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    Inmigración

    ¿Cómo afecta a inmigrantes hispanos una posible recesión en EEUU?

    De la mano de un experto en inmigración y desarrollo repasamos cuáles fueron los escenarios que tuvieron que afrontar los hispanos en otros contextos de crisis, como los ocurridos en 2007 y durante la pandemia.
    Publicado 30 Jul 2022 – 11:06 AM EDT | Actualizado 30 Jul 2022 – 11:06 AM EDT
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    Si Estados Unidos entra definitivamente en una recesión económica, antes que sucumbir a un estado de alarma más vale revisar qué ha pasado con los inmigrantes hispanos en Estados Unidos en contextos como los que ocurrieron entre 2007 y 2010, cuando se presentó la gran depresión derivada de la crisis de las hipotecas subprime.

    Es más, para buscar referentes, ni siquiera hay que ir tan lejos. El confinamiento provocado por la pandemia dejó efectos que, según los expertos económicos, sobrepasaron las consecuencias de esta crisis económica anterior y que, en tanto, se convierte en un referente reciente y propicio para extraer lecciones que parecen más pertinentes que nunca.

    De la mano de profesor Rodolfo García Zamora, parte del equipo de investigadores del Doctorado en Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas, en México, y quien por 30 años ha colaborado con organizaciones de inmigrantes en Estados Unidos para trabajar en temas económicos revisitamos algunos escenarios que han ocurrido en crisis pasadas y que podrían repetirse, y los efectos que estos han tenido en la vida cotidiana de los inmigrantes hispanos.

    Empecemos por el contexto

    “La crisis energética, la crisis alimentaria y ambiental, sumada a una inflación desbordada del 9% en Estados Unidos, del 8.5% en México, más la incertidumbre de la guerra de Ucrania, son variables que hacen que efectivamente el panorama no sea nada alentador”, explica Rodolfo García quien cita las cifras aportadas por el Fondo Monetario Internacional en su reciente informe de perspectivas de crecimiento en donde sentenció que veía “un panorama más sombrío e incierto para el mundo”.

    “Mientras el año pasado el mundo creció al 6.5%, este año crecerá tan solo un 3.2 %. El próximo año el crecimiento será de 2.9%. Por su parte, el crecimiento en Estados Unidos está presupuestado para ser este año del 2.3%, cayendo a 1.6% para el año que viene. En México, la situación será similar presentando un crecimiento de 2.4 % este 2022 y de tan solo un 1.2% para el 2023”.

    A este escenario se le suma una coyuntura política que puede hacer más compleja la forma en la que Estados Unidos sopese la crisis que enfrenta.

    Si bien durante la pandemia demócratas y republicanos se unieron para aprobar un sistema de ayudas a todos los sectores que representaron una inversión de 12.2 billones de dólares y mitigó los efectos devastadores del encierro, esa confluencia política parece menos factible ante la cercanía de las contiendas electorales para la Cámara de Representantes que tendrá lugar en noviembre de este año y que servirá de antesala para las propias contiendas presidenciales.

    “Si la recesión es un hecho, casi que habría que armar un 'Plan Marshall' para el propio Estados Unidos con el acuerdo de los dos partidos. Eso es lo que nos dice la experiencia, pero no creo que vaya a haber tal acuerdo, por las implicaciones que tiene esto para las presidenciales”, explica el experto.

    Parándonos en el peor de los escenarios, ¿qué va a pasar con el empleo de inmigrantes hispanos?

    En la crisis de la gran recesión que tuvo lugar entre 2007 y 2010, por poner un ejemplo, el desempleo de trabajadores mexicanos en Estados Unidos alcanzó el 13.3%. Por su parte, en medio de los duros embates económicos que generó la crisis del covid, en abril de 2020, el desempleo de los mexicanos llegó al 17.1%.

    “Ambas cifras fueron muy importantes y representaron brincos bruscos porque el desempleo en esta población suele ser de un 5% a un 6%. Pero además es muy importante anotar que fue mayor el impacto de la pandemia que el de la crisis financiera, una vez que se llegó a tener 1.2 millones de mexicanos desempleados en Estados Unidos, fundamentalmente derivados del despido en sectores como los servicios, hoteles, industria alimentaria, construcción y pequeño comercio”, asegura el profesor García.

    Sin embargo, aunque estos indicadores de desempleo aumentaron la precariedad en la vida de los inmigrantes mexicanos, que suelen estar en la base de la cadena laboral, hubo sectores que mostraron una gran recuperación y hasta un crecimiento en cuanto se empezaron a destinar las ayudas y que podrían no verse afectados tan drásticamente ante una potencial crisis.

    “Si hay un crecimiento bajo que no llegue a ser recesión, puede haber pérdida de empleo y más vulnerabilidad, pero quizás sectores donde precipitadamente pensaríamos que va a crecer el desempleo, no van a mostrar esta tendencia como puede ocurrir con el sector de la agricultura o el sector del cuidado tanto a nivel sanitario, como de la tercera edad y menores, que son considerados sectores esenciales y que mostraron recuperaciones extraordinarias durante y después de la pandemia”, añade García.

    ¿Va a haber un retorno masivo de mexicanos que viven y trabajan en EEUU a sus tierras de origen?

    En principio, con la gran recesión de 2007 hubo un desplome de la entrada de mexicanos a Estados Unidos.

    Del 2000 al 2006, medio millón de mexicanos emigraron a este país. Sin embargo, en 2007 las cifras de inmigración se redujeron a 120,000 inmigrantes en promedio al año, y desde entonces esa cifra se mantiene rozando a veces hasta los 150,000.

    “A la vez que la migración disminuyó, el retorno de mexicanos a su país llegó a ser de 300,000 al año, en los tiempos más duros de las crisis, que se extendió hasta 2010. Sin embargo, este es un sistema de migración dinámico y, con papeles o sin papeles, los migrante vuelven a regresar a Estados Unidos para trabajar, a veces, con enorme costes sociales y familiares”, explica el profesor Rodolfo García quien asegura que las alarmas de un posible retorno masivo también se empezaron a oír tras la crisis del covid.

    “Se encendieron las alarmas, ¡va a haber una situación masiva de regreso a sus países! se pensó, pero eso no ocurrió. ¿La razón? las poblaciones latinas en EEUU conocen las situaciones de sus países de origen y hacen el esfuerzo máximo por permanecer ahí mientras esto sea posible”.

    ¿La crisis financiera trae necesariamente una caída en las remesas?

    El flujo de remesas ha variado constantemente en el tiempo. De 1990 a 2006 se registró una tendencia ascendente constante. Esto, sin embargo, cambió a partir de 2006 y se acentuó con la gran depresión entre 2007 y 2010 que marcó la caída de las remesas sostenidamente hasta el año 2014.

    A partir de este año, sin embargo, a pesar de que la migración era menor que en otros años, se empieza a ver una recuperación en los envíos que se hacen a familias en los lugares de origen. Además de este aumento en 2014, el año 2020 mostró algo inesperado que ni los expertos pudieron prever.

    “En pleno año de la pandemia, cuando el FMI hizo la predicción de que las remesas en el mundo iban a caer entre un 20% y 30%, las remesas en México llegaron a un récord histórico de 40,000 billones de dólares. En el 2021, llegaron a otro nivel histórico de 51,000 billones de dólares. Entonces empezó un gran debate entre los académicos y expertos que no entendían por qué si hubo una crisis y un desempleo tan fuertes, los montos de los envíos habían crecido. La respuesta se puede encontrar en dos variables. La primera, que este es un sistema migratorio maduro, de más de 100 años, ubicado en varios sectores laborales, en donde no todos los sectores se deprimieron por igual durante la pandemia. La segunda, el factor de la solidaridad se hizo más evidente que nunca. A pesar de que los inmigrantes tenían menos trabajo sentían la necesidad de hacer un mayor envío de remesas a sus casas”.

    ¿En dónde afecta de forma directa a una familia regular de inmigrantes en EEUU la posible recesión?


    Las dos variables que más se ven afectadas, como lo hemos mencionado, son el empleo y el ingreso.

    "Esto hace que los que conservan su trabajo intenten trabajar horas extras, los que están en los mercados laborales más precarios tienen que aceptar trabajos más vulnerables y más deprimidos, con menos salarios, y hay familias, en donde no todos tienen papeles, ni están metidos en mercados laborales esenciales y tienen que tomar la decisión, aunque siempre es el último recurso, de regresar a sus tierras de origen. Aunque esto es lo que menos quieren los inmigrantes, entre 2008 y 2018 regresaron 800,000 mexicanos a su tierra”, analiza el profesor.

    Sin embargo, las familias de inmigrantes, sobre todo, los que tienen varios de sus componentes que no han regularizado su situación migratoria, siempre suelen tener un dinero destinado para los posibles imprevistos.

    “Ellos están viviendo en una situación de crisis constante, siempre están moviéndose con mucho cuidado, por eso guardan una parte de sus ahorros por si se necesita pagar un proceso de regularización, o ir al médico y en las familias tradicionales latinas en donde el padre y la madre aún tienen un papel tan importante se busca tener un ahorro para estas situaciones. Esto se expresa en cómo, por ejemplo, cuando la economía crece estas familias siempre pueden financiar a coyotes para que lleven nuevos familiares a Estados Unidos. Las familias de inmigrantes son precavidas y están quizás más preparadas que muchos para sobrellevar las crisis”.

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