Tras los tiroteos, Trump propuso más controles para las armas pero una llamada de la NRA le hizo cambiar de idea

Este martes el presidente Ohio.
La llamada, informaron medios como Segunda Enmienda.
Días después de los tiroteos de El Paso y Dayton, Donald Trump, lo vinculó de manera sorpresiva a una reforma migratoria; pero tras las últimas conversaciones telefónicas con Wayne LaPierre, Trump ha cambiado su discurso.
A principios de agosto, en otra llamada telefónica entre Trump y LaPierre, el presidente trató de venderle la idea de la verificación de antecedentes a su interlocutor como algo bueno para todos.
Según The Atlantic, que cita a un exalto funcionario de la Casa Blanca y a uno de la NRA, en aquella conversación telefónica Trump le dijo a LaPierre. "Va a ser genial, Wayne. Nos amarán", expresó haciendo referencia a los cerca de cinco millones de activos de la NRA, muchos de los cuales forman parte de los votantes y seguidores del presidente. Y si no lo hicieran, añadió Trump, “yo te ayudaré”.
Pero como reveló The Washington Post , en aquella llamada LaPierre no solo se mostró en desacuerdo con la idea del presidente, sino que le advirtió que no lo apoyaría y que esta decisión no sería bien acogida entre el electorado del mandatario.
Tres semanas después de los atentados de Texas y Ohio, mientras se calman las aguas y sometido a una fuerte presión por parte de la NRA, el presidente Trump parece haber olvidado su inicial intento de restringir la venta de armas.
"Es un problema mental"
"Tenemos verificaciones de antecedentes muy, muy fuertes en este momento, pero nos faltan algunas áreas y áreas que no completan todo el círculo", dijo el presidente a los periodistas en la tarde del martes. "Tengo que decirles que es un problema mental", añadió.
"Los demócratas, creo, abandonarían la Segunda Enmienda", dijo Trump. "Muchas de las personas que me pusieron donde estoy creen firmemente en la Segunda Enmienda, y yo también".
En la más reciente conversación telefónica este martes con el director ejecutivo de la NRA, el presidente le ofrece confianza, asegurándole que s u enfoque estaría en la salud mental de los compradores, no en sus armas.
Según los funcionarios que informaron sobre esta conversación a The Atlantic, en condiciones de anonimato, el presidente le dijo LaPierre que quería centrarse en la salud mental y el a los antecedentes penales juveniles, medidas que están muy lejos de las propuestas demócratas, mucho más restrictivas, y que inmediatamente después de los tiroteos Trump se mostró dispuesto a respaldar.
Los comentarios del presidente, que fue quien más habló durante los 30 minutos de la llamada, también demostraron cómo la NRA, que gastó 30 millones de dólares en la campaña de Trump en 2016, ejerce una gran influencia sobre la Casa Blanca.
En un tuit de la NRA, Wayne LaPierre expresó su satisfacción con el resultado de la llamada. "Hablé con el presidente hoy", escribió. “Discutimos las mejores formas de prevenir este tipo de tragedias. ¡El presidente Trump es un presidente fuerte de #2A y apoya nuestro derecho a mantener y portar armas!”.
Según el New York Times, en los cambios de interés de Trump por el tema de control de armas se aprecia un patrón de comportamiento. En otros momentos, cuando el presidente declaró estar dispuesto a comprometerse con la legislación sobre armas de fuego después de un tiroteo masivo, algunos funcionarios de la Casa Blanca, afirma el diario, se apresuraron en organizar una audiencia o comunicación entre el mandatario y Wayne LaPierre y Christopher W. Cox, exlobista principal de la asociación.
Así, por ejemplo, después del tiroteo masivo de febrero de 2018 en una escuela secundaria en Parkland, Florida, en el que murieron 17 personas, entre estudiantes y del personal, Trump expresó su apoyo a la verificación de antecedentes universales y a mantener las armas alejadas de las personas con enfermedades mentales y algunos jóvenes.
Sin embargo, ese apoyo se desvaneció rápidamente después de una reunión nocturna en la Oficina Oval con funcionarios de la NRA. Poco después, Trump amenazó con vetar un proyecto de ley de verificación de antecedentes.
Pero no solo la NRA ha estado presionando a la Casa Blanca para que frene las posibles restricciones a la venta de armas. Muchos aliados conservadores de Trump le han advertido que, si llegara a un acuerdo con los demócratas sobre las armas de fuego, pondría en peligro sus posibilidades de reelección.