Eran grandes aliados de Donald Trump. Ahora alertan de que pueda volver a la Casa Blanca: "es fascista hasta la médula"
“La gente que lo conoce mejor [a Donald Trump] es la que más se opone a él, a su presidencia”, dijo esta semana sobre el expresidente el general de brigada retirado del ejército Steve Anderson.
Con esta frase, destacó cómo muchas personas que trabajaron en el pasado con Trump se oponen ahora a su campaña.
Los comentarios de Anderson llegaban solo un día después de que el exjefe de gabinete de Trump, John Kelly, el que más tiempo compartió con el entonces presidente en la Casa Blanca, aseguró que Trump le había dicho que le mostraran la misma deferencia que los generales de la Alemania nazi.
Kelly dijo que decidió hacer pública su declaración luego de que Trump en las recientes semanas dijera que estaba abierto al uso de las fuerzas armadas contra el "enemigo interno" -que, en palabras del expresidente, incluía a los adversarios demócratas.
"Y creo que esta cuestión de usar las fuerzas armadas contra ciudadanos estadounidenses es una de esas cosas que creo que es algo muy malo; incluso decirlo con fines políticos para ser elegido, creo que es algo negativo y más aún hacerlo en realidad", dijo Kelly.
"Mirando la definición de fascismo: es una ideología y un movimiento político autoritario y ultranacionalista de extrema derecha caracterizado por un líder dictatorial, una autocracia centralizada, militarismo, supresión forzosa de la oposición y creencia en una jerarquía social natural", dijo Kelly al responder por qué consideraba a Trump como "fascista".
La candidata demócrata Kamala Harris consideró que la declaración de Kelly, un respetado general de tres estrellas de amplia reputación en el Partido Republicano, deberían tomarse como una señal de alerta.
“Esta es una ventana sobre quién es realmente Donald Trump, de la gente que lo conoce mejor, de la gente que ha trabajado con él codo a codo en la Oficina Oval”, dijo la vicepresidenta para subrayar el hecho de que estos señalamientos provengan de funcionarios que trabajaron muy cerca de Trump y que hoy lo consideran no apto para el cargo.
Exaliados de Trump convertidos ahora en críticos es un hecho sin precedentes en la política de EEUU
En efecto, mientras Trump busca regresar a la Casa Blanca, se enfrenta a la oposición de un notable grupo de extrabajadores cercanos que alertan contra las consecuencias para la democracia y el Estado de derecho en EEUU si el magnate regresara al poder.
De hecho, que en los últimos meses no haya dejado de aumentar ese número de detractores entre quienes un día fueron sus grandes aliados es algo que no tiene precedentes en la historia reciente de la política estadounidense.
“Ninguna persona en la política estadounidense –y ciertamente ningún presidente reciente– tiene una lista tan amplia de aliados de alto perfil que se convirtieron en enemigos”, destacó un artículo web de CNN ya en octubre de 2023.
Pero, un año después, esa lista de personas que fueron testigos de primera mano de su labor durante los cuatro años en la Casa Blanca y de la agitación que siguió las semanas posteriores a las elecciones en las que fue derrotado por Joe Biden es mucho más amplia.
En la actualidad, son decenas los nombres de funcionarios de alto nivel que formaron parte del gobierno de Trump y que ahora alertan sobre los riesgos de que regrese al poder.
Su vicepresidente Mike Pence; exsecretarios de Defensa como James Mattis y Mark Esper; el expresidente del Estado Mayor Conjunto Mark Milley; su exsecretario de Estado James Tillerson; exasesores de Seguridad como HR McMaster o John Bolton y varios directores de Comunicación y secretarios de prensa son solo algunos de los funcionarios de alto nivel que dedicaron duras críticas a Trump en los últimos meses.
De ser el segundo en su gobierno, Pence ha pasado a ser uno de los principales opositores de un nueva nueva presidencia de Trump.
“Cualquiera que se ponga a sí mismo por encima de la Constitución nunca debería ser presidente de los Estados Unidos, y cualquiera que le pida a alguien más que lo ponga a él por encima de la Constitución nunca debería volver a ser presidente”, dijo, en alusión a cuando Trump le pidió que no certificara los resultados de las elecciones en 2021.
Mattis, un renombrado militar retirado, también ha dicho que Trump “se burla de nuestra Constitución”, mientras otros como Bolton lo han calificado repetidamente de incapaz para el cargo.
Tillerson ha dicho en varias ocasiones que quedó sorprendido por la ignorancia de Trump y su incapacidad incluso para leer los resúmenes con información relevante que reciben los presidentes cada día.
“Su comprensión de los acontecimientos globales y su comprensión de la historia de Estados Unidos era realmente limitada”, afirmó.
Uno de los generales más respetados de EEUU, Milley, ha considerado a Trump como un “fascista hasta la médula” y provocar un “daño enorme e irreparable”, mientras Esper coincidió que el expresidente “tiene esas inclinaciones (fascistas)” y consideró que es "algo de lo que deberíamos tener cuidado”.
Olivia Troye, exasesora de la Casa Blanca y que ya criticó duramente a Trump en los últimos meses, aseguró este jueves en entrevista con la agencia EFE que el expresidente mantenía una doble postura frente a Venezuela: mientras públicamente criticaba al Gobierno, en privado expresaba iración por Nicolás Maduro por ser un hombre "fuerte".
Troye, republicana de toda la vida que ahora votará por Kamala Harris, contó el "conflicto interno" que la atormentó durante su etapa en la Casa Blanca como asesora principal en seguridad nacional y contraterrorismo para el entonces vicepresidente, Mike Pence.
"Le he oído hablar de Maduro, él ha apoyado a Maduro. Y yo me quedé confundida en esas juntas, porque me preguntaba: aquí estamos diciendo 'libertad para Venezuela', diciendo todas esas cosas, y aquí está el presidente afirmando que Maduro es fuerte", aseguró.
Los nombres siguen e incluyen a la directora de comunicación Alyssa Farah Griffin; Cassidy Hutchinson, ayudante del jefe de Gabinete; o la ayudante de la Casa Blanca Omarosa Manigault Newman.
Por si fuera poco, más de 100 renombrados republicanos firmaron una insólita carta en septiembre en la que llamaron a Trump “no apto” para un nuevo mandato.
La campaña de Trump resta importancia a los republicanos que no apoyan al expresidente
Larry Sabato, director del centro de Política de la Universidad de Virginia, dijo al diario The Guardian el pasado mes que estos llamamientos de republicanos anti-Trump son notables por venir de personas que le fueron muy cercanas y lo iraban.
“Por eso es importante, porque muchas de estas personas han trabajado de cerca con Trump en la Casa Blanca y han visto de cerca lo incompetente que es y lo inadecuado que es para la presidencia. Es fundamental que estas personas se hagan públicas”, agregó.
Desde el lado republicano, restan importancia a estos cambios de bando y subrayan que, evidentemente, el número de exfuncionarios del gobierno de Trump que lo siguen apoyando es mayor al de aquellos que no quieren tener nada que ver con él.
“La mayoría de las personas que sirvieron en el gabinete del presidente Trump y en su istración, como la mayoría de los estadounidenses, han respaldado abrumadoramente su candidatura”, le dijo el portavoz de la campaña republicana, Steven Cheung, a la agencia AP el pasado mes de abril, cuando comenzaban a conocerse más y más nombres de exaliados arrepentidos.
“Quienes trabajaron con Donald Trump en los niveles más altos de su istración creen que es demasiado peligroso, demasiado egoísta y demasiado extremista para volver a liderar nuestro país; estamos de acuerdo”, respondió en aquel momento Ammar Moussa, portavoz de la demócrata liderada entonces por Biden.
Diversos expertos coincidieron al destacar lo inédito de esta corriente de personas cercanas a Trump que ya comenzaban a desmarcarse del expresidente.
“No creo que hayamos visto nada parecido, ciertamente no en los últimos 100 años”, le dijo al diario USA Today Lindsay Chervinsky, investigadora principal del Centro de Historia Presidencial de la Southern Methodist University.
“Ver a tanta gente saliendo de una istración para la que trabajaron diciendo: ‘Peligro, no dejen que ese tipo se acerque a la Casa Blanca otra vez, pondrá en peligro nuestra democracia’, es algo asombroso”, dijo al mismo medio el historiador Douglas Brinkley.
Mira también: