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Elecciones 2016

Estos son los 'héroes' republicanos que denunciaron a Trump desde el principio

Unos pocos republicanos advirtieron del peligro de Trump y aguantaron la presión para aceptar al candidato oficial. En muchos casos han arriesgado votos y amistades.
9 Oct 2016 – 12:02 AM EDT
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Mitt Romney durante su discurso en marzo. Crédito: Getty

Después de un año y cuatro meses de campaña, congresistas, senadores, gobernadores y altos cargos del partido republicano han retirado su apoyo a Donald Trump. El vídeo publicado por el Washington Post con una conversación de 2005 en la que presume de manosear a las mujeres a su antojo ha provocado la cadena de reacciones.

Algunos de los que le niegan ahora el respaldo a Trump habían hecho campaña por él. Otros sólo habían dicho que le votarían y otros habían preferido el silencio.

Ahora las voces críticas son muchas, pero sólo hay unos pocos y muy activos republicanos que advirtieron desde el principio de los peligros de la candidatura de Trump, denunciaron su carácter durante meses y mantuvieron esa posición pese al coste personal en ataques del partido y, en algunos casos, posible castigo de los votantes.

Mitt Romney

A principios de marzo de este año, antes de las decisivas primarias de Florida y Ohio, Mitt Romney hizo un discurso en el que resumió lo que era Trump e incluso predijo lo que sucedería en los siguientes meses. El ex gobernador y ex candidato a la Presidencia hizo una intervención argumentada y apasionada contra el que ya era el líder de la carrera.

Todavía quedaba tiempo para que Trump no fuera el candidato. Marco Rubio y Ted Cruz aún tenían opciones. Romney advirtió entonces que el daño al partido podía acabar como en 1964, cuando el elegido fue Barry Goldwater y eso derivó en una de las peores derrotas de los republicanos.

“Nos enfrentamos a otro momento de elección que tendrá consecuencias profundas para el partido republicano y más importante para nuestro país”, dijo Romney.

Romney ofreció entonces un retrato completo de Trump. Dijo que sus planes económicos hundirán el país y están llenos de promesas vacías. Dijo que “no tiene el temperamento para ser presidente”. Recordó cómo Trump imitó y se rió de un reportero discapacitado, relacionó las preguntas de una entrevistadora a su ciclo menstrual o presumió de su adulterio o llenaba sus discursos públicos de palabras malsonantes.

“La mentira es la marca de Donald Trump”, dijo Romney. que hizo una lista de algunas mentiras, como el hecho de que se había opuesto a la invasión de Irak o que vio a miles de musulmanes en New Jersey celebrando la caída de las Torres Gemelas. "Está creando cabezas de turco con musulmanes e inmigrantes mexicanos. Pide el uso de la tortura. Pide el asesinato de niños y parientes inocentes de terroristas. Anima al asalto de los que protestan. Aplaude la posibilidad de cambiar la Constitución para limitar la libertad de prensa de la Primera Enmienda", dijo Romney.

“Trump es un farsante… Tiene demasiado que esconder”, dijo Romney, que predijo que se descubriría que el millonario no donaba el dinero que decía que daba a obras de caridad y que su declaración de impuestos contendria sorpresas desagradables.

Las dos cosas han sucedido. Su Fundación está siendo investigada por no cumplir con su misión y Trump reconoce que no paga impuestos federales por su declaración de quiebra.

Pese a las críticas, Romney nunca dejó de denunciar a Trump. Ya no tiene ningún cargo público y dijo “no” al intento de reclutarle para que se presentara por tercera vez a la Casa Blanca. Pero la decisión suponía ir en contra de una parte de los votantes y de los jefes de su partido.

Mark Kirk, Ben Sasse y Jeff Flake

Los que más se jugaron en su denuncia consistente de Trump fueron los de la Cámara de Representantes y del Senado en estados donde pueden peligrar bien por rivales internos en las primarias o bien porque tienen competencia demócrata fuerte.

Los que nunca han dejado de criticar a Trump y arriesgan más son Mark Kirk, el senador de Illinois, Ben Sasse, de Nebraska, y Jeff Flake, de Arizona. A los tres su desafío les pueden costar votos, pero sólo Kirk se presenta este año a la reelección. La carrera está muy difícil para él y su rival demócrata está ahora diez puntos por delante en las encuestas.

En junio, en plena ola de apoyo de los jefes del partido al candidato de facto, Kirk dijo que Trump es simplemente “demasiado racista” para ser presidente.

Kirk dijo que con la actitud de Trump hacia las mujeres, los mexicanos y los capacitados no podía apoyar a ese candidato “independientemente del efecto” en su candidatura al Senado o en su partido.

Sasse incluso consideró presentarse como candidato alternativo, pero al final se quedó en un crítico continuo de Trump. “No puedo apoyar a alguien que creo no hará el juramento del cargo de buena fe”, dijo en junio.

Ni los insultos de Trump ni los ataques de algunos colegas movieron tampoco a Fluke, que defendió en septiembre su decisión de no votar por Trump en noviembre y de escribir el nombre de otro candidato.

John Kasich y Jeb Bush

John Kasich y Jeb Bush fueron los dos contrincantes de Trump que se negaron a apoyarle tras las primarias. Mantuvieron su denuncia del candidato después de retirarse de la carrera.

En el caso de Kasich, el gobernador de Ohio, llegó al extremo de no acudir a la convención republicana, que se celebraba en su estado, en Cleveland. Jeb Bush tampoco fue y ha seguido condenando a Trump por sus palabras y sus acciones, pero en su caso está probablemente al final de su carrera política.

Kasich dijo que la lista de ofensas de Trump era “demasiado larga” para apoyar al candidato republicano por mucha presión que estuviera recibiendo para hacerlo. Es gobernador de un estado importante para su partido y Trump ha conseguido apoyos entre los votantes menos educados que pueden llevarle a la victoria aquí.

Las dudas entre los ex rivales fueron puestas a prueba sobre todo en septiembre, cuando algunos jefes del partido querían ver un cambio.

Incluso Lindsey Graham, que se retiró de las primarias y ha sido uno de los críticos más duros de Trump tuvo un momento de duda en septiembre y observó que tal vez poíadr votar al candidato republicano porque parecía que había "mejorado".

Bill Kristol

Entre los periodistas conservadores, el que ha sido más constante y ha aguantado críticas personales ha sido Bill Kristol, el editor del Weekly Standard.

En julio de 2015, justo después de que Trump se presentara, Kristol dijo el aspirante era un “perdedor” y un “tonto”.

Trump dijo entonces que John McCain no era un héroe de guerra porque había sido capturado. Kristol sentenció entonces: “Está muerto para mí”.

Mike Lee

Más allá de las críticas, el senador de Utah, Mike Lee, intentó hasta el final de la convención republicana buscar fórmulas para sustituir al candidato y para que quedara clara la protesta de los que creían que elegir a un hombre así destruiría el país y el partido.

Lee lo tuvo claro desde el principio. Y lo ha vuelto a decir ahora. “Su conducta, señor, es una distracción. Váyase”.

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