130 años de cárcel: el duro castigo para el coyote que secuestró y torturó a migrantes
Cuando los coyotes les pidieron que entraran a la cajuela de su auto en la frontera de México, dos migrantes pensaron que saldrían al cruzar a California. En realidad, era el inicio de un traumático secuestro en el que hubo actos de tortura como parte de las negociaciones para cobrar sus rescates.
Uno de esos crueles traficantes de personas, Pedro Omar Cruz Tejeda, fue sentenciado el miércoles en un tribunal de Baja California a 130 años de cárcel, tras ser declarado culpable del delito de secuestro agravado. Es un castigo ejemplar para una actividad criminal que es recurrente en la frontera.
Los investigadores señalan que Cruz Tejeda y un cómplice aron a las víctimas en 2017 y les prometieron pasarlos hacia Estados Unidos por una zona en la ciudad fronteriza de Mexicali.
Al llegar a ese municipio los llevaron al estacionamiento de un casino ubicado cerca del área del Centro Cívico, donde un tercer implicado les aseguró que en ese momento los llevarían a California.
Las víctimas aceptaron ocultarse en el maletero de un vehículo Honda de color guinda, confiando en que saldrían una vez que llegaran a su destino. Pero los trasladaron a un domicilio en calle Segunda del ejido Jalisco, donde los bajaron uno a uno y, ya dentro de la casa, “los sometieron de forma violenta”.
En ese momento, ya sabían que se trataba de un rapto. Para obligarlos a proporcionar los nombres de algún familiar que respondiera por ellos, los coyotes “los amenazaron con hacerles daño, los desnudaron, les quitaron sus pertenencias, (los) inmovilizaron, les taparon y vendaron los ojos, además los amarraron de pies y manos”, describe un comunicado de la Fiscalía de Baja California.
“(…) las víctimas fueron golpeadas de manera constante, además de obligados a realizar diversas llamadas con sus familiares, en donde les decían que ya habían cruzado a Estados Unidos”, agrega.
A total merced de sus captores, los migrantes les pidieron a sus seres queridos que pagaran para que los liberaran, pero haciéndoles creer que el cruce ilegal se había cumplido.
El infierno terminó el 2 de septiembre de 2017. Los coyotes dormían plácidamente, cuando las víctimas se desamarraron sigilosamente, golpearon a sus captores y quebraron una ventana para escapar de la vivienda. En cuanto lograron salir de la guarida pidieron ayuda a la policía, que arrestó a Cruz Tejeda.
Los secuestros de migrantes en la frontera
Los secuestros de migrantes son comunes a lo largo de la frontera. En julio de 2022, doce mexicanos que trataban de cruzar a EEUU fueron rescatados por policías de Tijuana. Tres coyotes los sometieron con dos rifles de asalto. Las agentes se enteraron de lo sucedido, porque los atacaron a balazos mientras recorrían la colonia Rincón de Oro. Estos repelieron el fuego y arrestaron a los criminales.
Un mes antes, las fuerzas de seguridad en Mexicali desarticularon una célula del crimen organizado que raptó a cinco migrantes. Durante un patrullaje por el fraccionamiento Valle de Puebla, un hombre pidió auxilio desde un edificio. Las víctimas, originarias de Oaxaca, Guanajuato y Morelos, dijeron que habían permanecido en cautiverio por tres días. Los tenían amarrados con cinchos de plástico. Su periplo inició en el hotel Prince, donde esperaban para que los llevaran a EEUU. Esa vez no hubo detenidos.
Otra banda criminal de Tijuana secuestró a 17 inmigrantes hace unos años, engañándolos con la promesa de que los llevarían al norte. Aunque sus seres queridos pagaron más de 100,000 dólares para que los liberaran, los delincuentes los atacaron físicamente y agredieron sexualmente a dos mujeres. Algunas familias fueron obligadas a pagar hasta $16,000. El Departamento de Justicia interpuso cargos contra algunos del grupo porque extorsionaron a personas en este país.
Univision Noticias narró en marzo pasado el trágico desenlace de tres hombres y dos mujeres, que fueron asesinados por un grupo delictivo que los tuvo en cautiverio en Ciudad Juárez, Chihuahua. Los engañaron para que grabaran videos en los que decían que ya estaban en Texas. Luego los mataron con saña y arrojaron sus cuerpos en una colonia de la periferia. Esas grabaciones fueron enviadas a sus seres queridos para cobrar el falso cruce fronterizo. Los cadáveres tenían signos de tortura y estuvieron varios días sin ser identificados en la morgue municipal. El caso sigue impune.
