Estos murales quieren hacer de Villahermosa una ciudad más segura y con orgullo

Cuando la chef Lupita Vidal decidió abrir su restaurante en la zona de Las Gaviotas, la gente la reprochaba. Estaba instalando su cevichería en un barrio que no tenía la mejor reputación, en la ciudad de Villahermosa, en Tabasco, México. “Conforme fue pasando el tiempo empecé a ver cómo la gente era clasista. No aceptaban el hecho de que estuviéramos en Gaviotas. Me decían ‘ tú eres muy buena, cocinas rico, pero por qué estás acá’”, recuerda Vidal, quien no pensó en ningún momento mudarse. Es más, hizo lo contrario.
Vidal comenzó a pintar y a hacer propia esta zona. Con artistas locales –el colectivo Brocha Gorda– pintó de vivos colores su restaurante y luego agrupó a treinta empresas para conseguir dinero y hacer un gran mural en uno de los edificios del barrio. “Queríamos mostrar que desde acá se pueden hacer cambios, que esta es una colonia buena”, recuerda.
Villahermosa, la capital del estado de Tabasco, ya está en una situación delicada respecto a su seguridad. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía, un 90.70% de sus habitantes creen que es inseguro vivir ahí, una de las peores cifras de todo México. A esto se suma que la ciudad fue afectada en 2007 por una de las peores inundaciones de la historia y el vecindario de Gaviotas fue uno de los más dañados.
Por todo esto, Vidal dice que no puede parar. Al primer mural, inspirado en el músico local Chico Che, está añadiendo más, como parte del proyecto Ciudad en Colores, para el cual está recaudando dinero a través del sitio Kickstarter. En el video a continuación explican su proyecto:
“Ya conseguimos lo necesario para cuatro murales, pero en total son 16”, explica Vidal. “ Cada mural es un tema distinto, que va a hablar de la cultura, la historia, el folklor”. Según los organizadores, las 120 familias que viven en estos edificios ya han cambiado su forma de pensar su barrio. “Algunos vecinos antes no decían que eran de Gaviotas. Pero ahora, en sus trabajos, ellos dicen que viven acá, en el edificio de Chico Che. Crea un efecto de orgullo y todo poco a poco empieza a cambiar”.
Para los creadores, en todo caso, no solo se trata de orgullo. Creen que el vecindario puede ser más seguro también, gracias a que los vecinos se apropian de él. “Nosotros hemos visto que en otros países los murales afectan positivamente en la seguridad. Esto ha sido así en las favelas en Brasil y en México”, dice la cocinera. “Hubo gente que dijo que el primer mural no iba a durar, pero un año después sigue ahí y muy cuidado. Entre la gente que vive en este edificio había mucho desánimo, pero esto ha generado un efecto domino de buena manera”.