"Sobreviví a la prueba de tolerancia a la glucosa en el embarazo": cómo prepararte y por qué no relegarla
Cuando me llamaron del consultorio del obstetra para darme las indicaciones de la prueba de tolerancia de glucosa, toda clase de dudas me vinieron a la mente. ¿Debía comer más sano durante los días anteriores? ¿Por qué en mi país (Venezuela) jamás me hicieron este examen con mis primeros dos embarazos? ¿Qué pasaría si el resultado era positivo?
Las estadísticas no estaban a mi favor. Las hispanas somos más propensas a sufrir de diabetes gestacional y yo además tenía un familiar directo con diabetes tipo 2. Esos dos factores hicieron que entrara en el grupo de mujeres que, en Estados Unidos, deben someterse a este despistaje durante el primer trimestre del embarazo, algo que lo hace más incómodo si se sufre de náuseas.
Pero tomando en cuenta que en muchos casos la diabetes gestacional se presenta sin síntomas para la mamá (es decir que puede pasar desapercibida), y que puede tener consecuencias en el desarrollo del bebé como exceso de crecimiento e hipoglicemia entre otros, se entiende la importancia de pasar por este ‘sacrificio’, del que no se salvan ni actrices famosas como Amy Schumer, quien hace poco compartió con sus seguidores el momento de esta prueba.
La prueba de tolerancia a la glucosa tradicional requiere estar en ayunas por al menos 12 horas para sacarse la sangre, inmediatamente tomar una solución glucosada y luego esperar tres horas para volver extraerse la sangre dos veces más (en intervalos de una hora). De este modo, se evalúa cómo reacciona tu cuerpo a la glucosa.
¿Por qué es necesaria esta prueba y no simplemente un examen de sangre que mida los niveles de glucemia en sangre o la prueba de A1C? Yesenia González Blancas, obstetra de UT Physicians de Memorial City, lo explica a Univision Noticias. “Si hiciéramos únicamente la prueba de tolerancia de glucosa en sangre a quienes tienen factores de riesgo no atinaríamos a diagnosticar a aproximadamente a la mitad de mujeres con diabetes gestacional. En Estados Unidos actualmente 90% de las mujeres tienen factores de riesgo de padecer diabetes gestacional”.
De 4 millones de mujeres que dan a luz en el país cada año, unas 240,000 desarrollan diabetes gestacional. Por eso, la U.S Preventive Services Task Force recomienda que todas las embarazadas sean evaluadas para descartar diabetes gestacional a partir de la semana 24 de embarazo.
Si, como yo, tienes factores de riesgo (parientes con diabetes, obesidad o antecedentes de hipertensión), tendrás que hacerte la prueba en el primer trimestre y luego repetirla entre las semanas 24 y 28 nuevamente.
Tres horas, una eternidad
Inicialmente a las embarazadas se les pide la prueba de tolerancia a la glucosa de una hora ( Glucose Challenge Screening, en inglés) que es más llevadera y sencilla que la de tres horas. No necesariamente se requiere estar en ayunas (aunque algunos consultorios médicos como el mío lo recomiendan) y el paciente no tiene que seguir una dieta específica antes.
Si tus resultados del Glucose Challenge Screening salen alterados (es decir son mayores a 140 mg/dl) no te alarmes. Tal y como explica la Asociación Estadounidense de Obstetricia en su página web, no todas las mujeres que no pasan esta prueba llegan a ser diagnosticadas con diabetes gestacional.
Si los resultados no son conclusivos se solicita la prueba de tolerancia de tres horas, que sí dará un diagnóstico definitivo.
Ese fue mi caso: aunque no ‘pasé’ el Glucose Challenge Screening, mis resultados de la prueba de tolerancia de glucosa de tres horas sí estuvieron dentro de los parámetros normales y se descartó la diabetes gestacional.
Para la prueba de tolerancia a la glucosa de 3 horas debes asegurarte de comer al menos 150 miligramos de carbohidratos (el equivalente a una o dos rebanadas de pan) al día durante los 3 días previos al examen. Si ya lo haces, sigue tu dieta normal y no hagas ningún cambio radical.
También deberás ayunar al menos 12 horas antes (sin comer, ni beber nada). Por eso, intenta agendarla a primera hora de la mañana. Si sufres muchas naúseas tu médico puede recetar una pastilla para evitar que no vomites durante la prueba porque –de hacerlo– tocará repetirla.
Lo mejor es que alguien te acompañe ese día, porque tus niveles de energía estarán muy bajos y existe la posibilidad de que desmayes (en total, estamos hablando de unas 17 horas en ayunas). Asegúrate de llevarte algo entretenido (un podcast, un libro) para aguantar las tres horas en el consultorio médico.
¿Sabe terriblemente mal la solución glucosada? La respuesta es completamente subjetiva. Dependerá de cada quien, pero es importante saber que la ciencia ha ayudado a que sea mucho menos desagradable que en el pasado. Imagina un refresco de naranja, pero mucho más dulce. El tamaño de la botella es manejable: 8 onzas.
Algunos consultorios médicos te permiten escoger entre dos sabores. Tienes que beberla toda en menos de cinco minutos, lo que puede ser un reto para algunas mamás. Una pajilla (pitillo, straw) puede ayudar a acelerar el proceso.
¿Qué pasa si los resultados finales no son favorables y te diagnostican diabetes gestacional? No te inquietes. Es posible que esto sea transitorio y desaparezca después del embarazo y tu médico te dará recomendaciones para asegurarse de que tú y tu bebé se mantengan sanos.
“El paciente debe comenzar a monitorear su glucosa en sangre después de cada comida y lo enviamos a un nutricionista para que haga ajustes en su dieta. Si los niveles no se mantienen controlados con esto, podemos recomendar medicamentos como insulina”, explica González.