Aborto, derechos LGBT, inmigración: las repercusiones del retiro de Anthony Kennedy de la Corte Suprema
Aunque obtuvo su nominación en 1988, pasaron varios años para que Anthony Kennedy se consolidara como el magistrado más poderoso de la Corte Suprema de Justicia de EEUU.
No porque Kennedy fuera el presidente del cuerpo, sino porque era el 'voto péndulo' que durante muchos años determinó las decisiones de la corte en temas álgidos que enfrentan a conservadores y liberales estadounidenses.
La posición de Kennedy, quien anunció su retiro este miércoles en una breve carta dirigida al presidente Donald Trump, era crucial para favorecer la posición de cualquiera de los dos bandos. En 2015 fue alabado como un “héroe” de la causa LGBT luego de que su voto al lado del bando de jueces liberales fuera el decisivo para permitir el matrimonio igualitario.
Cinco años antes, los más conservadores lo alababan por su decisión en el caso de Citizens United, que permitió a las corporaciones entrar en el financiamiento de campañas electorales.
Sin Kennedy, esa oscilación quedará vacante, porque lo más probable es que Trump postule a consideración del Senado un candidato de sólidas credenciales conservadoras, como aspiran muchos republicanos y sobre todo, la activa base religiosa que apoya al presidente.
Desde que en 1991 Clarence Thomas se incorporó al máximo tribunal, ningún presidente había tenido la oportunidad de alterar el balance ideológico de la Corte como lo tiene Trump, quien en su segundo año de gobierno se dispone a postular a un segundo magistrado y, considerando las edades y condiciones de salud de algunos de los jueces liberales que están activos, es posible que vuelva a tener la ocasión dentro de relativamente poco.
Cuando Neil Gorsuch ingresó a la Corte Suprema no alteraba ese equilibrio. Venía a sustituir al fallecido Antonin Scalia, uno de los más respetados baluartes del conservadurismo en el sistema judicial.
Precisamente por ese miedo al desequilibrio fue que en 2016 la mayoría republicana en el Senado se negó a considerar la postulación de Merrick Garland, el candidato del presidente Barack Obama. Entonces hablaron de la “inconveniencia” de elegir a un magistrado que iba a ejercer el cargo de por vida en un año electoral. (Eso a pesar de que por aquellos días nadie presagiaba el triunfo de Trump).
Ahora los demócratas no podrán hacer nada para evitar que el nominado de Trump, no importa cuán radical pueda parecer a algunos, puesto que los cambios de las reglas que decidieron los republicanos justo para desbloquear la votación de Gorsuch, les impiden ejercer el 'filibuster'. Solo les queda esperar a que el postulado no alcance los 60 votos en el pleno del Senado, pero es muy poco probable que algo así pase.
Miedo liberal
La salida de Kennedy puede significar un revés para causas liberales que, pese a haber sido sancionadas repetidas veces por la corte -como el aborto o leyes de acción afirmativa- siguen estando en la mira de grupos de derecha.
El tema por ahora está zanjado con la decisión de ‘Roe vs Wade’ de 1973 que determinó que las mujeres pueden terminar con sus embarazos en el momento en que lo decidan amparadas en el derecho a la privacidad que les otorga la Constitución y deja a los estados las regulaciones.
Posteriormente, en diferentes decisiones tomadas desde entonces, la Corte ha salvaguardado ese derecho al momento de analizar los desafíos de leyes estatales que intentan limitar el aborto. Con el voto de Kennedy ha ido siempre a la mayoría que preserva el derecho a terminar los embarazos.
Si eventualmente, una ley estatal fuera desafiada en cortes, sería la oportunidad de una nueva mayoría conservadora de magistrados de derogar su decisión anterior y establecer nuevos límites al derecho al aborto.
Incluso lo que se considera el máximo legado de Kennedy, su defensa de los derechos de la comunidad LGBT, podría verse bajo asedio de los conservadores, una vez que el magistrado se retire de sus funciones.
Los analistas advierten que algunos actuales de la corte son proclives a reducir el alcance de la decisión de 2015 en Obergefell vs. Hodges que permitió el matrimonio igualitario a nivel federal, de la que Kennedy escribió la decisión adoptada por la mayoría.
“Como algunos de los solicitantes en estos casos demuestran, el matrimonio representa un amor que puede durar más allá de la muerte. Sería malinterpretar a esos hombres y mujeres decir que irrespetan la idea del matrimonio”, escribió Roberts en su ponencia.
Esa decisión tuvo la inusual disidencia por escrito de los cuatro magistrados que quedaron en la minoría. Antonin Scalia, Clarence Thomas, Samuel Alito y el presidente de la corte, John Roberts.
En un sistema legal como el estadounidense, que se guía por la jurisprudencia, nada está garantizado. Y con una Corte Suprema de Justicia que puede estar a punto de inclinarse más hacia la derecha, es posible que tampoco lo estén muchos de lo que los liberales consideran los logros del último medio siglo.