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CityLab Transporte

¿Está en crisis el romance de Estados Unidos con los autos?

La cifra récord de vehículos por persona se registró en 2006. Desde entonces, este índice ha ido decreciendo.
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17 Feb 2017 – 03:43 PM EST
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La mitad de los conductores revelaron que han recibido una ofensa o gesto mientras conducían. Crédito: Kichigin/iStock.

¡Cómo no echar de menos ese 2006! Todo era mucho más fácil. Justin Timberlake había logrado que su pegajoso tema, “SexyBack”, sonara frenéticamente en todos los iPods. La comedia de moda en EEUU era Big Momma’s House 2 y el documental Inconvenient Truth había convencido a más de uno de que el calentamiento global no era una patraña fabricada en China, como suele plantearse últimamente, sino un hecho científicamente demostrado. Y, para rematar, un extrañísimo escándalo político involucraba al entonces vicepresidente Dick Cheney, quien, armado de una escopeta de perdigones, disparó por accidente a un compañero mientras cazaban codornices.

Ese fue, por si no bastara, el año en que adquirí mi licencia de conducción, aún en el bachillerato: heredé el Subaru Legacy gris, fabricado en 1990, que era propiedad de mi familia, y oficialmente me convertí en uno de los 202 millones de choferes que vagaban por las carreteras de toda la nación.

Pero ese mismo año pudo haber marcado un punto de giro en el prolongado romance entre Estados Unidos y los automóviles: el país (en 2006) registró una media de 0.786 autos por persona y de 2.050 coches por hogar. En cuanto a la cantidad de millas recorridas, el pico se había alcanzado en 2004, cuando, como promedio, una persona viajaba en su vehículo 9,314 millas, mientras que a un hogar correspondían 24,349 millas. En otras palabras, Estados Unidos experimentaba un alza sin precedentes.

Tras 2006, comenzó el declive, tanto en lo que atañe a la cantidad de autos, como a las millas recorridas. Pero la última actualización de esta investigación, desarrollada por Michael Sivak, quien lidera el consorcio investigativo del Transporte Global Sostenible en la Universidad de Michigan –muestra indicios de recuperación. En 2015, la cantidad de vehículos subió un ligero 1.4% respecto del promedio de 2012. De hecho, el número de autos por persona pasó de 0.744 en 2012, a 0.756 en 2015; mientras, de 1.27 autos por hogar en 2013, se alcanzó una media de 1.95 en 2015. En lo que respecta a las millas recorridas, se verificó un incremento promedio de un 2.1%, yendo de 8,461 por persona y 21,866 por hogar en 2012, a 8,648 millas por persona y 22,311 por hogar.

Gráfico que relaciona la cantidad de vehículos promedio, tanto por persona como por hogar, durante los años entre 1984 y 2015. En verde, las cifras por hogar. En rojo, por persona (Michael Sivak/University of Michigan).

Tanto seguidores como detractores de la planificación centrada en el automóvil han venido debatiendo con fervor acerca de si el declive post-2006 vino a raíz de la recesión económica, o fue más bien un reflejo del hecho de que los jóvenes estadounidenses, movidos por su inocultable afán pro -Uber y su aversión a la posesión de autos, estaban de veras poniendo fin, quizás precozmente, a la era del automóvil.

Sivak indica que todavía tiene que desarrollar el análisis de las variables participantes y es prudente respecto a especular sobre si lo que estamos viendo ahora se trata o no de algo pasajero. “Me temo que necesitaremos disponer de los datos correspondientes a los próximos tres años”, escribe Sivak en un mensaje electrónico a CityLab, “para ver si los incrementos recientes representan el inicio de una tendencia a largo plazo”.

Lo que podría marcar la diferencia de lo que pase en esta situación, como casi en todas partes, es Donald Trump. La promesa de la actual istración de echar atrás regulaciones ambientales y de seguridad podría (a la larga) abaratar los nuevos automóviles y seducir a un puñado de Millennials para que se decanten por conducir (especialmente si el apoyo federal al transporte masivo desaparece). Por otro lado, la propuesta presidencial de un impuesto de un 20% sobre los bienes desde México generaría lo contrario. Ya se verá, dentro de tres años, de qué lado estaba la razón.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.

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