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Elecciones 2016

8 claves para manipular a la prensa, según Donald Trump

Tres décadas atrás el hoy candidato ya tenía muy claro cómo utilizar a los medios para su ventaja. Su libro "El Arte del Negocio" encierra las claves de la estrategia de prensa de Trump.
15 Jun 2016 – 03:16 PM EDT
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Donald Trump frente a la prensa el 8 de junio de 2015 en Turnberry, Escocia. Crédito: Ian MacNicol/Getty Images

Desde el comienzo de su candidatura Donald Trump ha tenido una relación turbulenta con la prensa.

El último choque vino después de que el periódico Washington Post publicara un artículo sobre las teorías de conspiración que estaba diseminando el candidato republicano respecto al Presidente Barack Obama y su supuesto vínculo con el terrorismo, luego de la masacre en el club gay Pulse en Orlando del domingo pasado.

A Trump no le gustó la historia, y en un acto sin precedentes le revocó las credenciales de prensa a la publicación, citando la cobertura “errada e inexacta” de su campaña. Esto por supuesto indignó a la prensa, y de nuevo Trump, como lo ha hecho desde hace casi un año, dominó la cobertura electoral.

Siempre polémico, el ahora virtual nominado republicano ya tenía muy claro, desde hace casi tres decadas, cómo sacarle ventaja a la prensa .

En su bestseller El Arte del Negocio, o The Art of the Deal, entre muchos otros consejos para “conseguir el éxito—al estilo Trump”, el magnate delínea su estrategia de prensa: ¿para qué contratar empleados de relaciones públicas cuando una sola frase “escandalosa” hace un mejor trabajo, y además, gratis?

Aquí un paso a paso del manual de Trump para lidiar con la prensa:


1. Crea controversia

"Algo que he aprendido sobre la prensa es que siempre tienen hambre por una buena historia, y mientras más sensacionalista, mejor. Esa es la naturaleza del trabajo, y yo entiendo eso.

"El punto es que si eres un poco diferente, un poco escandaloso, o si haces cosas que son osadas o controversiales, la prensa va a escribir sobre ti. Siempre he hecho las cosas de manera un poco diferente, no me molesta la controversia, y mis negocios tienden a ser algo ambiciosos. También, logré muchas cosas cuando estaba muy joven, y escogí vivir de una cierta manera. El resultado es que la prensa siempre ha querido escribir sobre mí".

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El editor del Washington Post había advertido sobre los problemas de Trump con una prensa independiente



2. La mala publicidad también es buena publicidad

“No estoy diciendo que necesariamente le caiga bien a los periodistas. A veces escriben cosas positivas, y otras veces cosas negativas. Pero desde un punto de vista puramente de negocios, los beneficios son muchos mayores que las desventajas".

3. Y la publicidad gratis es aun mejor

“En verdad es muy simple. Si compro un aviso de una página entera en el New York Times para publicitar un proyecto nuevo, me puede costar $40,000, y de todas maneras la gente tiende a ser un poco escéptica con la publicidad. Pero si el New York Times escribe una historia de una columna aunque sea moderadamente positiva sobre uno de mis negocios, no me cuesta nada, y vale mucho más que $40,000.

“Lo cómico es que incluso una historia crítica, que puede doler a nivel personal, puede ser muy valiosa para su negocio. Television City es el ejemplo perfecto. Cuando compré un terreno en 1985, mucha gente, incluso los del West Side, ni sabían que esos 100 acres existían. Entonces anuncié que iba a construir el edificio más alto del mundo en ese sitio. Instantáneamente se convirtió en todo un evento en los medios: el New York Times lo puso en portada, Dan Rather [antiguo presentador de noticias de CBS] lo anunció en las noticias de la noche, y George Will [comentarista conservador ganador del Pulitzer] escribió una columna en Newsweek. Todos los críticos de arquitectura tenían alguna opinión, al igual que muchos otros escritores y editores. No a todos les gustaba la idea del edificio más alto del mundo. Pero el punto es que recibió mucha atención, y eso nada más crea un valor agregado …"


4. Piensa en grande

“La última clave que yo promuevo es tener bravado. Juego con las fantasías de la gente, les doy lo que quieren. La gente no siempre piensa en grande ellos mismos, pero igual se pueden emocionar mucho con la gente que sí piensa así. Por eso un poquito de hipérbole no hace daño. La gente quiere creer que algo es lo más grande, lo más grandioso y lo más espectacular.

“Yo le llamo una verdad hiperbólica. Es una forma inocente de exageración—y puede ser una forma muy efectiva de promoverse”.

“La mayoría de reporteros, he encontrado, tienen muy poco interés en explorar la sustancia de una propuesta detallada para un proyecto de desarrollo. Buscan en cambio un ángulo sensacionalista”.

5. Trata de no engañar a la prensa

“Otra cosa que hago cuando hablo con los reporteros es ser directo. Trato de no engañarlos ni estar a la defensiva, porque así es precisamente como la gente se mete en problemas con la prensa. En cambio, cuando un reportero me hace una pregunta difícil, trato de darle a la respuesta un ángulo positivo, incluso si eso significa mover el terreno”.


6. No oigas a los críticos

“Otro tipo de persona a la que no me tomo muy en serio es a los críticos—excepto cuando se interponen en mis proyectos. En mi opinión, ellos escriben más que todo para impresionarse los unos a los otros, y se dejan llevar por las modas tanto como cualquier otra persona. …

“Yo siempre sigo mis propios instintos, pero no los voy a engañar: también se siente bien recibir buenas reseñas”.

7. Que sea breve

“Contrario a lo que muchos piensan, no disfruto hablar con la prensa. Me han hecho las mismas preguntas un millón de veces, y no me gusta hablar de mi vida personal en particular. Sin embargo, entiendo que si la prensa habla de uno es muy útil para hacer negocios, y no me molesta hablar de ellos.

"También, cuando sí doy una entrevista, me gusta que sea breve. Un reportero entra y sale en menos de 20 minutos. Si no me limito, podría pasar toda la vida hablándole a la prensa”.

8. El Arte del Contraataque

“Aunque paga enfatizar lo positivo, hay momentos en que la única opción es la confrontación. En la mayoría de los casos me la llevo bien con la gente. Soy muy bueno con la gente que es buena conmigo. Pero cuando la gente me trata mal o de manera injusta o se tratan de aprovechar de mí, mi actitud general, toda mi vida, ha sido pelear de vuelta, y muy duro. El riesgo es que esto puede empeorar una situación que ya era mala, y ciertamente no le recomiendo esta manera de actuar a todo el mundo. Pero mi experiencia es que si estás luchando por lo que crees—aun cuando eso signifique alienar a algunas personas en el camino—las cosas terminan funcionando para bien al final”.

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