Los constantes atrasos del metro de Miami, en un simple gráfico interactivo

Durante la semana pasada, más de 1,500 trenes estaban programados para pasar por la estación Government Center, en el centro de Miami. Hasta el jueves en la tarde, solo 383 arribaron a tiempo. La gran mayoría -927, para ser exactos- se retrasó o se agolpó junto al tren anterior. Y los restantes 208 nunca llegaron.
Esta información la brinda Metrorail Audit, una nueva visualización de la siempre en aprietos línea de tren urbano del condado de Miami Dade. La iniciativa fue desarrollada por TransitAlliance, organización que aboga por experiencias más seguras y rápidas de los s. Pese a ser una representación gráfica de un sistema de transporte algo disfuncional, la visualización resulta elegante y peculiarmente hermosa: puntos parpadeantes y multicolores se despliegan sobre la pantalla en tiempo real, cada uno indicando la llegada de un tren (o la falta), de modo que el pueda revisar, diariamente, cómo funciona el sistema.
El verde significa que el tren estuvo a tiempo. El amarillo: de 2 a 5 minutos tarde. El anaranjado: de 5 a 10. El negro: más de 10 minutos tarde. Por su parte, otros trenes son señalizados con una medialuna, lo que quiere decir que se juntaron. Los círculos vacíos aluden a 'trenes fantasmas', es decir, el un servicio programado que nunca apareció.
Debajo del gráfico, los funcionamientos de los días previos describen la reveladora falta de puntualidad. “Este es un modo de promover que el gobierno local se haga responsable”, indicó Marta Viciedo, codirectora de TransitAlliance.
Como muchos otros sistemas de transporte público urbano en Estados Unidos, Metrorail, inaugurado en los 80 y que mueve actualmente a unos 70,000 s los días entre semana, ha venido confrontando un sostenido declive. La mayoría de sus coches, que van al norte hasta el Aeropuerto Internacional de Miami y Hialeah, y al sur, hasta Dadeland, son tan antiguos que al condado le ha costado un ojo de la cara conseguir piezas de repuesto, según el Miami Herald.
Debido a la escasez de trenes funcionales y a un presupuesto cada vez más reducido, debido a las tarifas más bajas y la disminución del impuesto sobre las ventas, el sistema de dos líneas ha sufrido intensamente los últimos años. En marzo de 2017, los comisionados del condado recortaron las horas de servicio y extendieron los tiempos de espera entre trenes de cinco a 7 minutos y medio.
Pero todo podría estar comenzando a cambiar. En noviembre pasado, el condado dio la bienvenida a un tren nuevo, el primero desde que Metrorail abriera sus puertas en 1984. Al mismo tiempo, otro fue puesto en servicio esta semana. Hay indicios de que más vienen en camino. Y, por otro lado, los recortes presupuestarios de marzo de 2017 fueron revertidos en septiembre.
Sin embargo, los viajeros de Miami no han palpado aún mejoras en el servicio. El reemplazo del resto de la flotilla se ha retrasado meses. Los comisionados del condado insisten en que necesitan más tiempo para poner más trenes en marcha, hacer más frecuentes los viajes y extender los horarios. “No estamos viendo ningún progreso real”, sostuvo Viciedo. “Adelantos de cinco minutos era lo que teníamos en el pasado, lo que estamos pagando y lo que nos habían prometido. Pero no se ha cumplido”.
Día tras día, la visualización de TransitAlliance documenta cómo una mayoría de los trenes arriba después del plazo fijado de cinco minutos. Además de validar las frustraciones de los hastiados s, Viciedo y el también codirector Azhar Chougle esperan que el proyecto contribuya a informar a los comisionados del condado (planificadores de facto del transporte público en Miami Dade) para la toma de decisiones cruciales de financiamiento. “De acuerdo a lo que ellos creen, el Metrorail parece estar funcionando perfectamente”, ironizó Chougle.
Conforme los sistemas de autobús y trenes van decayendo en distintas partes de EEUU, para desdicha de s que terminan varados en las estaciones o llegando con retraso, periódicos, activistas y agencias de transporte publican con frecuencia gráficos estáticos que solo ilustran el rendimiento de los servicios de metro y de autobuses a través del tiempo. Chougle, diseñador de formación, creó la visualización justo para señalar la esencia del problema y asestar así un golpe de autoridad a los tradicionales gráficos de barras, de modo que el mensaje del grupo calara lo más vívidamente posible. Está casi convencido de que la 'auditoría' que desarrollaron no existía antes.
“No puedo decir que estuviera inspirado por alguna cosa en particular”, reconoció, “a excepción de nuestra tragedia cotidiana con el sistema ferroviario”.
Este artículo fue originalmente publicado en inglés en CityLab.com