El Crystal Symphony, con cientos de pasajeros a bordo, desvió su destino final de Miami hacia las Bahamas, luego de que un juez federal de EEUU emitiera una orden para confiscar el navío. Según trascendió, la compañía Peninsula Petroleum Far East había presentado una demanda contra los dueños del buque por no pagar una deuda de 4.6 millones de dólares en combustible.
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