El pasado 14 de febrero EEUU fue testigo de una nueva masacre escolar en la que murieron 17 personas. Desde ese día los sobrevivientes y jóvenes de todo el país se han enfocado en pedir al gobierno más control de armas para garantizar la protección de sus vidas. Hoy protagonizan una histórica marcha en Washington, rindiendo homenaje a las víctimas de estos actos.