"Desamparado y sin salida": ICE enfrenta demanda por el suicidio de un inmigrante en confinamiento solitario
Desde que el presidente Donald Trump asumió el poder en 2017, las denuncias de abusos a inmigrantes en centros de detención han crecido sostenidamente no solo en la frontera, sino también en estados más al norte.
El caso del Centro de Detención Stewart —ubicado en el oeste de Georgia— es uno de los más preocupantes, según denuncian organizaciones que velan por los derechos de los inmigrantes. Allí han muerto cuatro detenidos bajo custodia de ICE, solo entre 2017 y 2019.
Uno de ellos fue el joven panameño de 27 años Jean Carlos Jimenez-Joseph, a quien encontraron en su celda con una sábana amarrada al cuello el lunes 15 de mayo de 2017. Jimenez-Joseph se había ahorcado luego de pasar 18 días confinado en solitario.
Un siquiatra explica en conversación telefónica con Univisión Noticias que la segregación carcelaria —un recurso de castigo "sobreutilizado" en Estados Unidos— es letal para la salud mental de cualquier detenido. Pero para uno que sufre activamente de esquizofrenia, es prácticamente una sentencia de muerte.
El joven había reportado episodios de alucinaciones, había intentado quitarse la vida en otros momentos dentro del Centro y, a pesar de conocer su historial médico, el personal en Stewart lo expuso a un mayor riesgo. Esto es lo que asegura R. Andrew Free, el abogado de la familia del joven y quien ahora encabeza una demanda contra ICE, luego de que recientemente saliera a la luz un reporte de este organismo en el que se reconocen numerosas violaciones de procedimientos en el caso de detenido.
El reporte, obtenido recientemente por la cadena noticiosa CBS News, muestra cómo los oficiales a cargo no sometieron a Jimenez-Joseph a una "evaluación urgente de salud mental", ni siquiera después de que saltó al vacío desde una altura de unos diez pies, porque unas "voces" lo estaban mandando a quitarse la vida.
En el documento queda expuesta la falta de personal especializado para ocuparse de los detenidos con necesidades especiales como las de Jimenez-Joseph, así como la ausencia de una respuesta a sus quejas de que la medicación que le proporcionaban no estaba siendo efectiva. Entre otros muchos errores, el documento también reconoce que, poco antes de que se suicidara, el oficial encargado de hacer chequeos frecuentes al detenido mintió sobre haber hecho dos visitas a su celda.
"Ice y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ignoran mandatos del Congreso en la manera en que están funcionando como agencia. Mientras estas condiciones continúen, la gente seguirá muriendo", afirma.
Stewart es operado por Corecivic, un contratista privado, pero tiene la obligación de cumplir con los estándares y regulaciones de ICE para centros de detención de inmigrantes.
Un portavoz de ICE dijo a Univisión Noticias que la agencia "no tiene comentarios" que hacer, debido a que el caso se encuentra actualmente bajo litigio. Corecivic no repondió inmediatamente a nuestra solicitud de declaraciones.
Jimenez-Joseph había llegado a Estados Unidos desde Panamá en 2001, cuando era menor de edad. En 2016 le fue concedida la protección del programa de Acción Diferida (DACA).
Pero luego de haber sido detenido en varias ocasiones por robo y agresión, fue el arresto por un delito menor el que lo puso en el camino de la deportación, en 2017. ICE lo tomó bajo custodia y en marzo de ese año lo ubicó en Stewart, desde donde se esperaba que sería enviado de vuelta a su país de origen.
Su madre, Nerina Joseph, nos dice desde su hogar en Carolina del Norte que ella hubiera preferido ver a su hijo deportado que muerto. Nerina, a quien la voz se le corta por breves momentos mientras conversamos por teléfono, asegura que con esta demanda espera que la muerte de su hijo "sirva para que no se repita" con otros detenidos.
"Los que estamos vivos podemos provocar los cambios para los que estén esas instalaciones", comenta. Y agrega que "antes de todo esto, Jean era un hombre demasiado emprendedor, demasiado brillante, dinámico, capaz, amado. Tenía grandes sueños".
La madre de Jimenez-Joseph también refirió las dificultades que atravesó para comunicarse con su hijo mientras estuvo en Stewart, y a quien le pudo hacer solo una visita, dos días antes de que se quitara la vida.
Luego de su muerte, ICE dijo en un informe que la institución "está firmemente comprometida con la salud y el bienestar de todos los que están bajo su custodia".
"Las muertes bajo custodia de ICE, estadísticamente, son extremadamente raras", dice el documento.
Sin embargo, solo bajo la istración de Trump, alrededor de 30 detenidos han muerto en diferentes centros de detenciones. Y el Stewart Detention Center, en concreto, es uno de los m´ás cuestionados del país.
Solo en el período de 2017 hasta el presente, otros tres detenidos murieron en sus instalaciones. Uno de ellos —un hombre mexicano de 40 años que como Jimenez-Joseph había sido diagnosticado con esquizofrenia— fue confinado a 21 días de aislamiento, antes de ahorcarse en su celda.
El grupo proinmigrante Project South ha hecho campaña desde 2008 para que lo cierren, citando problemas que van desde la falta de personal que garantice una atención que se ajuste a las necesidades de los detenidos, así como el uso excesivo del confinamiento en solitario como castigo o medida istrativa.
"Las condiciones de esta instalación son abominables, e incluyen un programa de trabajo forzado en el que los inmigrantes se ven obligados laborar por un pago de entre 1 y 4 dólares al día. De lo contrario son amenazados, puestos en confinamiento solitario, o se ven privados de sus necesidades vitales", nos comenta Azadeh Shahshahani, directora legal y de defensa del grupo.
Shahshahani dice que, bajo la dministración de Barack Obama, las condiciones de Stewart no eran mucho mejores, pero que debido a la "retórica racista y xenófoba" de la era Trump hay una "mayor sensación de impunidad por parte de ICE y las corporaciones penitenciarias.
"Aparentemente sienten que pueden tratar a los inmigrantes como quieran sin enfrentar consecuencias", dice.
El caso de Jimenez-Joseph vuelve a poner en el centro de atención el uso frencuente de la segregación o confinamiento en solitario como medida de castigo.
Expertos de Naciones Unidas consideran este recurso como una medida severa "contraria a la rehabilitación y al objetivo del sistema penitenciario". El organismo ha dicho que la segregación de un detenido por un período de más de 15 días debería estar sujeta a una prohibición absoluta, citando estudios científicos que demuestran cómo "se produce un daño mental duradero después de varios días de aislamiento social".
El doctor Josep Metzner, profesor de Psiquiatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado, dice a Univisión Noticias que las personas con enfermedades mentales serias, incluyendo la esquizofrenia, no deberían ser sometidas a una segregación de más de cinco días, "particularmente si presentan síntomas".
Metzner afirma que alrededor del 50% de los suicidios de detenidos ocurren en segregación y que las personas que sufren de enfermedades mentales están sobrerrepresentadas en segregación. La solución a los frecuentes suicidios por parte de detenido en estas condiciones, dice, es trasladar a quienes tienen necesidades especiales a unidades especializadas, en lugar de "almacenarlos" en cárceles.
Cuando un enfermo mental en confinamiento en solitario sufre otras fuentes de preocupación como un proceso de deportación, esta es una gran fuente de estrés.
"Tu mente se bloquea y puede que no veas una salida", agrega.
"Uno de los peligros de hacerlo es que podrían empeorar o suicidarse", dice, algo que puede ocurrir "porque la persona empieza a sentir que está desamparada y que no tiene ningún valor".