5 días sin trabajar (y sin cobrar): el coronavirus se ensaña con los trabajadores hispanos que viven al día
LOS ÁNGELES, California.- La pandemia del coronavirus tomó a María Zamora sin ahorros y con la alacena vacía. Esta madre soltera mexicana que se gana la vida limpiando casas en el sur de California lleva cinco días sin trabajo. Sus jefes le envían mensajes de texto para decirle que en estos días no la necesitan y teme que esta crisis laboral aún no ha tocado fondo.
"He llamado a los empleadores y me dicen que no hay nada”, lamenta Zamora, quien lleva más de 30 años viviendo en Estados Unidos y tiene una clientela fija.
“A pesar de que soy muy solicitada y que llevo muchos años limpiando las casas de esas familias, nadie me quiere. Me dicen: ‘Es por el bien de usted y de nosotros’".
Las familias con niños pequeños y ancianos fueron las primeras que le pidieron que no vaya a trabajar. El miércoles pasado aseó la última casa en su cartera de clientes. En sus mejores semanas, suele limpiar 15 viviendas y gana hasta 1,200 dólares.
Ahora no tiene claro cuándo regresará esa bonanza laboral, porque los contagios y los temores de los estadounidenses siguen expandiénsose. “Es la primera vez que veo algo tan triste y tan difícil”, dice a Univision Noticias. “Hasta me pongo a trabajar en la jardinería y en la construcción, pero no cae nada".
“Si no trabajo no puedo pagar la renta, ni la comida, y no puedo sostener a mi familia. Eso me tiene preocupada, afectada”, dice esta migrante que tiene la cuenta de banco casi vacía. “¿Qué ahorro voy a tener si vivimos al día? Cuando pago una renta ya tengo la otra encima”.
Al igual que Zamora, miles de migrantes que trabajan como jornaleros en la construcción, la jardinería, los campos y limpiando casas son los primeros afectados laboralmente por la pandemia del coronavirus cuyo brote comienza a extenderse por EEUU.
Se calcula que hay más de 110,000 personas en todo el país que se ganan la vida trabajando temporalmente como albañiles, carpinteros, pintores, cocineros, electricistas, campesinos y trabajadoras domésticas. Su ingreso promedio es de 700 dólares cada mes (por debajo del nivel de pobreza).
Se lastiman con frecuencia, muchos carecen de seguro médico y suelen ser víctimas de abusos laborales, según un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). La gran mayoría son mexicanos (59%) y centroamericanos (28%).
Además del golpe económico por la falta de ingresos, el desabasto de alimentos en los supermercados de Los Ángeles la tiene muy angustiada.
“La pregunta es quién le va a dar de comer, pagar la renta y pagar las utilidades de toda esta gente. Ellos viven al día y no los están contratando. Se avecina una crisis que yo nunca he visto”, dice Pablo Alvarado, dirigente de la Red Nacional de Jornaleros (NDLON), que representa a unos 20,000 trabajadores en 20 centros de todo el país. “Nunca habíamos enfrentado una situación tan difícil, es otro nivel, es diferente”.
NDLON se encuentra en este momento buscando donaciones para ayudar a cubrir las necesidades básicas de estos trabajadores, principalmente las de los ancianos. Pagar el alquiler de sus viviendas y alimentarlos son ahora las principales preocupaciones de la organización.
En su Centro Comunitario en Pasadena, en el condado de Los Ángeles, se han planteado usar un ahorro de unos 3,000 dólares que fueron colectando de una donación de un dólar que cada jornalero hacía al conseguir un trabajo. Quieren comprar productos básicos y repartirlos entre sus .
Trabajos en la "desinfección"
La semana pasada, la Red Nacional de Jornaleros encendió sus alarmas porque unas personas llegaron buscando trabajadores al Centro Comunitario Don Bosco en Port Chester, Nueva York. Ofrecían empleo desinfectando instalaciones de esa región, pero se fueron tan pronto como les cuestionaron sobre las medidas de seguridad para quienes aceptaran su oferta laboral.
“Cuando les preguntamos cuál sería el salario, si iban a dar entrenamiento o qué equipo de protección les darían para evitar que se contagiaran, se escabulleron”, contó Alvarado, quien dice que ahora estas personas están buscando trabajadores a través de Facebook.
“Estoy con un estrés muy grande”
Luis Valentán, un mexicano que trabaja como jornalero en Los Ángeles desde hace más de 20 años, dice que solo lo han contratado un par de veces en los últimos días. “La semana pasada estuvo muerto; hoy estuvo muerto”, dijo a Univision Noticias.
Este lunes, el único trabajo que él y otros hispanos hicieron en el Centro de Jornaleros de Pasadena fue limpiar las instalaciones cada tres horas para prevenir el contagio del coronavirus.
Tradicionalmente, marzo es uno de los mejores meses para los jornaleros por la temporada de reembolsos de impuestos. Es en este tiempo cuando los estadounidenses deciden hacerles mejoras las casas.
Pero debido a los temores por el covid-19, ese dinero ahora se está usando para comprar productos básicos o se queda en las cuentas bancarias en caso de que haya una crisis económica.
“ Hay muchos empleadores que no han llamado. Cuando yo les he llamado me han dicho que está muy difícil la cosa, que ellos están comprando comida en las tiendas y que van a ahorrar para la recesión”, señala Valentán, originario de la Ciudad de México, que desde 1997 mantiene a su familia poniendo concreto, pintando casas y como carpintero.
Desde entonces le ha tocado lidiar con la crisis hipotecaria de 2009 y con la que surgió por los ataques terroristas de 2001, y dice que ninguna se asemeja a lo que ocurre ahora.
“Sí hubo una disminución de trabajo, reaccionaron grupos antiinmigrantes y escaseó la comida, pero no a esta magnitud. Llego a la casa y mis hijos están desesperados por lo que ven en las noticias y las redes sociales. Te entra ese pánico. Es horrible lo que está pasando”, lamenta.
Otra de sus preocupaciones, en el caso de que él o algún miembro de su familia se enfermara, es cómo pagaría la cuenta del hospital sin un seguro médico, ni dinero. Sus ahorros apenas si le ayudarían a pagar sus cuentas unos dos meses. Pero nada más.
“Estoy con la preocupación por el dinero, la renta, la comida, mis hijos. Estoy con un estrés muy grande”, expresa.