El milagro de Medellín en los ojos de un gurú del ciclismo urbano

Decir que Medellín es un ejemplo exitoso de lo que la planificación urbana puede lograr es, en la actualidad, un cliché. Pero ver esto en los ojos de un ciclista urbano proveniente de una ciudad casi perfecta puede ser bastante entretenido.
Esto es lo que Mikael Colville-Andersen hace en el primer episodio de su nueva serie ‘ The Life-Sized City’, título que puede ser traducido como ‘La ciudad a escala para vivir’. CEO de la compañía Copenhagenize Design Co. y uno de los consultores en infraestructura ciclística más reputados en el mundo, este danés viaja desde Copenhague hasta la segunda ciudad de Colombia, para explicar cómo esta localidad pasó de ser la capital de la violencia a un símbolo de esperanza para América Latina.
Y Medellín en los ojos de Colville-Andersen no es el lugar común que aparece en series de televisión o una imagen idealizada de una conferencia sobre temas urbanos. Él muestra los proyectos municipales que han cambiado la vida de los paisas, como el metrocable o las escaleras mecánicas que han hecho más fácil el día a día de las comunidades pobres. Pero también muestra la muy viva dependencia del automóvil y las todavía imperfectas pistas para bicicletas. Esto, por supuesto, no es sin intención. En la primera temporada evita viajar a ciudades escandinavas y prefiere localidades con mucho por mejorar, pero también con lecciones, conflictos y, sobre todo, futuro.
CityLab conversó con Colville-Andersen por e-mail sobre la serie -que se estrena el 10 de septiembre en Canadá y pronto en otros países- y, por supuesto, sobre Medellín.
Filmaste episodios sobre Medellín, Toronto, París, Bangkok, Tokio y Tel Aviv. ¿Por qué elegiste estas ciudades en particular?
Queríamos presentar ciudades con una variada tipología. Si filmábamos en ciudades que tuvieran ya el criterio de una ciudad ‘de escala vibible’, pasaríamos años dando vueltas por Escandinavia y quizás los Países Bajos. Eso no es televisión muy atractiva. En la primera temporada, Tokio es la ciudad quizás más de este estilo, pero tuvimos un método de selección que trató de extenderse tanto conceptualmente como globalmente. Una ciudad famosa, París; una ciudad caótica, Bangkok; una ciudad norteamericana, Toronto; una ciudad sorpresiva, Medellín; una ciudad dividida, Tel Aviv. Estas no son tipologías grabadas en oro, pero nos ayudan a presentar una lista de ciudades que ofrecen a la audiencia un poco de todo.
El punto es que el deseo de tener una ciudad de escala para la vida diaria es universal entre ciudadanos urbanos en todas partes. Existe en los lugares más interesantes e inusuales. Queremos que nuestras ciudades mejoren y los ciudadanos están actuando para esto. Tanto la población está inspirando a los políticos como los políticos a los ciudadanos.
¿Qué te llamó la atención de Medellín?
A través de mi trabajo, conocía la narrativa del desarrollo de la ciudad a través de la última década. Conocía sus proyectos locos y visionarios. Lo que me llamó más la atención fue verlos, darme cuenta que eran reales, operativos y exitosos. Siempre se habla mucho de este tipo de ciudades, así que ir más allá y ver la realidad es importante y, te digo, Medellín es de verdad. De capital de los homicidios gracias al legado de Pablo Escobar a la ciudad querida por los urbanistas. Todo real, todo de verdad, todo espectacular. Y la gente que lo ha logrado es tan inspiradora en tantos niveles.
¿Por qué crees que Medellín ha sido exitosa en deshacerse de este estereotipo de delincuencia y ser lo que es hoy?
Comparado con otras ciudades en la primera temporada, Medellín es única en que la transformación vino desde arriba. El exalcalde Sergio Fajardo y su equipo fueron fundamentales en empezar la carrera y sus ciudadanos, desde entonces, tomaron el testimonio y siguieron corriendo. Esto nunca fue sobre la arquitectura o el transporte público. Esto fue, desde el principio sobre el cambio social y el urbanismo social. Era sobre la dignidad de los ciudadanos. Las soluciones que se aplicaron fueron increíbles, pero fueron una respuesta a las necesidades de los ciudadanos y no simplemente una joya urbanística. Cuando diseñas algo por el reconocimiento, haces cosas bonitas y brillantes que ojalá sean funcionales. Cuando diseñas para el cambio social y la dignidad, haces cosas bellas, útiles que pueden mejorar las vidas y que durarán generaciones.
¿Cuáles fueron sus lugares favoritos en Medellín?
El epicentro del cambio urbano es el área alrededor del jardín botánico. Fue tierra de nadie por décadas y ahora es símbolo de la renovación.
La Comuna 8 no aparece en sitios de turismo y no puedes ir a ese lugar, ya que lo controlan las pandillas, pero visitar este increíble vecindario de hecho a escala humana, lleno de casas construidas por los propios residentes y estrechas calles, fue muy inspirador. Conocí a Héctor, un vecino que estaba cansado de ver a todos sus amigos morir en medio de la violencia y ahora enseña a los niños baile hip-hop para que vean que tienen otras opciones en sus vidas. Todo muy fuerte.
Granizal es otra área controlada por las pandillas y que ahora es un asentamiento informal arriba en las montañas, lejos del centro de la ciudad. Colombia tiene millones de migrantes internos, desplazados que se instalaron ahí ilegalmente y esta es una nueva extensión del paisaje urbano. No reconocida por el gobierno local, Granizal es una comunidad increíble, que insiste en vivir al borde de la ciudad.
¡Tienes que viajar en el teleférico! El sistema MetroCable es brillante y está conectado al metro, lo que es fantástico. Anda a un tour de graffiti en la Comuna 13 y mira las escaleras mecánicas pública que ayudan a los ciudadanos a bajar desde las montañas y conectarse al transporte público. Finalmente, está El Reguero, el mercado de las pulgas en el centro. Qué lugar salvaje.
¿Qué piensas sobre el urbanismo en las ciudades latinoamericanas? ¿Cómo ves sus desafíos? ¿Están logrando avanzar?
Tienes los ejemplos queridos por los urbanistas, como Curitiba, Bogotá y, hasta cierto punto, Río de Janeiro y Santiago de Chile. La reputación de Bogotá está bien establecida y ha habido otras ciudades con muchos proyectos interesantes en las últimas décadas. El sistema de buses expresos [los llamados BRT, como Transmilenio en Bogotá] es una de las principales cosas que viene a mi mente sobre la región y que ha sido una inspiración para muchas ciudades. Pero es un continente enorme y los pequeños pasos son la norma, en oposición a la completa transformación urbana de Medellín. A escala global, las ciudades latinoamericanas saben que necesitan cambio, pero sus políticas muchas veces las obligan a estancarse o tropezar.
Finalmente, usted se hizo un tatuaje de la grilla urbana de Medellín en su hombro derecho. ¿Puede contarnos un poco más sobre eso?
Yo ya había comenzado mi mapa urbano tatuado con París y Montreal. Antes de que comenzáramos a filmar, pensé que sería entretenido ir añadiendo pequeñas partes de las ciudades que visité. Si un segmento de la serie realmente me toca a nivel personal, haré esa parte de la ciudad parte de mi mapa. Tendrás que ver los otros episodios para ver los otros fragmentos urbanos que terminé añadiendo.