"Los inmigrantes son esenciales": por qué esa frase tiene aún más peso este Día del Trabajo en cuarentena

Por miedo a que sus familias se contagiaran de coronavirus, varios operadores de guarderías (daycare) en Los Ángeles cerraron. Pero la salvadoreña Maritza Montoya mantuvo abierto su negocio para contribuir desde su trinchera en la lucha contra la pandemia. En medio de la cuarentena, ella cuida a los hijos pequeños de trabajadores considerados esenciales, incluyendo dos empleados de un hospital.
“Es mi manera de querer ayudar”, dijo Montoya en una entrevista con Univision Noticias, que se realizó en medio de una ajetreada jornada cuidando a seis niños, cuyas edades van de los siete meses a los seis años. Le ha tocado lidiar con las clases virtuales y la falta de insumos médicos. La desinfección de la guardería es constante. Su labor comienza desde la madrugada y termine hasta la tarde.
“Ha sido una situación crítica y estresante, porque la vida de estos niños es nuestra responsabilidad y no tenemos lo que necesitamos. Cubrebocas no tenemos, los hemos hecho de tela; apenas ayer conseguí un bote de alcohol y no encontramos guantes, usamos los de la cocina que son de plástico”, describe esta centroamericana de 56 años.
Montoya era arquitecta en su país. Tenía 30 años cuando dejó su despacho y su casa en El Salvador para buscar el ‘sueño americano’. Era 1992. Aquí ha criado a sus tres hijos y uno de ellos ahora le ayuda en el daycare. Lo abrió hace 24 años y asegura que ni siquiera durante la crisis de 2008 había tenido tan pocos niños a su cargo. Sin su guardería, subraya, los padres de esos niños quizás estarían en sus casas.
“Los hispanos somos esenciales para la economía de este país ¿Dónde dejarían a sus criaturas estos padres? ¿Cómo le harían para trabajar? Quizás yo no soy el mejor ejemplo, pero trato de dar el mejor servicio para que las familias estén tranquilas”, señala.
La fuerza laboral hispana sigue activa en hospitales, asilos de ancianos, departamentos de policía, campos, supermercados, transporte público, procesadoras de carne y en varios sectores que el gobierno cataloga como vitales para mantener funcionando al país durante la orden de quedarse en casa.
Los hispanos y otras minorías que siguen trabajando también han sido afectados desproporcionalmente por el covid-19 y la peor parte le ha tocado a las mujeres, según un análisis de la agencia AP basado en los datos de la Oficina del Censo en las 100 ciudades más grandes de Estados Unidos.
El reporte señala que los trabajadores con la etiqueta de esenciales son más propensos a vivir bajo el umbral de la pobreza, tienen hijos y viven con personas que también desempeñan labores de primera línea. AP indica que los hispanos conforman el 14% de los empleados de supermercados y que son buena parte de los que mantienen a flote los almacenes. Varios son migrantes de primera generación.
Las protestas del Día del Trabajo
La importancia de este grupo étnico durante la cuarentena ha sido resaltada este viernes, cuando se conmemora el Día del Trabajo, a través de manifestaciones en distintas partes del país y una campaña en las redes sociales titulada #ImmigrantesAreEssential (Los inmigrantes son esenciales).
También aprovecharon para exigir mejores condiciones laborales, al cuidado médico y que sean incluidos en el paquete de alivio económico del gobierno federal que entrega cheques de 1,200 dólares. Otras protestas organizadas por simpatizantes del presidente Donald Trump en Los Ángeles, Chicago, Nueva York y otros lugares pidieron, en cambio, reabrir la economía.
“Trabajadores esenciales como proveedoras de cuidado infantil, trabajadores escolares, conserjes y otros están al frente de la crisis ayudando a cuidar, alimentar y educar a nuestros hijos. Además, están desinfectando los planteles escolares para que estén seguros cuando los estudiantes regresen a clases”, dijo a este medio Max Arias, director ejecutivo del Local 99 del sindicato SEIU.
“Es por esto que exigimos que todo trabajador tenga al equipo de protección necesario. Además, exigimos que los trabajadores inmigrantes sean incluidos en todos los paquetes de ayuda de emergencia del gobierno”, enfatizó.
Una de las protestas que se realizó este viernes se enfocó en un supermercado Ralphs de Los Ángeles, California, donde al menos 19 empleados dieron positivos de coronavirus, esto es el 15% de su nómina, denunció el Local 770 del sindicato UFCW. La cadena Ralphs no se ha pronunciado al respecto.
“Esta tienda tiene el número más alto de casos positivos públicamente reportados de trabajadores de supermercados minoristas en California”, asegura el UFCW en un comunicado.
Otra industria en el ojo del huracán es la de procesamiento de alimentos, pues se han infectado varios obreros en plantas de Minnesota, Dakota del Sur, Arizona y otros estados. El 44% de esa fuerza laboral está constituida por hispanos y el 25% por negros, según el Center for Economic and Policy Research.
“Numerosas empresas de la industria del empaquetado de carne no han tomado las precauciones necesarias para proteger a los trabajadores”, advierte una carta que legisladores hispanos le enviaron a Trump pidiéndole investigar las condiciones de dichas procesadoras.
Golpeados por las muertes y el desempleo
Varios indicadores coinciden en que el coronavirus se ha ensañado con los hispanos en este país. Según los primeros reportes basados en origen étnico, este grupo registra un gran número de contagios, hospitalizaciones y muertes por dicha enfermedad.
Solo en la ciudad de Nueva York la tasa de mortalidad de este grupo es casi el doble comparado con la de personas blancas, según datos preliminares publicados por funcionarios de salud y que han sido citados por el diario The New York Times.
En Los Ángeles son el grupo con más fallecimientos e infecciones: el 38% de 1,111 muertes y registran 5,900 casos de contagios, informaron las autoridades el jueves.
También engrosaron las filas de desocupados, en parte porque solo el 16.2% de los hispanos puede desempeñar sus oficios en casa, de acuerdo con un estudio del Economic Policy Institute (EPI).
Por su parte, una encuesta del Centro de Investigación Pew realizada a finales de marzo concluye que la mitad de los hispanos (49%) dijo que sufrió una reducción salarial o perdió su trabajo por el coronavirus, en comparación con el 33% de los estadounidenses en general.
Este análisis publicado a mediados de abril advertía que cerca de ocho millones de hispanos trabajan en restaurantes, hoteles y otros sectores impactados severamente por la actual crisis.