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Elecciones 2016

Obama ataca a los republicanos del Congreso para lograr la mayoría demócrata: “Trump no salió de la nada”

Confiados en que van a ganar la Casa Blanca, los demócratas se concentran en asegurar la mayoría en el Senado y arañar escaños en la Cámara de Representantes. El presidente acusa a los líderes republicanos de haber dejado crecer el caldo de cultivo para Trump.
14 Oct 2016 – 05:23 PM EDT
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El presidente Barack Obama durante un acto de campaña en Columbus, Ohio. Crédito: Reuters

El jueves por la noche, en un centro de convenciones de Columbus, el presidente Barack Obama dio un discurso de campaña en el que apenas mencionó a Hillary Clinton. La persona a la que más citó fue a Ted Strickland, ex congresista y ex gobernador de Ohio que se presenta ahora al Senado.

Los demócratas han empezado a derivar dinero, personal y hasta discursos presidenciales hacia la batalla por el Congreso ahora que las encuestas y el desmoronamiento de Donald Trump indican que Hillary Clinton será elegida presidenta de Estados Unidos con margen amplio de ventaja el próximo 8 de noviembre.


El Senado, al alcance

Los demócratas tienen al alcance la mayoría en el Senado que perdieron en las elecciones de 2014. Los republicanos aún pueden retener más sitios en la Cámara de Representantes pero también pueden ver ahí su poder disminuido, la principal preocupación ahora de Paul Ryan, el líder de la mayoría en la Cámara denostado por Trump.

La estrategia de los republicanos de empujar a los ciudadanos a votar a favor de sus candidatos en las carreras al Congreso aunque apoyen a Clinton o no participen en las presidenciales no está funcionando. Según un sondeo de Pew Research Center con entrevistas entre finales de septiembre y principios de octubre (antes de los últimos escándalos de Trump), sólo el 11% de los republicanos y el 26% de los independientes. pensaban dividir su voto de las presidenciales y el Senado.

Este año los republicanos son los más vulnerables porque son los que más contrincantes afrontan. El 8 de noviembre se renueva un tercio de los escaños: 24 los ocupan ahora republicanos y 10 demócratas. Aquí el partido de Trump tiene más riesgos. Si Clinton es la presidenta, además, tiene otro voto más en caso de empate, el del vicepresidente, Tim Kaine. Así, a los demócratas les basta con ganar cuatro senadores.

En la Cámara de Representantes, los demócratas están más lejos de la mayoría pero esperan ganar más escaños en lugares disputados como Nueva York o Pensilvania. Los aspirantes están utilizando a Trump como el argumento esencial para ganar.

Los demócratas podrían lograr una veintena de sitios más, pero las encuestas no indican que vayan a llegar a los 30 que necesitarían para darle la vuelta a la mayoría republicana.

“Hay muchas diferencias entre yo y mi oponente, Lee Zeldin. Pero la más grande es yo no voy a votar por un depredador sexual como Donald Trump que presume de serlo”, escribe Anna Throne-Holst, una demócrata que se presenta a congresista en Long Island contra el republicano Zeldin, uno de los primeros congresistas en apoyar a Trump y que no lo ha retirado su apoyo.

Hace unas semanas, Zeldin hizo campaña con el de Utah Jason Chaffetz, que sí anunció que no podía seguir apoyando a Trump tras la publicación del vídeo en que Trump presume de acosar a las mujeres.

Los sitios difíciles

Los demócratas luchan ahora hasta por los escaños más difíciles como el de Ohio de Rob Portman, que acaba de quitarle el respaldo a Trump y dice que escribirá el nombre de Mike Pence el día de las elecciones. En la media de las encuestas, Portman está 15 puntos de delante. Haber pedido durante meses el voto para Trump es ahora una factura que los demócratas quieren explotar.

“A diferencia de su oponente, Ted Strickland nunca ha apoyado a Donald Trump”, dijo Obama en Columbus antes de hacer el repaso de algunos comentarios racistas o insultantes del candidato republicano desde que se presentó en junio.

“Entiendo que el oponente de Ted haya finalmente retirado el apoyo a Trump después de mirar a las encuestas, ahora que conviene políticamente. Pero lo apoyó hasta la semana pasada. Así que supongo que no pasaba nada cuando Trump atacaba a las minorías y sugería que los mexicanos eran violadores y los musulmanes anti-patriotas, cuando insultaba a madres de héroes de guerra y se reía de americanos discapacitados. Supongo que eso no era suficiente. ¿Eso estaba bien?”

A por Ryan o Portman

La campaña de Clinton también ha empezado a virar su mensaje hacia el liderazgo republicano y algunos de sus candidatos, no sólo hacia los que siguen respaldando a Trump o a los que no hicieron nada por denunciar sus actitudes antidemocráticas.

El siguiente paso es acusar a los republicanos de tono moderado como Paul Ryan o Rob Portman por haber dejado pasar durante años que algunos colegas y algunos seguidores lanzaran insultos y teorías de la conspiración sin decir nada.

Aprovechando la popularidad de Obama, la campaña de Clinton le está utilizando también para el trabajo de repartir la culpa entre los republicanos. A la candidata no le conviene para atraerse a los moderados. Los discursos más contundentes los están dando el presidente Obama y su esposa Michelle.

“Sabemos que la mayoría de los republicanos no piensan como Donald Trump… Ni siquiera pensamos que la mayoría de los políticos republicanos crean que Donald Trump está preparado para ser presidente”, dijo Obama en el banquete de políticos y donantes demócratas. Contó que algunos republicanos comentan con él en Washington desde hace meses que saben que es “horrible” y sólo están intentando sobrevivir.

“El problema no es que todos los republicanos piensen como lo hace este tipo. El problema es que han estado montados en este tigre desde hace mucho tiempo. Han estado alimentando la base con todo tipo de cosas locas durante años sobre todo para su conveniencia política. Así que si Trump iba por ahí diciendo que yo no había nacido aquí no les importaba mientras eso les ayudara a conseguir votos. Si algunos de esos tipos hablaban en la radio como si yo fuera el anticristo, decían 'es sólo política'”.

En la sala en Columbus, muchos demócratas rieron mientras Obama contaba anécdotas de despropósitos. Recordó, por ejemplo, la reacción de algunos republicanos en Texas cuando en mayo del año pasado el Pentágono hizo uno de sus ejercicios rutinarios de formación ahí.

En grupos republicanos, se empezó a correr la voz de que el Gobierno iba a “imponer la ley marcial” y que ese ejercicio era en realidad el asalto a Texas. “Y entonces el senador ahí [Ted Cruz] dijo 'voy a mirarlo'. Y el gobernador [Greg Abbott], 'bueno, no lo sé'. ¿Qué quieres decir con que no lo sabes? ¿Crees que el Pentágono ha dicho 'vamos a declarar la ley marcial y tomar el control de Texas'? 'Vamos a hacerlo como si fuera un ejercicio rutinario de entrenamiento'”.

Obama responsabilizó al “ecosistema” del que dependen muchos políticos republicanos y citó a la televisión de Rupert Murdoch. “Si viera Fox News no votaría por mí mismo”.

“La gente que sabía más no dijo nada. No dijo ‘no estoy de acuerdo con sus políticas económicas pero esto es ir demasiado lejos’. No dijo ‘no creo que su política exterior sea la correcta para América pero no podemos permitir que nuestra política baje a las cloacas’”.

“La gente como el oponente de Ted no hizo nada cuando esto estaba pasando. Y Donald Trump, es un experto en esto, no construyó el edificio, pero puso su nombre y se quedó con el mérito”.

Obama también apuntó a uno de los puntos débiles de los republicanos en este ciclo electoral: la moralidad de la familia tradicional, uno de los principios que ha movilizado a una parte del electorado republicano durante años.

Para republicanos como Marco Rubio, que se presenta a la reelección en el Senado en Florida y dice que va a seguir votando por Trump, esto también puede ser un problema. También para candidatos que ya han dicho que no votaráná por el aspirante republicano a presidente.

“¿Reclamas la bandera de los valores familiares y este tipo es tu candidato? Y lo apoyas, pides el voto para él, y haces campaña por él hasta el último minuto en el que te retractas”, dijo Obama. “No actuéis como si esto hubiera empezado con Donald Trump. Lo ha llevado a un nuevo nivel. Hay que darle crédito. Pero no salió de ninguna parte”.

“Es como en Casablanca. El tipo entra en el café y dice que está bajo shock de que se juegue allí”.

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