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Elecciones 2016

Cómo los latinos en Arizona se volvieron el objetivo más codiciado por los partidos

Los demócratas tienen la esperanza de que los latinos ganen un estado tradicionalmente republicano. La campaña de Trump lo descarta y tímidamente busca el voto hispano, mientras varios grupos hacen feroz campaña para registrar votantes.
27 Ago 2016 – 09:09 AM EDT
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Este año los hispanos podrían ayudar a alterar la tradición republicana de Arizona. Crédito: John Moore/Getty Images

PHOENIX, Arizona. Es miércoles en la noche y el servicio está a punto de comenzar en la iglesia cristiana Amor Internacional de Phoenix. Los feligreses latinos llegan de todas partes de la ciudad a un ritual sagrado que repiten el domingo. Un grupo de jóvenes inicia su concierto de pop cristiano en spanglish y le da la entrada al Pastor Ace Saucedo, quien en un eufórico discurso con traducción simultánea, le dice a sus feligreses cómo abandonar la auto-lástima y confiar en el poder de Dios.

Más cantos, más predicas y más bendiciones hasta que aparece de sorpresa en escena el célebre Pastor Juan Ramos, quien creó esta iglesia hace casi 30 años. Ramos había estado ausente por una operación ocular pero hoy hace una entrada triunfal, como de estrella de rock, usando lentes oscuros.

“Pidamos a Dios que le de sabiduría a la nación para que elija su mejor camino”, fueron sus palabras más políticas esta noche. Ramos fue delegado republicano en la Convención de Minneapolis de 2008 e incluso como “amigo personal” del senador John McCain, le facilitó un salón aquí en su Iglesia, para que realizara un mitin con la comunidad hispana cuando este corría a la presidencia en 2008 enfrentando a Barack Obama. “Este año ni él (McCain) ni el senador Jeff Flake fueron a la Convención, eso dice mucho de toda la inseguridad que sentimos los republicanos aquí en Arizona”, dijo a Univision Noticias.

Ramos, quien migró de Guatemala cuando tenía 9 años y hoy a sus 62 suma más de 30 predicando, aseguró que “el Partido Republicano se alinea con nuestra fe y el núcleo familiar pero cuando el candidato principal ( Donald Trump) utiliza palabras muy cortantes hacia la comunidad hispana me entristece. Me hace entender porqué muchos hispanos se van a otras filas. Por esa retórica abrasiva”.

Aunque las encuestas en Arizona no son muy confiables porque se han hecho con poca frecuencia, el promedio de Real Politics le da un empate técnico a ambos candidatos en este estado: 43% sería la intención de voto tanto para Trump como para Hillary Clinton. Estos datos sugieren que los 11 votos electorales del estado ganados por republicanos en las últimas cuatro elecciones presidenciales, ya no serán tan certeramente rojos.

Ramos dice que ante esta polarización simplemente ora “por nuestro país en la forma más neutral” y que no lleva más la política al púlpito, que logra reunir alrededor de 3,000 feligreses. “Por primera vez estoy en una encrucijada. Por primera vez no sé qué voy a hacer”.

El pastor Saucedo, quien cuando Ramos sube al escenario lo ayuda con la prédica en inglés, en cambio está decidido. Aunque reconoce que Trump no está peleando lo que llama “la causa hispana”, dice que está más alineado con sus valores morales y que “su plan financiero será mucho mejor que todo lo que no hizo Obama por la clase media”.

“Su vicepresidente ( Mike Pence) es mi esperanza de que traiga un balance al punto de vista extremo de Trump”, confía Ace, nacido en Arizona pero de padres mexicanos. “Nosotros como iglesia estamos preocupados por los 11 millones que están aquí, debe haber un límite porque no todos son criminales”, asegura.

¿Quién le habla a los inmigrantes?

En el variopinto público de hispanos que se une al vaivén de cánticos y plegarias hay sin duda de todo. Aunque algunos confiesan que unos años atrás hubieran votado a ciegas por un candidato republicano -por sus posturas en temas como el aborto y el matrimonio gay-, el tema de la reforma migratoria en esta estado tiene un peso electoral muy fuerte.

“Yo no voy a votar este año”, dice Carolina Vigil, una mujer de 50 años, madre de dos hijos. “ Trump es indefendible, yo no puede verlo ni en la tele y Clinton es la persona más mentirosa que conozco”. Vigil dice que se hizo independiente unos años atrás y que ha visto cómo los votantes son cada vez más apartidarios. “¿Quién le está hablando a los inmigrantes y no en contra de ellos? A mí nadie me representa”.

Guillermina González cree que más latinos se harán demócratas pero le disgusta que ese partido crea que tiene a los hispanos en el bolsillo. “Para mí Trump es el apocalipsis mismo! Pero los demócratas aún no tienen mi voto. Quiero saber qué van a hacer por este estado tan afectado por la violencia en la frontera”.

Arturo Salgado, originario de México y padre de dos hijos nacidos acá, dice en cambio que votará por Cinton, haciendo un especial énfasis en que no es machista. “Estamos viviendo un momento muy crítico y necesitamos una persona que no divida más al país. Trump le ha pedido ayuda a los rusos y su esposa ni siquiera es de aquí!”, dice agitado Salgado, quien se hizo ciudadano hace 20 años y viene a esta iglesia hace 16.

Salgado aseguró que varios de sus compañeros feligreses republicanos creen que cerca de las elecciones Trump hará una "especie de show" para pedir perdón. “Lo malo es que ya ha dejado una herida muy grande y el pueblo hispano cuando se une es peligroso”.

Despertando al gigante

Ese gigante dormido latino, que en muchos estados se está llamando el voto decisivo que hará historia, tiene especial valor aquí en el desértico Arizona.

La comunidad hispana, que es la quinta más grande a nivel nacional y compone el 30% de la población en Arizona, se volvió más activista desde la aprobación de la ley SB1070 en 2010, que permitía a los oficiales de policía detener a quien creyeran sospechoso y pedirle los papeles. La ley fue el resultado de una retórica anti-inmigrante que comenzó dos décadas atrás con la elección del alguacil Joe Arpaio, uno de los sujetos políticos más vocales y agresivos en la persecusión de indocumentados, que inspiró la creación de autodefensas armadas en la frontera.

Arpaio, quien apoya indefectiblemente a Trump y su propuesta de construir un muro en la frontera con México, podría enfrentar cargos criminales por la práctica de su oficina de detener a latinos con base en prejuicios raciales.

“Nuestra comunidad por necesidad tuvo que hacerse política”, dijo a Univision Noticias Alejandra Gómez, directora ejecutiva de la organización LUCHA (Viviendo Unidos por un Cambio en Arizona). “Los partidos solo buscan los votos anglosajones. Somos las organizaciones comunitarias las que vamos a registrar personas y a educar sobre el voto. Somos nosotros los que estamos convirtiendo a Arizona en un swing state”.

LUCHA hace parte de One Arizona, una coalición de 14 organizaciones que tiene la meta de registrar a 75,000 nuevos votantes latinos en todo el estado con su campaña Viva the Vote. A la fecha ya van en 40,000.

Según la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos (NALEO), aquí en Arizona la mayoría de los latinos se registra demócrata (43%) o independiente (42%) y solo un 15% se registra como republicano. Se espera que en las elecciones generales de noviembre, 433,000 latinos vayan a las urnas. En general la mayoría de votantes elegibles en Arizona está compuesta por nuevos ciudadanos, mujeres y jóvenes menores de 35 años, esos millennials entre los que Trump tampoco registra muy bien.

Cabeza a cabeza

“Los cambios demográficos de los últimos ciclos electorales están a nuestro favor”, dijo a Univision Noticias Sheila Healy, directora ejecutiva del Partido Demócrata en Arizona, quien asegura que tienen a 130 trabajadores fijos en la campaña, 20 oficinas y 11,000 voluntarios registrando votantes en las calles. De ellos, el 33% son latinos bilingües y la vocera para la comunidad hispana es Ellie González, una chica indocumentada.

El último demócrata en ganar Arizona fue el expresidente Bill Clinton en 1996 y por eso la campaña confía en que su presencia en el estado (ya ha estado en dos eventos de recaudación de fondos) será muy beneficiosa para su esposa.

“Haremos una inversión significativa en gastos independientes que se verá reflejada en propaganda contra la campaña de Trump. Estamos hablando de una cifra en los cientos de miles de dólares”, agregó Healy sin precisar cuánto.

Para Robert Graham, presidente del Partido Republicano en Arizona, “a los demócratas les va a costar mucho ganar este estado. Sus cifras son una ilusión”.

Aunque su base electoral es el blanco de clase media que en Arizona concuerda con la línea dura contra la inmigración, Graham asegura que desde 2013 el partido comenzó a crear una coalición de hispanos, encabezada por Sergio Arena, que incluye grupos evangélicos y católicos, comerciantes y líderes de negocios. “No solo en el condado de Maricopa, sino también en lugares como Nogales, Rio Rico, Santa Cruz y el Sur de Arizona donde los demócratas ni se aparecen”.

El republicano sostiene que el partido tiene 18 oficinas en todo el Estado, 6,000 republicanos que están haciendo registro de votantes y un presupuesto de 2.5 millones de dólares para lo que queda de campaña. Aunque reconoce que la retórica de Trump no le ha hecho bien, “él es el candidato de la creación de empleo y eso es algo que necesitan los hispanos”.

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