La campaña ignorada del tenaz 'Rocky' de la Fuente, el único hispano en la carrera por la Casa Blanca

SAN DIEGO. CALIFORNIA. "Estoy fresco como una lechuga", asegura Roque, "Rocky", de la Fuente durante un paseo en su camioneta Cadillac por su condado natal de San Diego. El millonario mexicanoestadounidense de 61 años lleva más de ocho meses en campaña recorriendo medio país como candidato por la nominación presidencial demócrata con poca suerte.
En este condado tiene numerosas empresas y aquí muchos le tratan como un emperador.
"Señor Rocky ya voté por correo por usted", le dice a modo de saludo uno de sus empleados del concesionario Cadillac de El Cajón, uno de los varios de diferentes marcas de los que él es propietario.
De la Fuente ha conseguido 58,193 votos hasta ahora, a una distancia sideral de los casi 13 millones de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton y los casi 10 millones del senador Bernie Sanders
Pero él no se desanima por sus números. Tampoco por el supuesto fraude del que dice ser víctima.
En la primaria de California del martes predice que recibirá un millón de votos pero que en el recuento el Partido Demócrata le "robará, como ha pasado antes".
"Calculo que dejarán que me quede con unos 100,000 votos", dice el millonario al volante.
Hoy le toca manejar a él porque ordenó a sus choferes dar vueltas con sus autobuses de campaña por las inmediaciones del evento cercano de Clinton. El objetivo: "hacerle el lío" a su rival.
Tercer partido
De la Fuente ha hecho un gran esfuerzo por llamar la atención pero su candidatura ha sido prácticamente ignorada por los grandes medios de comunicación.
Se ha gastado $5,4 millones hasta el final de abril según los datos de la Comisión Federal Electoral; su nombre apareció en la boleta o pudo ser añadido ( write in) en 40 estados y seis territorios, más que ningún otro candidato demócrata salvo Clinton y Sanders.
Pero el empresario hispano nunca fue incluido en los debates y encuestas de campaña.
En medios locales de Alaska, Iowa o Michigan, de la Fuente ha aparecido como una curiosidad cuando los periodistas descubrían que su nombre estaba en la papeleta para la primaria, o se enteraban de que era un vecino más porque había rentado una casa para usarla como cuartel de campaña.
"He hecho todo lo que podía hacer", dice subiendo el tono y revelando su enfado. "El Partido Demócrata no quiere que gane".
Inasequible al desaliento, ahora dice que se va a lanzar como candidato de un tercer partido a por la presidencia.
Está en proceso de crear el American Delta Party y de registrar su candidatura por todo el territorio, aunque de entrada ya no podrá competir en Texas y Carolina del Norte donde las "reglas del mal perdedor" impiden a un aspirante derrotado en primarias inscribirse como independiente.
Por si postularse a la presidencia fuera poco, De La Fuente asegura que también va a por el escaño del Senado que deja libre en Florida Marco Rubio.
Para ello planea comprar un barco para establecer su residencia legal en Florida y hacer campaña de puerto en puerto. Cuando dice esto al volante de su Cadillac se le escapa la risa al pensar en la cara de estupefacción que pondrán los floridanos.
¿Pasatiempo de millonario?
El candidato está pletórico a pesar de su disgusto con los cabecillas demócratas. En la misma mañana de esta entrevista con Univision, acababa de ser entrevistado por la televisión británica BBC y un día antes había grabado una aparición en el programa Al Punto presentado por Jorge Ramos que será transmitida este domingo.
Durante el paseo en el auto, de la Fuente apenas se detiene en sus vivencias de campaña a pesar de la insistencia del periodista, prefiriendo hablar de sus planes.
Tampoco pierde la oportunidad de señalar dónde están sus numerosas propiedades. Aquí una gasolinera, allá otro concesionario, allá al fondo la gigantesca bandera de Estados Unidos de 300 metros cuadrados cuya renovación mensual él mismo paga de su bolsillo: "Todo eso es mío. Y aquello también".
En varias propiedades ha instalado carteles promocionando su candidatura.
"Esos cerros son todos míos", dice señalando a una ladera cercana a la frontera con México en la que sus empleados han demarcado en el suelo el lema "Rocky 2016". Probablemente esas letras sean lo primero que hayan visto algunos de los indocumentados que cruzan la frontera por ahí.
La colina colinda con el parque industrial De la Fuente Border Business Park en el que muchas de sus calles llevan su nombre: Avenida de la Fuente, Paseo de la Fuente, Calzada de la Fuente...
En su oficina, aún cuelgan de la pared las fotos de su época de donante político. Aparece con el expresidente Bill Clinton y su esposa Hillary, con el expresidente Ronald Reagan, con el expresidente George Bush y el excandidato republicano John McCain.
Preguntado por si su aventura electoral es un pasatiempo de millonario, responde enojado: "Ser presidente de Estados Unidos no es un capricho. Podría estar ahora mismo en Buenos Aires, en Mar del Plata, en Marbella. ¿No crees que es más divertido?".
Durante casi cinco horas de entrevista/paseo/almuerzo, De la Fuente no transmite ninguna duda sobre sus posibilidades de victoria. "Voy a ser presidente", replica convencido cuando le ponen en cuestión sus opciones.
"Soy el latino que más cerca ha estado de la presidencia de Estados Unidos", resalta.
Con sus empleados, el campechano de la Fuente tiene un trato afable y ellos responden agradecidos. Entre algunos de ellos sí parece haber más dudas sobre las posibilidades de victoria del jefe.
Jesús Guevara, uno de los choferes que le ha acompañado por el país, agacha la cabeza apenado y en un momento en que De la Fuente no le escucha dice: "No hay que perder la fe".
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