Cómo evitar que los ladrones se roben las bicicletas

Esta es una de tres historias que hemos publicado pensando en cómo hacer de tu vida en bicicleta más fácil y segura. Revisa nuestros otros artículos, en los que encontrarás consejos para pedalear más seguro en la ciudad y cuatro ejercicios prácticos que te pueden ayudar a evitar accidentes.
Caín Ramírez pasaba por San José hace un tiempo cuando se econtró con algo curioso: una bicicleta encadenada a lo alto de una alambrada, sugiriendo que el dueño le había puesto el candado en la acera, justo antes de que la línea de falla de California repentinamente la subiera hasta ponerla fuera de su alcance.
"Estaba suspendida cinco pies en el aire, como si [el dueño] se hubiera subido a una silla, le hubiera puesto el candado y se hubiera marchado", dice Ramírez, cofundador de Cowgirl Bike Courier, en San José. "Me quedé allí mirándola durante unos minutos. Pensé 'bueno, no es especialmente una gran bicicleta, pero definitivamente sí le pusieron mucho empeño. Me quito el sombrero ante eso'".
El robo de bicicletas sigue siendo un problema persistente en Estados Unidos, donde el FBI reconoce 210,905 casos en 2014. La cifra sin duda es baja debido a que muchas de las víctimas no informan sobre este tipo de delito.
El Área de la Bahía no es diferente a otras zonas urbanas importantes, en el sentido de que está asediada por ladrones de bicicletas, desguaces ilegales y a veces incluso 'almacenes' piratas que esconden cientos de bicicletas desguazadas. Las noticias locales han informado que desaparece una bicicleta cada tres horas en San Francisco. En San José, una reciente oleada de robos de bicicletas de impresionante ejecución ha dejado a algunos preguntándose si una banda de profesionales está asediando la ciudad. En el centro de San José ocurrieron más de siete robos en una sola semana este mes de mayo. "Los ladrones nunca dejan los candados", dice Caín, "así que no puedo saber si los congelan, los cortan con amoladora o los rompen con algún tipo de palanca".
Se podría invertir un montón de dinero en sistemas antirrobo y, a no ser que haya soldados con baterías de misiles defendiendo la bicicleta, un ladrón decidido aún podría robársela en relativamente poco tiempo. No hay nada que pueda hacer a una bicicleta completamente a prueba de robos. Sin embargo, hay cosas —a veces incluso pequeñas medidas baratas— que disminuyen las probabilidades de robo. Tres experimentados expertos en bicicletas del Área de la Bahía le ofrecieron a CityLab sus opiniones sobre cómo mejorar la seguridad de las bicicletas.
1. Elegir el mejor lugar para asegurar la bicicleta
El mejor lugar para guardar la bicicleta es en el interior de la casa. Eso significa algún l ugar inaccesible e invisible para los merodeadores y no, digamos, alguno de esos llamados 'garajes' a donde entran los ladrones siguiendo a alguna persona que abre una puerta. Basta con mirar la felicidad de este hombre al darse cuenta de que alguien había dejado su flamante bicicleta en el garaje:
Los balcones también pueden ser peligrosos. Si hablamos del balcón de un 13 er piso, probablemente esté segura, pero las terrazas cerca de la calle ofrecen frutos bajos para los ladrones. "No se requiere mucho —una escalera o alguien que puede escalar bien— para que suban hasta allí", dice Greg Archer, de Archer Bycicle, un taller de bicicletas en Oakland. "Y no les importa si la bicicleta se daña cuando lo roban. La tiran por el balcón y luego bajan a buscarla".
Cuando sale, Francisco Grajales, activista del ciclismo en Oakland, siempre intenta utilizar BikeLink, un servicio nacional que opera lockers de acero inoxidable cerca de los centros de tránsito y otros lugares favorables a los ciclistas. Este servicio es muy barato, pues sus lockers se alquilan a 5 centavos la hora y ofrecen una buena protección en forma de jaulas parecidas a las que usan los buzos contra los tiburones. "Estoy dispuesto a caminar media milla hasta mi destino desde el BikeLink sólo por la seguridad extra", dice Grajales.
La siguiente mejor opción para asegurar las bicicletas son los bicicleteros (o soportes de bicicletas). Estos son pesados y a menudo están en una zona vigilada. Otra opción son las señales de las calles, los postes y cosas similares. Siempre hay que darles a estos objetos un fuerte tirón hacia arriba para asegurarse de que están atornillados al suelo y nunca se debe asegurar una bicicleta a un poste que no tenga una señal en la parte superior, pues un ladrón puede simplemente levantar la bicicleta sobre el poste y llevársela (tampoco se debe bloquear la acera, para evitar que el ayuntamiento se lleve la bicicleta). Los árboles son otra opción para asegurar las bicicletas, aunque algunos podrían argumentar que eso daña la corteza. Y aunque una sierra para madera no es un elemento común en la caja de herramientas de la mayoría de los ladrones, no es inaudito que una bicicleta haya sido presa de un leñador delincuente.
Asimismo, se debe tratar la bicicleta como Cenicienta y no dejar nunca que pase la noche afuera. "Los ladrones aprovechan la oportunidad para salir a las 4 de la madrugada cuando no hay nadie alrededor y pueden tomarse su tiempo cortando cosas", dice Archer.
2. Elegir el mejor candado
No se deben utilizar los candados de cable, ya que la mayoría se puede cortar con tijeras de podar. Los candados en U (U-Lock) ofrecen una mejor protección, aunque no son impenetrables. "Las amoladoras angulares de baterías son tan buenas y baratas que son una opción muy viable para los ladrones", dice Grajales. "Se puede simplemente cortar con una amoladora un candado en U sólido en menos de un minuto". Por esa razón, algunos podrían optar por usar dos candados en U, uno que asegure la parte trasera, y otro la delantera. Los ladrones quieren entrar y salir tan rápidamente como sea posible y la tarea de cortar un candado adicional aumenta el riesgo de ser detenidos.
Cuando me robaron mi bicicleta en Oakland hace un par de años, alguien retorció el candado en U como si fuera un pretzel mojado. Un representante de Kryptonite me sugirió probar un candado en U más pequeño que no permitiera el uso de barretas. Jocosamente, estos mini candados en U con menos metal suelen ser más caros que los más grandes, pero hasta ahora no he tenido problemas con mi Evolution Mini-5 de Kryptonite. También hay un prototipo llamado Skunklock (candado mofeta) que, cuando resulta alterado, rocía unas sustancias químicas "tan repugnantes que inducen el vómito en la mayoría de los casos", según sus creadores. Por el bienestar de la comunidad, Grajales no recomienda el uso de éste.
"Si cerca de donde usted vive ve que hay una bicicleta simplemente acumulando polvo en una propiedad abandonada, puede reportarla y el ayuntamiento se la llevará y la donará a alguna organización sin fines de lucro", dice él. "Si los trabajadores municipales que están tratando de cumplir las órdenes del ayuntamiento resultan rociados con productos químicos repugnantes, pues ahí se produce una situación desagradable".
Cualquier candado que se elija —los candados de cadena de alta resistencia y los candados en U son los mejores— es importante asegurarse de que se sabe cómo ponerlo. "El candado es la primera línea de defensa, pero hay que usarlo de forma inteligente o no ayuda", dice Archer. "No sólo se debe asegurar el cuadro, porque cualquiera con una herramienta puede llevarse ambas ruedas en menos de un minuto".
"Lo que más disfruto es ver como la gente asegura solo la rueda delantera a los soportes", dice Ramírez. "Me enfurece, porque si sólo aseguras la rueda delantera y ni siquiera el cuadro, yo mismo sin herramientas me la podría llevar o desarmarla totalmente en unos 30 segundos".
Muchas personas confían en el método de Sheldon Brown, en el que se suele utilizar un pequeño candado en U para fijar la rueda trasera a un objeto fijo a través del triángulo trasero (se ilustra a continuación). Esta técnica puede parecer vulnerable a primera vista, pues alguien podría aserrar la rueda para llevarse la bicicleta. Pero, en realidad, eso casi nunca ocurre —el oficial encargado de la cuenta de Twitter relacionada con el robo de bicicletas del Departamento de Policía de San Francisco dice que él nunca había escuchado un informe sobre algo así—, probablemente porque es incómodo y daña la rueda trasera, una de las partes más valiosas de una bicicleta. Si se utiliza este método, hay que asegurarse de agregar un candado de cable alrededor de la rueda delantera o asegurarla con una varilla de bloqueo, lo cual explicaré a continuación.

3. Proteger las piezas
Si algo no está remachado a la bicicleta, es de esperarse que desaparezca, ya sea que se trate de una buena rueda o un faro de goma de 2 dólares. "Hace años fui en bicicleta al cine y luego salí y noté que mi cadena estaba rota. Pensé 'parece que todo está aquí'", dijo Ramírez. "Entonces intenté armar la cadena y me di cuenta de que alguien se había tomado el trabajo de robarse mi cambio trasero. Era un cambio como de 20 dólares y solo me quedé ahí de pie mirando y pensando 'bueno, no me puedo ir en la bicicleta hasta la casa, muchas gracias'".
La mayoría de las partes de una bicicleta pueden quitarse con un destornillador o una llave Allen, a menos que sean de liberación rápida y ésas pueden robarse sin hacer absolutamente ningún esfuerzo. Una buena forma de proteger las ruedas y el tubo del asiento es quitar las tuercas y los tornillos regulares y poner varillas de bloqueo. Estas son varillas con complicadas cabezas de tornillo que requieren una llave especial para zafarse. Las variedades que venden Pinhead y la alemana Pitlock cuestan 60 dólares y más, pero proporcionan cierta tranquilidad y obvian la necesidad de asegurar ciertas piezas, como la rueda delantera.
También se les pueden hacer cambios que no requieren mucha tecnología a los tornillos para aumentar su seguridad. Intente agregar rodamientos en las cabezas de sus tornillos Allen y cubrirlos con cera caliente. Otra opción es rellenar los orificios con adhesivo de silicona para que el ladrón tenga que rasparlo para desenroscar el tornillo. "De esta manera se ralentiza a los ladrones y se les hace más molesto el hecho de robarse las cosas", dice Archer. "De eso se trata la seguridad: tenemos que hacer que sea irritante robarse nuestras cosas, para que no se molesten en hacerlo".
Otra gente tapa los agujeros de los tornillos con pegamento instantáneo o soldadura, lo que aumenta la seguridad, pero también aumenta la factura cuando un mecánico de bicicletas tenga que quitar la mugre endurecida para un mantenimiento de rutina. Luego están los genios que recurren a la ciencia en busca de protección. "Algunas personas utilizan fuertes imanes de tierras raras en lugar de soldar cosas en los orificios de los tornillos", dice Grajales. "Se buscan imanes fuertes que quepan en esos pequeños orificios, y luego buscan un imán más fuerte aún para sacarlos".
Los sillines de bicicletas son a menudo una de las cosas más caras de la bicicleta (especialmente para quien adore los sillines Brooks) y también una de las que causa más molestia si se la roban, porque si no está, hay que regresar a casa luciendo como un tonto y, posiblemente, corriendo el riesgo de que el cuadro se encaje en la ingle. Grajales ha escuchado de personas que pegan sus sillines al cuadro, aunque él no lo recomienda porque la altura personal del asiento puede cambiar con el tiempo. Una varilla de bloqueo para el tubo es una opción mejor, al igual que un pedazo de cadena de bicicleta que asegure el sillín al cuadro.
"Todo lo que se necesitaría para quitar esa cadena es una herramienta, pero es un paso adicional", dice. "Y lamentablemente, odio decirlo, pero a veces se trata simplemente de hacer las [piezas] de la bicicleta más difíciles de robar que las otras que están cercanas".
Qué hacer si sí se la roban
Muchos departamentos de policía permiten registrar una bicicleta para facilitar su recuperación en caso de que sea robada. Archer también elogia el Registro de Bicicletas, un servicio que ha catalogado los números de serie remitidos por los propietarios y fotos de aproximadamente 116,000 bicicletas de todo el mundo. "Hasta ahora he recuperado dos con eso", dice. "Si más personas se registraran, cuando llegan las bicicletas a mi taller yo sabría si son de procedencia legal, podría devolvérselas a sus propietarios, lo cual sería genial".
Archer también es un fiel seguidor de un método que "requiere muy poca tecnología", "es muy barato de hacer", y que él "le dice a la gente todo el tiempo que lo haga, pero nadie lo hace". Es tomar un pedazo de papel grueso, escribir el nombre, correo electrónico y número de teléfono del dueño, y esconderlo en alguna parte de la bicicleta, como el manubrio, el tubo del sillín o el interior de un neumático. Sólo hay que asegurarse de que, si se esconde el mensaje en los neumáticos de la bicicleta, se cubra con cinta y se redondeen las esquinas para que no se lastime la cámara.
"Si uno [ve] la bicicleta rodando por la calle, o si la ve en un mercado de pulgas, se puede decir, '¡oye, ésa es mi bicicleta!'", agrega Archer. "O si aparece en un taller y el mecánico lo descubre cambiando un neumático y cae un pequeño pedazo de papel que dice 'Éste es mi nombre y mi número' se le puede preguntar a la persona, '¿Cuál es su nombre?'. Y si no coincide con el del mensaje, se puede llamar al dueño original. Y así se puede recuperar la bicicleta de alguien".
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.