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Gobierno

La dos fórmulas para salir de Maduro, según la oposición

La oposición venezolana se debate entre la enmienda constitucional y el referendo revocatorio para lograr un cambio de gobierno en el país
19 Feb 2016 – 07:53 PM EST
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Por Pedro Pablo Peñaloza @pppenaloza desde Caracas

El objetivo es compartido por la veintena de organizaciones políticas que integran la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD): echar de la Presidencia de Venezuela a Nicolás Maduro. Ahora, la discusión se centra en cuál podría ser el camino más expedito para alcanzar esa meta, evitando los obstáculos que pudieran poner los demás poderes controlados por el chavismo.

El 5 de enero comenzó la cuenta regresiva. En la sesión de instalación de la Asamblea Nacional (AN), su presidente, el diputado opositor Henry Ramos Allup, anunció que en seis meses su bancada –que constituye la nueva mayoría- presentaría al país una propuesta para superar la crisis política y provocar un cambio de gobierno.

En el marco de la campaña electoral, la Unidad Democrática puso las cartas sobre la mesa. En un documento titulado “Cómo ganar la AN, cómo ejercer esa mayoría y cómo conducir a Venezuela”, identificó las cuatro posibles salidas al laberinto venezolano: enmienda constitucional, reforma constitucional, referendo revocatorio o Asamblea Nacional Constituyente.

Ramos Allup ya se definió. Su solución es la enmienda. “Me parece la más sencilla”, declaró el lunes 15 de febrero el líder del Parlamento. “Para acabar con el argumento de que es discriminatorio acortar sólo el mandato del Presidente, yo propondría tres enmiendas: una para recortar el tiempo del Ejecutivo, otra para hacer lo mismo con el del Legislativo y otra para el Tribunal Supremo de Justicia. De este modo, iríamos todos a consulta”, expuso.


Al menos, dos organizaciones llevaron este mes a la Asamblea sendos proyectos de enmienda constitucional. La Causa R –partido de centroizquierda que forma parte de la MUD- introdujo el suyo el 4 de febrero y la ONG Centro Popular de Formación Ciudadana, dirigida por el abogado constitucionalista Cipriano Heredia, presentó su aporte el 16 de febrero.

El gobernador del estado Miranda y excandidato a la presidencia, Henrique Capriles Radonski, planteó este miércoles echar a andar las dos fórmulas, pese a que apuesta por el revocatorio. “La enmienda será obstaculizada por el TSJ. Pero sobre el referendo, no tienen argumentos posibles. Se recogen las firmas y se activa el proceso, porque la Unidad está en la posibilidad de superar, por inmensa mayoría, los votos que sacó Maduro en la elección presidencial pasada”, afirmó Capriles.

Para revocar el mandato del presidente la opción del ‘sí’ debe obtener al menos la mitad más uno de los votos que lo eligieron en el cargo. Maduro obtuvo 7,587,579 votos el 14 de abril de 2013, al tiempo que la MUD acumuló 7,707,422 en las parlamentarias del 6 de diciembre.

Voluntad Popular, el partido que desde prisión lidera Leopoldo López y la cuarta fuerza de la MUD, no desecha ninguna opción, aunque insiste en que eventualmente sera necesario convocar una Asamblea Nacional Constituyente que redacte una nueva carta magna para refundar las bases del país.

Ahora o nunca
El calendario juega en contra de la MUD. La línea roja está claramente marcada en la Constitución, donde se establece que, de producirse la falta absoluta del Jefe de Estado durante los dos últimos años de su mandato, el Vicepresidente Ejecutivo deberá culminar el periodo.

El presidente Maduro cumple en abril la mitad de sus seis años de mandato. Desplazarlo en 2017 significaría dejar al chavismo en el poder, aunque con otro rostro, hasta 2019.


De las cuatro fórmulas posibles, el chavismo ya ha torpedeado dos -la reforma constitucional y la Constituyente- a través del Tribunal Supremo de Justicia. Para activar alguno de estos mecanismos desde la Asamblea se requiere el voto favorable de 112 diputados (2/3 de la Cámara). La oposición alcanzó ese “número mágico” en los comicios, pero luego el chavismo impugnó el triunfo de tres legisladores y la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) procedió a desproclamarlos. A dos meses de las votaciones, este asunto sigue sin resolverse.

Entonces, las opciones se reducen a dos: enmienda y referendo revocatorio. ¿Cuál es la ruta menos compleja para conquistar la cima? “Aquella que demande la menor colaboración institucional de otros poderes públicos distintos a la AN”, responde Luis Salamanca, exdirector del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

“Todas las vías requieren la colaboración del Consejo Nacional Electoral (CNE), todas podrían pasar por la interpretación del TSJ, a todas se va oponer el Ejecutivo. La crisis institucional actual muestra que, a medida que el país busque una vía constitucional para superar la gran depresión socioeconómica que vive, mayor será la resistencia del poder establecido”, sintetiza Salamanca.

Para entender hasta qué punto el Gobierno puede enredar la realización de la consulta, basta recordar un discurso pronunciado en febrero de 2014 por Maduro: “Todo el que quiera recoger firmas para un revocatorio de cualquier funcionario, tiene que ir y poner sus 10 huellas dactilares, tomarse una foto y firmar para que se sepa que en verdad es la voluntad del porcentaje exigido por la Constitución”. Para revocar el mandato del presidente este referendo se activa con la firma del 20% de los electores, es decir, unas 3,9 millones de rúbricas.

Hasta ahora esa es la única vía que ha itido Maduro para abandonar el poder.

“Aquí está la Constitución, si ellos (la oposición) toman el camino del revocatorio, vamos al combate y el pueblo decidirá”, manifestó el 9 de diciembre de 2015. El 5 de enero, prácticamente calcó esas palabras: “Que convoquen un referendo revocatorio y el pueblo decidirá”.

Cada día la crisis venezolana empeora. Inflación, escasez, violencia. El descontento popular crece y el horizonte se torna impredecible.

El politólogo John Magdaleno advierte que los meses por venir estarán caracterizados por la incertidumbre y por eso no descarta ir más allá de los escenarios convencionales.

“Probablemente lleguen a considerarse otras opciones que contempla la Constitución: destitución del Presidente decretada por sentencia del TSJ, incapacidad física o mental certificada por una junta médica designada por el TSJ y con aprobación de la AN, o el abandono del cargo. En momentos de alta incertidumbre política, pueden presentarse sorpresas”, concluye el politólogo.

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