El precio promedio de un auto nuevo se fue a las nubes y deja sin opciones a personas de bajos recursos
Los automóviles nuevos están cada vez más lejos del alcance del comprador promedio en Estados Unidos, un mercado que por décadas se había caracterizado por ofrecer vehículos al alcance de todos los bolsillos.
Un reporte reciente de la compañía de recolección y análisis de datos automotrices Edmunds, reveló que en marzo de 2023 el precio de transacción promedio para un vehículo nuevo en Estados Unidos fue de $47,713, lo que representa un aumento del 33% en apenas 5 años.
Desaparecen los autos nuevos más baratos
De hecho, en 2018 era común conseguir un vehículo nuevo por menos de $25,000, pero debido al aumento repentino de los precios de los automóviles por la alta inflación y la escasez de inventario, los vehículos nuevos por debajo de esa marca se han hecho cada vez más escasos.
Lo anterior no quiere decir que no existan modelos nuevos con precios inferiores a $25,000 dólares. Para el año 2023 los fabricantes que operan en EEUU ofrecen poco más de un par de decenas de vehículos nuevos con precios iniciales inferiores a esa marca.
Esa lista incluye modelos tan populares y bien recibidos por los críticos como el Toyota Corolla Hatchback (precio inicial $24,100), la pickup compacta Ford Maverick (precio inicial $23,690), y autos muy económicos como el Kia Rio (precio inicial $17,875) y el Mitsubishi Mirage (precio inicial $17,290).
Pero mientras que el carro nuevo más barato en Estados Unidos en 2018 era el Chevrolet Spark con un precio inicial $13,925, hoy ese puesto lo ocupa el Nissan Versa con un precio inicial de $16,755, lo que representa un significativo aumento del 20.3% en el fondo del mercado en solo cinco años.
A la anterior circunstancia hay que sumar la dificultad que presenta para los compradores tratar de conseguir un vehículo nuevo por su precio inicial.
Normalmente los fabricantes no son muy dados a construir muchas unidades de los modelos más básicos de sus líneas, que son los que representan menores ganancias, especialmente ahora que la tecnología ha democratizado características como las ventanas eléctricas, aire acondicionado, o frenos ABS, entre otras, que antes era exclusivas de las versiones más costosas y que hacen el manejo más facil y agradable sin necesidad de tener un costoso auto “full equipo”.
Según el informe de Edmunds, en marzo de 2023 solo el 4% de los vehículos nuevos vendidos costaron $25,000 o menos, una cifra impresionante por sí misma pero también preocupante cuando se toma en cuenta que en marzo de 2018 ese porcentaje fue del 24%.
Durante ese mismo período, el precio promedio de los vehículos nuevos en Estados Unidos aumentó un 33.3%, pasando de $35,794 en 2018 a $47,713 en 2023, mostrando que el apetito por los autos más costosos ha crecido aún más rápido que la erosión del fondo del mercado, desestimulando la producción de los modelos más básicos y perjudicando a los compradores de menores recursos.
Las altas tasas de interés empeoran la situación a los compradores de menores recursos
La bajas tasas de interés que vimos hasta el fin de la pandemia junto a los plazos de préstamos prolongados, permitió el aumento en la compra de los vehículos nuevos más caros, una tendencia a la que los fabricantes estuvieron más que dispuestos a responder fabricando una mayor proporción de sus modelos más equipados.
Pero la reactivación del mercado y el alto empleo después del fin de la pandemia causó una situación inflacionaria que el Banco de la Reserva Federal buscó contrarrestar con aumentos de las tasas de interés, que han disparado el precio de los préstamos de compra de automóviles empujando a los compradores con menos recursos fuera del mercado de los vehículos nuevos.
Según Edmunds, el mes pasado el 17% de los vehículos nuevos que se vendieron en Estados Unidos costaron más de $60,000, un porcentaje que fue de apenas el 6% en marzo de 2018, mientras que la proporción de los autos nuevos que se vendieron por menos de $20,000 el mes pasado fue del 0.3% cuando ese mismo porcentaje había sido del 8% en marzo de 2018.
Con un mercado fuerte en sus segmentos más altos y costosos los fabricantes de automóviles tienen muy poco incentivo para responder a las tasas de interés más altas produciendo automóviles más básicos y baratos en vez de satisfacer las necesidades de clientes con mayor poder adquisitivo y mejor crédito.
Esto empuja a los compradores al mercado de los autos usados, donde la inflación también ha afectado al mercado elevando el precio promedio de un vehículo usado está por encima de los $26,000.