Río 2016: ¿los Juegos Olímpicos de la calamidad?
Las autoridades están intentando desesperadamente contratar a otros 600 trabajadores para terminar a tiempo las construcciones para los juegos, los cuales comenzarán en los próximos días de esta semana. Hay dificultades para terminar todo a tiempo, desde las instalaciones y los hoteles hasta los proyectos de vivienda.
Pero al menos una deportista ha pedido que todos acepten estos contratiempos con calma. Megan Kalmoe, una atleta estadounidense que ha participado dos veces en las Olimpiadas, dice que los que critican deberían "dejar de intentar arruinarnos los Juegos Olímpicos". Se referió a las horribles condiciones de los canales navegables de Río, los cuales las autoridades brasileñas no pudieron limpiar antes del comienzo de los juegos, y cómo los fracasos de Río no deben eclipsar los triunfos de los atletas.
"Soy capaz de remar sobre la mierda por ti, Estados Unidos", escribió Kalmoe.
Sin embargo, la mierda no acaba en la orilla. Los Juegos Olímpicos de 2016 prometen sacar a flote más ira que cualquier otro juego en la historia. Decenas de miles de manifestantes ya han salido a las calles de Río de Janeiro y Sao Paulo antes de la ceremonia de apertura que tendrá lugar el 4 de agosto. El mandato de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, podría concluir antes de que terminen los JJ.OO.; su destitución mediante un juicio político servirá como narrativa de fondo para un evento que se transmitirá a miles de millones de pantallas de televisión.
Y ya ni hablemos de la espantosa posibilidad de un brote de Zika durante los juegos, lo cual es una preocupación legítima, a pesar de las garantías oficiales. En mayo, la revista académica Harvard Public Health Review lo describió en términos muy claros: "Los Juegos Olímpicos de 2016 deben posponerse, cambiarse de lugar, o incluso ambos, como una medida de precaución".
Celebrar unos Juegos Olímpicos competentes se ve muy difícil para este 2016. Pero quizás ése sea el menor de los problemas que enfrenta Río de Janeiro.
Será difícil ignorar las protestas
El miércoles sucedió lo que podría llegar a convertirse en uno de los símbolos perdurables de los Juegos de 2016, cuando los manifestantes se enfrentaron con la policía en Angra dos Reis, un paraíso costero al oeste de Río, durante el paso de la antorcha olímpica. Se ha reportado que durante la trifulca la antorcha se apagó, y el portador de la antorcha tuvo que ser trasladado a un lugar seguro. Los Juegos aún no han comenzado y el fuego olímpico ya se ha apagado. ¿Acaso no es eso impresionante?
Las manifestaciones en Brasil se enfocan en los Juegos Olímpicos como un medio para desahogar una amplia gama de agobiantes frustraciones causadas por el desorden político y el colapso económico del país. Los manifestantes que atacaron el paso de la antorcha olímpica, por ejemplo, eran maestros frustrados a quienes el gobierno no les había pagado. Y no estaban solos.
"Les damos la bienvenida a todos ustedes y les deseamos una agradable estancia en nuestro país," dijo Casé Carvalho, un burócrata de Río, en un discurso a los medios de comunicación durante la protesta. "¡Disfruten los Juegos Olímpicos, porque estamos pagando un alto precio por eso!"
Los errores del gobierno que han afectado políticamente a Brasil son importantes para determinar qué puede fallar en Río 2016. Brasil está sufriendo una recesión, una crisis provocada por la corrupción generalizada, y un dilema estructural-constitucional que se ha ganado el nombre de "presidencialismo de coalición". Los Juegos Olímpicos parecen ser un medio perfecto para que los problemas en Brasil exploten.
Está en juego mucho más que el futuro político de Brasil
Los efectos de la catástrofe nacional brasileña no concluirán cuando se clausuren los juegos el 21 de agosto. Y no está claro si este megaevento deportivo sobrevivirá a Río, o si al menos lo hará de la misma manera.
Los espectadores podrían llegar a relacionar los problemas con los Juegos, y no sólo con Brasil. Celebrar los JJ.OO. es el equivalente a celebrar loas JJ.OO. de la gobernanza, lo cual requiere esfuerzos globales de planificación y gastos tan enormes que las ciudades anfitrionas rara vez tienen algún retorno de inversión. Río podría demostrar que celebrar los Juegos Olímpicos no es solo una mala apuesta para una ciudad, como un juego de azar con malas ganancias; un megaesfuerzo de magnitud olímpica puede exponer o profundizar las grietas políticas o abrirle paso a la corrupción.
¿Acaso todo está mal en Río? Se suponía que el transporte sería la promesa duradera de los Juegos de Río. El sitio Around the Rings reporta que el gobierno del estado de Río completó la expansión del metro en cinco estaciones por un valor de 3,000 millones de dólares sólo una semana antes de la inauguración de los juegos. Sin embargo, los trabajadores del metro de Río están preparándose para ir a huelga el 4 de agosto a menos que las autoridades de Río se comprometan a concederles un aumento de un 10% de sus salarios. Si cumplen sus amenazas, la nueva línea, que durante los juegos sólo estará disponible para los aficionados con boleto, los atletas participantes y el personal, podría no prestar servicio.
No parece haber ningún plan de contingencia para trasladar a los visitantes por la ciudad si los trabajadores del metro de Río finalmente van a huelga. Se espera que aproximadamente 300,000 pasajeros utilicen el metro cada día durante los juegos. Obligar a todos los visitantes a utilizar otro tipo de transporte, en calles donde ya se desarrollan grandes protestas, podría provocar una situación como nunca antes se ha visto en la historia de las Olimpiadas.
Es muy probable que la apertura total al público de la expansión del metro en septiembre desencadene una nueva ola de escándalos y recriminaciones. Queiroz Galvão y Odebrecht Infraestrutura, las dos firmas a cargo de la expansión, están implicadas en el enorme esquema de sobornos de Petrobras que tiene a la política brasileña a la deriva. Uno de los resultados de los megaeventos como las Olimpiadas es que estimulan el megacapital — tanto financiero como político— que se necesita para realizar los grandes proyectos de modernización de infraestructura. Pero otro escándalo político en Brasil debilitaría ese beneficio, así como la promesa de futuros gastos en infraestructura.
Una advertencia para las posibles ciudades anfitrionas
Ciertamente la demora en la construcción de tantos proyectos pone en duda la capacidad de las autoridades para cumplir la promesa de convertir la llamada "arquitectura nómada" de Río de Janeiro en activos útiles una vez que hayan concluido los JJ.OO. Por ejemplo, la instalación de balonmano y goalball paralímpico está destinada a convertirse en una escuela después de los Juegos, pero aún no está claro en el contexto actual cómo las autoridades lo lograrán de forma rápida o competente.
Las deficiencias preventivas parecen ya haber afectado los Juegos de Tokio 2020. En junio, el gobernador de Tokio, Yoichi Masuzoe, quien fue ampliamente aclamado como un fuerte anfitrión para los juegos, renunció por un escándalo relacionado con la malversación de fondos políticos. Su antecesor renunció por un escándalo similar relacionado con el financiamiento. La caída en desgracia de Masuzoe es la última de una serie de acusaciones de corrupción en los juegos de Tokio. Su sucesora, Yuriko Koike, tendrá que invertir mucha fuerza en deshacer el daño político y económico que los juegos ya le han causado esa ciudad.
Tanto los Juegos de Río como los de Tokio ahora son objeto de investigaciones de corrupción, cuyos resultados podrían en última instancia socavar la integridad de los mayores megaeventos del mundo. Parece que algunas ciudades occidentales ya han llegado a la conclusión de que ya no les interesa ser sedes de los juegos, aunque las autocracias están haciendo fila para obtener la sede de estos eventos. Incluso en las mejores circunstancias, meterse en el excremento parece ser el precio que pagan actualmente las ciudades modernas para ser sedes de los Juegos Olímpicos. Quizás estamos a punto de ver lo peor que pueden provocar tales circunstancias. ¿Quién va a querer ser sede de los Juegos después de todo esto?
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.