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La fortaleza de nuestras mujeres está en nuestras propias familias

En marzo, estamos celebrando las contribuciones de las mujeres a la historia, la cultura y la sociedad. Janet Murguía, es Presidenta y CEO de UnidosUS.
24 Mar 2021 – 02:35 PM EDT
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"Este mes y todos los meses celebremos a las mujeres en nuestras vidas". Crédito: Tasos Katopodis/Getty Images for Fuse Media

Por encima de todas las cosas, este es el año para reconocer el valor del papel de la mujer en la sociedad y en la fuerza de trabajo. Desde que empezó la pandemia, este país ha visto a 5.4 millones de mujeres perder su trabajo, hasta diciembre de 2020. Al mismo tiempo, las mujeres son uno de cada tres trabajadores esenciales, y también miles han tenido que dejar sus trabajos para dedicarse a sus familias, lo que ha impactado su salud económica.

Este mes celebramos a todas esas mujeres por su valor, su fortaleza y su resiliencia. Y al escribir este artículo no he podido evitar pensar en las mujeres que han definido mi vida —mi madre y mis tres hermanas—, a quienes iro profundamente y han forjado quién soy hoy.

Mi madre, Amalia, llegó a Estados Unidos en los años cincuenta desde un pequeño pueblo en Michoacán, México, llamado Tangancícuaro. Llegó para asentarse con mi padre y mi hermana mayor en Kansas City, Kansas. Tenía enormes sueños para sus siete hijos y dio todo por nosotros, y a pesar de no tener escolaridad formal, siempre reconoció el valor de una buena educación.

Ella nunca trabajó fuera de casa para poder cuidarnos. Aunque de vez en cuando ayudaba a la economía familiar, tanto como podía, cuidando a otros niños de nuestro vecindario —¡como si cuidar de siete hijos en casa no fuese ya suficiente!—. Pero esos son los sacrificios que hacen las mujeres hispanas, como los que también hizo mi hermana mayor, Martha.

Martha tiene necesidades especiales, pero su sentido de responsabilidad social no ha menguado por ello. Durante 30 años, Martha viajaba a diario en tres autobuses para trabajar en un restaurante localizado en un centro comercial, donde limpiaba las mesas y así proveía para la familia. El año pasado, Martha contrajo Covid-19. Como tantas familias en Estados Unidos y en todo el mundo, estuvimos muy preocupados por ella, porque al estar en sus setenta los riesgos eran mayores. Martha perdió su sentido de olfato y del gusto, pero por suerte no tuvo otros síntomas severos. Estamos muy agradecidos de que ella sobrevivió una enfermedad que ya ha acabado con la vida de más de medio millón de personas en este país.

Asimismo, mi hermana Rose Mary es superviviente de una enfermedad que mata a miles de personas al año, mayoritariamente mujeres: el cáncer de pecho. Rose Mary también ha sido un gran apoyo para mi familia y una inspiración para nosotros. Luego de trabajar por muchos años en soporte istrativo en un banco, hizo un gran sacrificio para nuestra familia al encargarse del cuido de nuestra madre cuando ella padecía de Alzheimer. Además, la fuerte fe de Rose Mary ha sido un gran apoyo para nosotros a través de los años.

Esta historia no estaría completa si no hablase de mi otra mitad: mi hermana gemela, Mary. Si alguno de ustedes tiene un gemelo, seguro sabrá lo que significa esa relación tan única y especial. Toda nuestra vida nos hemos apoyado, y sinceramente no hay nadie a quien ire más. Estoy muy orgullosa de lo que ella ha logrado en su carrera. Mary fue la primera latina en convertirse en jueza federal en el distrito de Arizona. Tras una década de servicio, fue nombrada jueza en el Noveno Circuito del Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos.

Es obvia la iración y el respeto que tengo por estas cuatro mujeres que han caminado a mi lado toda mi vida. Nadie emprende el viaje de la vida sola. Mi madre y mis hermanas, al igual que mi padre, mis hermanos y mi esposo Mauro, me han llevado hasta donde estoy hoy, liderando la mayor organización nacional de derechos civiles y de defensa de los latinos: UnidosUS.

Nunca dejaré de reconocer el coraje de estas mujeres en mi vida, las manos de ayuda que me han brindado, y su apoyo inquebrantable y fe en mí. Todos nos hemos beneficiado de los valores que nos inculcaron nuestros padres: fe en Dios, una fuerte ética de trabajo, amor a la familia, conocer la importancia de ser un buen vecino y un claro aprecio por lo que tenemos como familia.

Sé que la historia de determinación, sacrificio y dedicación de mi familia resonará con muchos de ustedes. Mientras celebramos el Mes de la Historia de la Mujer, les invito a que también piensen, reflexionen y agradezcan a aquellas mujeres en su vida que les han ayudado a llegar donde están hoy, que les han impactado y que continúan inspirándoles cada día a ser mejores.

Este mes y todos los meses celebremos a las mujeres en nuestras vidas. Y vamos a asegurarnos que ellas y todas las personas en este país tengan el apoyo y alivio que necesitan para salir hacia adelante después de esta pandemia.

UnidosUS, anteriormente conocida como el Consejo Nacional de La Raza (NCLR por sus siglas en inglés), es la organización nacional más grande de apoyo y defensa de los derechos civiles de los hispanos en los Estados Unidos. A través de nuestra combinación uínica de experiencia en investigación, defensa, programas y una Red de Afiliados de más de 300 organizaciones comunitarias a lo largo del país, UnidosUS desafía simultáneamente las barreras sociales, económicas y políticas que afectan a los latinos.

Desde nuestra fundación en 1968, hemos contribuido a que los Estados Unidos sea una nación fuerte, al elevar las voces de los latinos, y al defender y solucionar los problemas de nuestra comunidad. Hoy, permanecemos firmes en nuestra misión para que un día se haga realidad una nación en la que todos los latinos prosperen y donde sus contribuciones sean plenamente reconocidas.


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