trabajadores que llevan muchos años en el país y tienen hijos ciudadanos estadounidenses.

Qué dijo ICE

La Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) dijo que en el operativo participaron unos 600 agentes y que se ejecutaron “múltiples órdenes federales de búsqueda criminal en siete plantas de procesamiento agrícola en Mississippi”.

La agencia agregó que la redada fue parte de “una investigación criminal” dirigida por la Unidad de Investigaciones Especiales (HSI) del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

Además de los arrestos, ICE dijo que “los agentes confiscaron los registros comerciales relacionados con la investigación penal federal en curso” y que las órdenes finales de deportación de algunos detenidos serán ejecutadas.

El fiscal de Estados Unidos para el distrito sur de Mississippi, Mike Hurst, dijo que la operación fue “la mayor registrada en un lugar de trabajo en la historia del país”.

Estaban alertados

Espinoza dice que el radio donde se llevaron a cabo las redadas “tiene un diámetro de unas 60 millas a la redonda. Son ciudades pequeñas donde se ubican las plantas avícolas. La mayoría de los trabajadores son originarios de Centroamérica y de México”.

El activista cuenta que “la gente había recibido hace unas semanas una carta de la empresa donde les decían que los números del Seguro Social no cuadraban con los registros, y les estaban pidiendo documentos para aclarar el problema o de lo contrario ya no iban a poder seguir trabajando”.

En mayo el diario The New York Times reportó que el gobierno había enviado 570,000 cartas a empleadores y empresas, avisándoles sobre trabajadores cuyos números de seguro social no concordaban con sus identidades.

Las cartas incluían el nombre y el apellido del empleado cuya información no concordaba con las bases de datos federales (no match).

“No sabemos cuántos de los 680 trabajadores que se llevaron en la redada tenían documentos falsos o con otras identidades. Pero sabemos que en estas plantas todos deben tener papeles para trabajar”, dijo Espinoza.

Papá y mamá se turnaban

En cuanto a la situación de los niños, la organización MIRA evaluaba la noche de este miércoles cuántos habían sido afectados. “Como ya sabían de las redadas, la gente estaba preparada”, dice Espinoza. “ Las mujeres trabajaban en el turno del día y los hombres en el turno de la noche. Así, cuando llegara la migra, uno de ellos se quedaría en casa con los pequeños”.

ICE llevó varios buses a las procesadoras para trasladar a los detenidos. Medios locales reportaron que vecinos y familiares de los detenidos gritaban que los dejaran libres. En algunos puntos niños lloraban desconsolados.

“Mientras se los estaban llevando el presidente estaba en Texas visitando a las víctimas del tiroteo en el wal-Mart”, dijo Espinoza. “Ahí también sufrió nuestra comunidad. Son eventos muy dolorosos”.

MIRA dijo las organizaciones están recopilando información y ya se está recibiendo ayuda de la comunidad para atender a las familias de los inmigrantes detenidos. “Muchas familias se quedaron sin trabajo, no podrán regresar a las plantas hasta que no arreglen su situación y todos tienen pánico de salir a la calle. La redada terminó, pero los daños seguirán por mucho tiempo”, dijo el activista.

Bill Chandler, director ejecutivo de MIRA, dijo al periódico local Jackson Free Press, que ICE clasificará a los detenidos en Louisiana, y que aquellos que hayan cometido crímenes o tengan violaciones migratorias previas, serán privados de libertad. “Pero otros podrán salir libres con un grillete mientras continúan sus casos de deportación”.

“Todos los extranjeros indocumentados arrestados están siendo entrevistados por el personal de ICE para registrar cualquier posible situación humanitaria atenuante”, dijo la agencia en un comunicado. “Con base en estas entrevistas, y considerando su historial criminal y de inmigración anterior, se determinará caso por caso en función de la totalidad de las circunstancias de cada individuo detenido”, agregó.

Llamado al Congreso

Tras la redada, organizaciones que defienden los derechos de los inmigrantes lanzaron un llamado al Congreso para actuar y limitar las redadas advertidas por el presidente.

El Movimiento de Reforma Migratoria Justa (FIRM) dijo que “nuestros corazones están con las familias en Mississippi, que sienten el dolor desgarrador de tener a sus seres queridos llevados por la maquinaria de deportaciones de esta istración”.

“Las comunidades de inmigrantes aún se están recuperando del ataque mortal en El Paso. Hoy, el gobierno de Trump alimentó el miedo y la ansiedad con los que vivimos a diario con una incursión masiva en el lugar de trabajo que resultó en la detención de 680 personas. Es cruel y no está a la altura de la América en la que creemos, una donde nuestras políticas tienen sus raíces en la dignidad y el respeto”, indicó.

A su vez, la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Angeles (CHIRLA), pidió al Congreso que deje de financiar “la odiosa y racista agenda de aplicación de la ley de inmigración del gobierno de Trump”.

"Como dice el refrán, cuando algo es tan extraño y fuerte no es una coincidencia. En un día en que el presidente visitó a Dayton (Ohio) y El Paso (Texas) para unirse a los que lloran el asesinato en masa de personas atacadas debido a su percepción de estatus migratorio, raza u origen étnico, su gobierno aterroriza y detiene a 680 personas en las comunidades de Mississippi donde viven y trabajan los inmigrantes", dijo Angelica Salas, directora ejecutiva de CHIRLA.

"Acorralar a las personas en el trabajo o en el hogar es una forma indigna de tratar a nuestros vecinos y lo condenamos. En un día en que buscamos palabras y actos unificadores para sanar el corazón roto de la nación, el presidente permite que tantas familias y comunidades se desgarren", precisó.

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