El peligroso escenario poselectoral en EEUU: un presidente que no acepta la derrota y otro que no puede empezar la transición
Estados Unidos se enfrenta a un escenario poselectoral sin precedentes (y peligroso). El presidente en el cargo se niega a aceptar que ha perdido las elecciones y el presidente electo ya actúa como tal a pesar de las limitaciones de un traspaso de poder bloqueado. Un choque de trenes con fecha: el 20 de enero de 2022, día de la investidura.
El presidente Donald Trump, después de meses alimentando la narrativa del posible fraude electoral, asegura (sin pruebas) que la victoria de Joe Biden no es válida y ha presentado demandas en los estados decisivos. Por el momento, su ofensiva legal no ha dado frutos y ningún tribunal avala sus reclamos. Es más, funcionarios electorales de todo el país aseguran que no vieron irregularidades. Lo mismo ha dicho la misión de observación electoral de la Organizaci´ón de Estados Americanos (OEA).
Esta semana, el gobierno Trump ha pasado de la retórica a los hechos. No firma los documentos necesarios para iniciar el traspaso de poderes, por lo que el equipo de Biden no puede acceder ni a recursos, ni a espacios ni a informes de inteligencia. Y, en otra señal inequívoca de su decisión de actuar como si hubiera ganado, se ha dado la orden de preparar los presupuestos de 2022, que se presentan en febrero, cuando los demócratas ya deberían estar en la Casa Blanca.
En paralelo y con esas dificultades, Biden se esfuerza por ejercer de presidente electo, con discursos diarios en los que desgrana su agenda y llamadas a líderes extranjeros. Hasta ahora su estrategia es restar importancia a las demandas y bloqueos de Trump, para no avivar el conflicto. Pero el martes ya dijo que su comportamiento le parece "vergonzoso".
Estos son los cinco grandes peligros de este escenario poselectoral en EEUU: