La fuga de gas de Porter Ranch, una catástrofe invisible

Por Martha Ramírez
La acaudalada comunidad de Porter Ranch, en el condado de Los Ángeles, sufre desde hace dos meses una catástrofe que no se ve, pero sí se siente, causada por una gran fuga de gas natural en uno de los mayores depósitos de este hidrocarburo en Estados Unidos. El incidente ha obligado a que miles de personas abandonen sus hogares, se cierren las escuelas y las autoridades federales clausuren el espacio aéreo hasta el mes de marzo.
Los residentes, algunos de los cuales describen un olor que les recuerda a huevo podrido, se quejan de dolores de cabeza, naúseas, tos y otras dolencias, síntomas que para la compañía responsable de las instalaciones, Southern California Gas Company (SoCalGas), son efectos que solo tienen impacto en la salud en el corto plazo.
Al drama humano se suma el ambiental y el económico. Hasta la fecha se han vertido a la atmósfera más de 68,000 toneladas métricas de metano, según el conteo oficial y a tiempo real del Fondo de Defensa Medioambiental (EDF, por sus siglas en inglés). Esto es el equivalente a las emisiones de gases de efecto invernadero que generan 7 millones de automóviles. Se calcula que el valor comercial del gas vertido a la atmósfera supera los 10 millones de dólares. Hasta ahora se desconoce cuál fue el detonante del escape de gas.
Metano, jaquecas y náuseas
“Desde el primer día, mi familia ha sido asfixiada por el metano que está saliendo del pozo”, dijo David Balen, padre de familia y presidente de la Asociación de Dueños de Casa Renaissance, complejo residencial que cuenta con más de 470 viviendas de lujo y está localizado a menos de una milla del origen de escape.
“Tengo un terrible dolor de cabeza", comentó Balen, quien siente como si alguien estuviera apretándole el cráneo. Según su testimonio, su hija Ariana, de ocho años, tuvo náuseas en la escuela y hasta le llegó a sangrar la nariz.
Fuentes de SoCalGas indicaron a Univision que los niveles de metano, bencina y otros hidrocarburos son tan pequeños que no podrían causar daños a largo plazo. El ser humano está constantemente expuesto al metano en el aire, aunque en altas concentraciones -según la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.- este gas desplaza al oxígeno, lo que conlleva un riesgo de hipoxia y la consiguiente pérdida de conocimiento.
Este miércoles, justo el día que se cumplen dos meses de fuga, la compañía energética accedió a la petición de la Fiscalía de la ciudad de Los Ángeles, municipio en el que se encuentra Porter Ranch, por la que SoCalGas se compromete a reubicar en un plazo de 72 horas a los vecinos que lo soliciten, a contrar servicios de seguridad para prevenir saqueos en propiedades vacías y correr con los gastos de contrataciones de unos jueces jubilados que se encargarán de supervisar el proceso.
La empresa ya estaba ofreciendo servicios de recolocación y 2,100 personas fueron instaladas en hoteles y viviendas en Pasadena, Beverly Hills y Newbury Park. Las demoras en los procesos de realojo han hecho que algunos vecinos, Balen entre ellos, se muden por sus propios medios. Cerca de 2,700 personas, según la compañía , esperan nuevo hogar temporal. SoCalGas está ofreciendo instalaciones gratuitas de sistemas de purificación y filtración de aire a las personas que decidan quedarse en sus casas.
El presidente y director ejecutivo de la empresa de gas, Dennis Arriola, publicó el miércoles una carta remitida a los afectados en la que ofrece sus "disculpas más sinceras" y asegura que cientos de empleados están trabajando contra el reloj para resolver el problema, aunque no prevé que se ponga fin a la fuga no se espera hasta febrero o marzo.
Los residentes de Porter Ranch tienen el apoyo de figuras reconocidas como Erin Brockovich, una activista del medio ambiente que en 1993 enfrentó a la Pacific Gas and Electric Company (PG&E) por la contaminación de una reserva de agua de una ciudad (Brockovich fue inmortalizada por Julia Roberts en la gran pantalla, "Erin Brockovich, 2000), y el abogado Robert F. Kennedy Jr., el hijo del ya fallecido senador Robert F. Kennedy, que junto a otros letrados se han dado a la tarea de representar a cualquier persona que esté siendo afectada por la fuga de gas.
Riqueza en el aire
Porter Ranch es una comunidad de buenos recursos económicos pertenciente a la ciudad de Los Ángeles y donde residen más de 30,000 personas. En 2013, el promedio de ingresos por familia en ese área era de más de 110,000 dólares anuales. Numerosas viviendas están a la venta por más de un millón de dólares aunque el atractivo inmobiliario del barrio ha quedado en el aire con la fuga del gas.
“Esto me está afectando muchísimo,” dijo Robert Kaufman, de 62 años, quien teme que bajarán los valores de las propiedades. “Ya no voy a poder rentar mi casa", manifestó.
La semana pasada, el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) decidió cerrar las dos escuelas de Porter Ranch - Castlebay Lane Charter y Porter Ranch Community School - hasta que termine el año escolar. Los 1,870 estudiantes afectados han sido trasladados a otros centros, o han pasado a recibir sus clases en casa.
La fuga y sus reparaciones
El epicentro de la fuga se encuentra en las instalaciones subterráneas de SoCalGas en Aliso Canyon, el principal almancen de gas natural de esta compañía que da servicio a 20 millones de clientes en el sur de California. La empresa inyecta hidrocarburos en esta reserva cuando los precios del mercado son bajos con el fin de mantener unas tarifas competitivas de cara al consumidor.
Hasta el momento, se ha tratado de detener la fuga mediante el bombeo de fluidos dentro del pozo con la idea de controlar la presión que está haciendo salir el gas y, así poder cerrarlo, dijo un representante de SoCalGas a Univison. También se ha intentado capturar el gas y retirarlo del pozo para enviarlo a otras partes de la infraestructura con el fin de disminuir la cantidad que se está escapando.
Estas tácticas no han tenido éxito y la única solución permanente es perforar un pozo de alivio, que se utilizará capturar el gas. El almacen dañado será sellado con cemento. Los operarios comenzaron a trabajar en el pozo de alivio a principios de diciembre.
"Hemos logrado un progreso importante en la perforación del pozo de alivio para detener la fuga y tenemos programado completarlo para fines de febrero o marzo. El pozo de alivio interceptará al pozo de fuga a más de 8,000 pies de profundidad y la operación es permanente, las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Al 19 de diciembre, hemos perforado alrededor de 3,300 pies y hemos completado la segunda de cinco fases del proceso de perforación", declaró Arriola en su misiva.
En este contador se puede ver cómo va aumentando la cantidad de gas que se escapa: