Desaparecen tanques con agua para salvar la vida de migrantes en la frontera de Texas
Mientras gran parte del sur de Estados Unidos vive una de las peores olas de calor de su historia este verano, autoridades y activistas del sur de Texas buscan desentrañar un misterio en la árida frontera con México: la desaparición de tanques de agua que un grupo de derechos humanos había colocado estratégicamente para salvar la vida de migrantes extraviados que viajan a pie.
No es fácil que se pierdan barriles de ese tipo: son azules, de 55 galones (208 litros), están etiquetados con la palabra 'AGUA' pintada en blanco, en letras mayúsculas y llegan más o menos por la cintura de una persona. Destacan entre la maleza y pesan casi 100 libras (unos 45 kilogramos) porque están llenos de galones con agua.
Encontrar las causas de su desaparición va más allá de resolver un misterio e implica salvar vidas humanas.
Las temperaturas de verano pueden subir a 110 grados Fahrenheit (43.3 grados Celsius) en el escasamente poblado condado de Jim Hogg en Texas, con sus vastos e inhóspitos ranchos. Los migrantes, y a veces los traficantes de personas, toman una ruta a través de este condado para tratar de eludir un puesto de control de la Patrulla Fronteriza en una carretera más transitada a unas 30 millas (48 kilómetros) al este. A más de 60 millas (96 kilómetros) de la frontera entre Estados Unidos y México, puede tomar varios días caminar hasta allí para los migrantes que pueden haber pasado semanas cruzando montañas y desiertos y evitando la violencia de los carteles.
“No podemos darnos el lujo de perder tiempo en lo que hacemos”, dijo Rubén Garza, investigador de la oficina del sheriff del condado de Jim Hogg. Las lágrimas corrían por su rostro al recordar haber ayudado a localizar a un migrante desaparecido que sufrió un golpe de calor y pidió ayuda, pero murió poco después de ser rescatado.
El recuento exacto de las personas que mueren es difícil de determinar porque las muertes a menudo no se registran. La Organización Internacional para las Migraciones de las Naciones Unidas estima que casi 3,000 migrantes han muerto al cruzar de México a Estados Unidos, ahogados en el río Grande (llamado río Bravo en México) o por falta de refugio, comida o agua.
Desde la década de 1990, grupos humanitarios empezaron a colocar agua para los migrantes en varios puntos del lado estadounidense de la frontera con México, luego de que las autoridades comenzaran a encontrar los cuerpos de quienes sucumbieron a las duras condiciones climáticas.
John Meza trabaja como voluntario en el Centro de Derechos Humanos del Sur de Texas en el condado de Jim Hogg, donde una población de unas 5,000 personas se distribuye en 1,100 millas cuadradas (2,850 kilómetros cuadrados), un área más grande que el estado de Rhode Island.
Meza reabastece las estaciones con galones de agua, corta la hierba crecida y se asegura de que las coordenadas del GPS aún estén visibles en la parte inferior de las tapas de los tanques de agua. En una de sus rondas en julio, 12 de las 21 estaciones que mantiene ya no estaban, declaró.
The Associated Press comparó imágenes capturadas por Google Maps en los últimos dos años y confirmó que algunos barriles que alguna vez estuvieron allí ya no estaban. Pero, ¿qué sucedió con ellos?
Siguiendo el rastro de los tanques de agua
Los incendios forestales son comunes en esta parte de Texas, donde la hierba seca se convierte rápidamente en combustible. Los equipos de construcción de carreteras con frecuencia empujan o apartan lo que pueda ser una obstáculo para su trabajo. Pero Garza, el investigador de la oficina del sheriff, no vio señales de plástico azul derretido mientras caminaba por un camino designado por coordenadas de GPS para los barriles. Y nada indicaba que se hubieran movido los pesados tanques. Aunque los voluntarios los llenan solo parcialmente, pueden pesar hasta 85 libras (38 kilogramos).
El investigador condujo de un lado a otro de la carretera principal donde se instalaron muchas de las estaciones de agua próximas a las cercas de propiedades privadas y tomó nota de las circunstancias de cada barril faltante. En un sitio, había galones de agua vacíos en el suelo, cerca de la marca redonda dejada por el pesado barril. En otro, se cortó la hierba y se puso tierra fresca al descubierto para crear barreras contra el fuego.
Garza sospechaba que los equipos de carreteras estatales pudieron haber movido tres barriles que habían estado a lo largo de un camino sin pavimentar, pero el Departamento de Transporte de Texas lo negó. El investigador también señaló que una “enorme cantidad” de incendios forestales podría ser el culpable. También ha estado hablando con ganaderos del área con la esperanza de mostrar que las desapariciones pueden ser un simple malentendido, no un crimen. “Probablemente tengan una explicación lógica”, dijo, sin ninguna pista aparente.
Por ahora, el misterio sobre la desaparición de los tanques de agua sigue sin resolverse. Pero Meza, el voluntario que reabastece los barriles en el condado de Jim Hogg, planea continuar con su trabajo.
“Si eso fue intencional, es algo bastante malicioso. ¿Usted sabe lo que quiero decir?" Meza preguntó. “Estás diciendo: ‘dejen que estas personas mueran porque no quiero darles al agua'”, agregó.
Vandalismo y malas intenciones
En otros estados a lo largo de la frontera sur, las estaciones de agua que faltan se han atribuido a malas intenciones.
El grupo 'No More Deaths' en 2018 publicó un video de agentes de la Patrulla Fronteriza pateando y vertiendo el agua de de un galón que quedaba para las personas en el desierto.
'No More Deaths' dijo que entre 2012 y 2015 encontraron más de 3,586 galones de agua que habían sido destruidos en un área desértica de 800 millas cuadradas (2,072 kilómetros cuadrados) en el sur de Arizona.
Laura Hunter y su esposo, John, comenzaron a poner agua a lo largo de rutas populares de contrabando en el sur de California en la década de 1990. Señalan que su esfuerzo no está afiliado a grupos políticos o religiosos, pero que su trabajo a menudo es atacado.
“Cada año, tenemos vandalismo, por supuesto, ya sabes, personas que no están de acuerdo con lo que hacemos”, dijo Laura Hunter.
Hace unos 15 años los Hunter se reunieron con Eddie Canales, el director ejecutivo del Centro de Derechos Humanos del Sur de Texas, y proporcionaron el diseño de las estaciones de agua de bajo costo. A raíz de las desapariciones de barriles, ofrecieron algunos consejos.
“Los reemplazaría a todos con algunos barriles usados, simplemente los reemplazaría todos”, dijo John Hunter. “Y luego pondría un par de cámaras en esos y obtendría las placas de matrícula del tipo y su cara”.
Canales dijo que planea trabajar con voluntarios para reemplazar las estaciones que faltan en los próximos días.
La cantidad de migrantes que cruzan por el sur de Texas y las muertes posteriores disminuyeron este año después de que la istración del presidente Biden instituyera nuevas políticas fronterizas. La oficina del médico forense que cubre el condado de Jim Hogg y otros 10, recibió los cuerpos de 85 inmigrantes que murieron este año, menos de la mitad del número de cuerpos enviados a esa misma oficina en 2022. La mayoría de los migrantes que fallecieron este año sufrieron golpes de calor fatales.
Pero eso podría cambiar, especialmente si los desafíos legales a las políticas de la istración Biden tienen éxito.
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