Cómo Iowa y New Hampshire evidencian las debilidades de Trump entre el electorado general
Con su doble triunfo en New Hampshire y Iowa, Donald Trump se proyecta como el casi seguro ganador de la nominación como candidato presidencial del Partido Republicano para las elecciones de noviembre. Pero, al mismo tiempo, la manera en que se ha impuesto es un augurio de los problemas que podría tener en unas elecciones generales.
Se ha dicho y demostrado que ambos estados en los que arranca el proceso de las primarias de los partidos no son representativos de la sociedad estadounidense general, y que, por tanto, de ellos no se puede sacar mayores conclusiones sobre cómo se comportará una candidatura en los comicios de noviembre.
De hecho, es muy extraordinario que el ganador de Iowa lo sea también en New Hampshire. Eso es algo solo de esperar cuando el candidato es el presidente en ejercicio. Trump hizo historia este año logrando victorias en los dos estados. Pero hay que contextualizar el alcance de esos triunfos.
Primero, se debe considerar que las primarias presidenciales suelen movilizar a los más militantes de los partidos. En el caso de Iowa, se trata, además, de un estado tradicionalmente conservador que contrasta con New Hampshire, donde hay muchos liberales e independientes.
Lecciones de las primarias en Iowa y New Hampshire
Las encuestas a boca de urna realizadas durante las primarias de New Hampshire dan algunos indicios que la campaña de Trump debe tener en cuenta de cara a las presidenciales de noviembre y que muestran sus debilidades de cara a su revancha ante Joe Biden.
Por ejemplo, cerca de un tercio de los participantes republicanos en las primarias de New Hampshire cree que el expresidente hizo algo ilegal relacionado con los juicios planteados en su contra por el Departamento de Justicia y el estado de Georgia, según la encuesta a puerta de urna de The Associated Press.
Según el mismo sondeo, aproximadamente la mitad de los votantes republicanos están preocupados porque Trump es demasiado extremista para ganar las elecciones generales, un reconocimiento de que el mensaje radical del exmandatario genera más rechazo que apoyo entre electores más de centro.
En Iowa, aunque la mayoría de los republicanos afirmaron en una encuesta de NBC y el Des Moines Registry que votarían por Trump si logra la nominación, solo el 23% de los que respaldaban a Haley en los caucus del estado lo haría, de ellos, un 44% dijo que votaría por Biden.
Trump: el balance entre la base y el electorado general
Y allí radica una de las mayores debilidades de Trump, que mientras su discurso radical entusiasma y moviliza a su base electoral, le crea problemas a la hora de apelar a votantes moderados, sean independientes, demócratas conservadores o los propios republicanos.
“ 35% de los republicanos del estado no van a votar por Donald Trump. Él está sangrando por el centro. Necesita los votos de Haley, y ahora mismo muchos de esos republicanos dicen que no van a votar por él. Y eso es una señal de advertencia”, dijo el analista Marc Thiessen en FOX News al final de las primarias en New Hampshire.
Los republicanos críticos de Trump temen abiertamente que tenga dificultades para ganar en noviembre y que sea un lastre para candidatos del partido en otras elecciones, como consideran que ha sucedido en todos los comicios nacionales desde que Trump llegó a la Casa Blanca por primera vez en 2016.
El fenómeno de las elecciones de mitad de período de 2022, cuando los republicanos lograron el control de la Cámara de Representantes por apenas cinco escaños pese a que la baja popularidad de Biden debía reforzar la tendencia histórica que indica que el partido de gobierno pierde mucho terreno en los comicios para renovar el Congreso que se celebran dos años después de llegar a la Casa Blanca.
Discurso radical más problemas con la justicia: problemas
Trump enfrenta 91 cargos criminales en los varios procesos que tiene abiertos por su presunto intento de interferir en el recuento de votos en las elecciones presidenciales de 2020, su papel en lo ocurrido en el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021 y los documentos clasificados encontrados en su casa de Florida después de dejar la Casa Blanca.
Las encuestas en New Hampshire determinaron que la base de Trump se cree la tesis de que se trata de una persecución política y consideran que sería apto para ser presidente en caso de que fuera hallado culpable. En cambio, el 83% de quienes apoyaban a Haley considera que quedaría incapacitado para el cargo.
Atraer a los moderados, buscar el centro y los independientes, es la clave de toda estrategia de campaña. Los polos, aunque puedan ser más notables porque suelen ser los más activos y copar la escena, no son suficientes para imponer una agenda electoral.
En 2016, Trump se dividió a partes iguales el electorado independiente con la demócrata Hillary Clinton, de acuerdo con el estudio que hizo el Centro Pew. En esa ocasión, el entonces empresario perdió el voto popular, pero ganó el conteo de delegados del Colegio Electoral, y con ellos, la presidencia.
En 2020, Biden logró el 54% de los independientes, frente al 41% de Trump, de acuerdo con el Pew. Ese año, la derrota de Trump se explicó por el mejor desempeño que tuvo Biden entre sectores moderados, fundamentalmente suburbanos y, particularmente, entre mujeres.
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