Espionaje, abuso de confianza y presiones: las estrategias de China para robarle secretos tecnológicos a EEUU
El pasado miércoles, un joven chino de 31 años graduado del Instituto de Tecnología de Illinois fue sentenciado a ocho años de prisión por realizar actividades de espionaje para el gobierno chino, luego de que recopiló información sobre científicos e ingenieros en Estados Unidos con conocimientos sobre tecnología aeroespacial y satelital.
El joven, identificado como Ji Chaoqun, viajó a Estados Unidos para estudiar ingeniería eléctrica en 2013 y luego logró enlistarse al Ejército de Estados Unidos en 2018 mintiendo en un formulario del gobierno sobre sus os con agencias de inteligencia extranjeras.
El de Chaoqun es solo el más reciente de una serie de casos de espionaje y robo de tecnología que se han detectado e investigado en los últimos años.
Las constantes alertas de peligro llevaron a Estados Unidos, durante la istración de Donald Trump, a lanzar una guerra comercial con China. Esto luego de que el entonces presidente culpó al país asiático de robar secretos comerciales occidentales.
Las tensiones también se trasladaron a la diplomacia, cuando se tomó la decisión de cerrar el consulado de China en Houston, Texas, acusando al país asiático de robar propiedad intelectual.
En esa época, la empresa Huawei fue señalada de piratear propiedad intelectual de varias firmas estadounidenses.
Ahora, en lo que va de este 2023, se han dictado dos sentencias por casos de espionaje. Además de Chaoqun, también salió a la luz el caso de Zheng Xiaoqing, un exempleado de General Electric que envió por correo electrónico archivos confidenciales de la empresa en el código binario de una fotografía digital.
A finales de 2021, Charles Lieber, un respetado profesor de nanotecnología y química de Harvard, fue declarado culpable por mentir sobre su afiliación a la Universidad Tecnológica de Wuhan, en China, y sobre un contrato que tenía para reclutar talentos científicos chinos.
De acuerdo con el Departamento de Justicia, estos casos hacen evidente el esfuerzo por parte de China para obtener a tecnologías avanzadas que están desarrollando empresas estadounidenses.
Hackeo de información y robo cibernético
A medida que China se ha apresurado a convertirse en una potencia de fabricación de alta tecnología, el gobierno de Estados Unidos y empresas han dicho que el país asiático intenta tomar un atajo al espiar, hackear u obligar a las empresas a entregar su propiedad intelectual.
Christopher Wray, director del FBI, advirtió a mediados del año pasado que China tenía como objetivo saquear la propiedad intelectual de las empresas estadounidenses para acelerar su desarrollo industrial y dominar en esos sectores.
Wray dijo que China es capaz de espiar desde pequeñas empresas hasta grandes conglomerados en áreas como inteligencia artificial, aviación, nanotecnología, bioingeniería, farmacéutica o hasta en áreas de textiles.
Una de las principales empresas que más ha preocupado durante años al gobierno de Estados Unidos es TikTok, propiedad de ByteDance, una empresa de tecnología de internet china con sede en Pekín.
Al FBI le preocupa que China pueda usar la aplicación para recopilar datos sobre sus s, que podrían usarse para operaciones tradicionales de espionaje.
Aunque ambos países han intentado dialogar y tomar acciones para terminar con las tensiones, han dado pocos resultados. En 2015, China y Estados Unidos firmaron un acuerdo en el que se comprometían a no realizar ningún tipo de robo intelectual cibernético, incluidos secretos comerciales u otra información comercial confidencial para obtener una ventaja en esta materia.
Sin embargo, un año después de la firma, la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos acusó a los chinos de violar el acuerdo. Para 2017, la Comisión sobre el Robo de la Propiedad Intelectual de Estados Unidos nombró a China como el principal infractor, estimando el costo para la economía estadounidense en hasta $600,000 millones al año.
Agentes infiltrados para robar información
Ji Chaoqun se convirtió en un objetivo del Ministerio de Seguridad del Estado, o MSS, poco antes de que viajara a Estados Unidos en 2013 para estudiar ingeniería. Pero no fue hasta que volvió a China en las vacaciones de invierno cuando fue “agasajado” por las autoridades, quienes lo convencieron de trabajar para ellos.
Durante el tiempo que estuvo en Estados Unidos como un estudiante universitario, reunió informes de antecedentes sobre ocho ciudadanos estadounidenses, todos nacidos en Taiwán o China, con carreras en las industrias de ciencia y tecnología, incluidos varios que se especializaron en el campo aeroespacial. Siete de ellos trabajaron para contratistas de defensa estadounidenses, según refirió el Departamento de Justicia en un comunicado.
Los documentos fueron enviados a través de un correo electrónico que tenía un archivo adjunto con el nombre de "examen parcial".
En 2016, un año después de que Ji se graduara de la universidad, se alistó en la Reserva del Ejército de Estados Unidos a través de un programa para reclutar extranjeros con habilidades consideradas vitales para el interés nacional.
En 2018, Ji tuvo varias reuniones con un agente encubierto estadounidense que se hacía pasar por representante del MSS de China. Durante estas reuniones, Ji aceptó que con su identificación militar podía visitar y tomar fotos de los portaaviones 'tipo Roosevelt'. También explicó que una vez que obtuviera su ciudadanía estadounidense buscaría trabajo en la CIA, el FBI o la NASA.
En septiembre del año pasado fue condenado por actuar ilegalmente como agente del Ministerio de Seguridad del Estado (MSS) de China y por hacer una declaración material falsa al Ejército de Estados Unidos.
En el caso de Xiaoqing Zheng, el hombre trabajó por 10 años como ingeniero especializado en tecnología de sellado de turbinas para General Electric Power, en Nueva York, según los fiscales, aprovechó su posición de confianza, traicionó a su empleador y conspiró con el gobierno de China para robar tecnología estadounidense innovadora”.
Zheng robó secretos comerciales sobre tecnología basada en tierra y en aviación de GE con el objetivo de beneficiar a China.
“Xiaoqing Zheng era miembro del Programa de los Mil Talentos y robó voluntariamente tecnología patentada y la envió de regreso a la República Popular China”, refiere el comunicado en el que se informa que fue sentenciado a 24 meses de prisión.
Presión hacia empresas occidentales
Además del espionaje, el gobierno de Estados Unidos ha señalado que China hace que las empresas occidentales compartan su tecnología a cambio de incursionar en su creciente mercado.
Las normas chinas requieren que las empresas extranjeras que deseen ingresar a ciertas industrias, como la energía, las telecomunicaciones y la automotriz, formen empresas conjuntas con socios locales, lo que inevitablemente resulta en la transferencia de tecnología a las empresas chinas.
Algunos expertos dicen que entregar tecnología se ha convertido efectivamente en un costo de hacer negocios en China, un mercado demasiado grande para que la mayoría de las empresas lo ignoren.
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