¿Dónde está el verdadero ‘terrorismo doméstico’?

Conforme las agencias gubernamentales se enfocan cada vez más en el ‘terrorismo doméstico’, es importante tener en cuenta quién está siendo objeto de ataques y quién no. Reuters informó esta semana que el presidente Trump podría reorientar el programa federal ‘ Lucha contra el Extremismo Violento’, que despliega los recursos para la vigilancia de grupos como supremacistas blancos y milicias, hacia un programa que se centra exclusivamente en los actos de terror cometidos por musulmanes. La organización de derechos civiles Southern Poverty Law Center (SPLC) dice que esto sería una mala idea.

"En los últimos años, hemos visto una serie de ataques terroristas mortales de extremistas domésticos inspirados por ideologías de supremacía blanca o antigubernamentales, como la masacre en la iglesia de Charleston en 2015", escribió Heidi Beirich, directora del Intelligence Project del SPLC. "Pero ahora parece que el presidente Trump quiere que el gobierno detenga sus esfuerzos para prevenir el terrorismo de extrema derecha. Esto es peligroso e inaceptable".

La campaña para eliminar los terroristas domésticos no descansa sólo dentro del gobierno federal: hay una mezcolanza de estados y municipios que tienen sus propias versiones de las oficinas de seguridad nacional, muchas de los cuales están rastreando a los grupos extremistas locales. Vale la pena echarle un vistazo a la Oficina de Seguridad Nacional y Preparación para Emergencias de Nueva Jersey. Sus evaluaciones anuales de amenazas del terrorismo emplean un sistema codificado por colores similar al que el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos eliminó en 2011 y coloca las amenazas en tres categorías: ‘baja’, ‘moderada’ y ‘alta’.

La evaluación de la amenaza del terrorismo de 2017 reserva su más alto nivel de amenaza para los extremistas violentos domésticos (‘HVE, por sus siglas en inglés’) que son influenciados por las redes terroristas como ISIS. Esto no es único: la mayor parte de las agencias de seguridad están en alerta máxima a causa de semejantes individuos dados los recientes tiroteos y ataques con bombas en Orlando, Boston y Nueva Jersey. Pero este año, los ‘separatistas negros extremistas’ y los ‘anarquistas extremistas’ fueron subidos de la categoría de 'bajo' nivel de amenaza a la categoría de 'moderado'. Esta medida los sitúa en la misma clasificación asignada a Al-Qaida, ISIS, "supremacistas blancos extremistas", "ciudadanos soberanos extremistas" y "milicianos extremistas".

La razón indicada para subir de categoría a los anarquistas fue, de acuerdo al documento, que "el año pasado este grupo organizó y dirigió contraprotestas durante las manifestaciones de supremacía blanca e incitó a la violencia en contra de las fuerzas del orden y a protestas después de las elecciones presidenciales estadounidenses".

La elevación de la categoría de los ‘separatistas negros’ —definidos en el informe como "individuos o grupos que buscan establecer una nación independiente para las personas de ascendencia africana"— está también vinculada a las protestas de la policía. El informe lo señala así: "El año pasado, los extremistas [afroestadounidenses] mataron a ocho policías e hirieron a 17 en respuesta a lo que consideraron brutalidad policial contra cero incidentes de ese tipo en 2015".

Estas cifras parecen dramáticas hasta que se les echa un vistazo a las matemáticas. Esas muertes y lesiones fueron el resultado de tres incidentes, los cuales tienen una débil asociación con el extremismo de los separatistas afroestadounidenses.

Esos fueron los tres incidentes:

• La emboscada de Baton Rouge donde fueron asesinados tres agentes de policía y tres más resultaron heridos, el mes de julio del pasado año.
• La emboscada de Dallas ese mismo mes donde perdieron la vida cinco agentes de policía y otras 11 personas resultaron heridas.
• Un incidente que ocurrió en Phoenix el mes de septiembre del año pasado, donde un hombre afroestadounidense atropelló en su coche a un grupo de agentes de policía, hiriendo a tres de ellos.
  

Los dos afroestadounidenses responsables de los sucesos de Baton Rouge y Dallas, Gavin Long y Micah Johnson, han sido vinculados a grupos separatistas negros, aunque las conexiones son tenues. Johnson fue brevemente miembro del Nuevo Partido Pantera Negra, pero fue expulsado años antes de que lanzara su ataque. Long afirmó expresamente en un video antes de su ataque que no estaba afiliado a ningún grupo como la Nación del Islam o ISIS. Posteriormente, fue identificado como miembro de la Nación Washitaw, que es principalmente un grupo ciudadano soberano, aunque tiene inclinaciones separatistas. El incidente de Phoenix es la inclusión más curiosa, por razones que explicaré más adelante.

CityLab le solicitó a la Oficina de Seguridad Nacional de Nueva Jersey sus archivos sobre estos incidentes que muestran el papel de la ideología de los separatistas negros en estos ataques. Rosemary Martorana, la directora de la Oficina de Inteligencia, dijo que ella no comparte su metodología con el público, pero compartió recortes de prensa donde los reporteros intentaron realizar estas conexiones, aunque de manera poco convincente.

Sin embargo, algo que los atacantes tienen en común es que todos expresaron su enojo por la creciente oleada de videos de agentes de policía involucrados en muertes de afroaestadounidenses. Todos los atacantes también fueron falsamente identificados en algún momento con Black Lives Matter. La ira contra las fuerzas del orden, por supuesto, no justifica el asesinato de agentes de policía en venganza. Pero Mark Potok del SPLC dice que es "un poco exagerado" pintar las emboscadas contra la policía como producto de "separatistas negros" extremistas.

"La realidad es que [Long y Johnson] actuaron totalmente por sí solos", afirma Potok. "Estos ataques no surgieron de grupos nacionalistas negros, fueron personas mentalmente inestables. Dylann Roof leía el sitio web del Consejo de Ciudadanos Conservadores y decidió entonces que los afroestadounidenses estaban violando a las mujeres y tenían que morir. Pero no elevaríamos el nivel de la amenaza del CCC porque ellos no lo enviaron a asesinar gente. De la misma manera, el Nuevo Partido Pantera Negra no envió a estos hombres a asesinar agentes de policía".

La organización con la que Long y Johnson tenían lazos más fuertes era el ejército estadounidense. Long presuntamente sufría de un trastorno de estrés postraumático, posiblemente desarrollado desde su estancia en Irak. Entonces, ¿por qué ha habido este apuro para asociar estos agresores de policías con grupos negros?

¿Y qué hay con los supremacistas blancos?

Lo revelador del informe de Nueva Jersey es que también muestra un aumento en los ataques de supremacistas blancos en 2016. Estos constituyen, de hecho, la mayoría de ataques basados en la raza que ocurrieron el año pasado, tanto en incidentes como en número de personas muertas y heridas. Muchos de los agresores perfilados en el informe están directamente vinculados a grupos de ideología y supremacía blanca. Mientras tanto, en general, los crímenes de odio contra las personas de color han ido en ascenso, especialmente después de que Trump fue elegido, y superan con creces los incidentes basados en la raza contra los blancos. Esto fue así en 2015 también, como señala el FBI. Y, sin embargo, el nivel de evaluación de amenazas de supremacistas blancos no cambió—aparece como una amenaza ‘moderada’ en ambos años.

En la evaluación de la amenaza de Nueva Jersey, la categoría de supremacistas blancos no incluye grupos de milicias, aunque son principalmente—si bien no exclusivamente—blancos. Quizás las milicias no se suscriben a la ideología de la supremacía blanca, pero las actividades atribuidas a las milicias en el informe parecen bastante cercanas. Así lo explica el documento:

“Públicamente, los grupos de milicias extremistas se comienzan a identificar con amenazas no gubernamentales. En octubre de 2016, una milicia de Kansas conspiró para bombardear un complejo de apartamentos que albergaba una mezquita utilizada por inmigrantes somalíes. Además, en noviembre de 2016, el fundador de un grupo de milicias nacionales organizó un seminario web donde proporcionaba instrucciones sobre cómo configurar ‘zonas de eliminación’ en los vecindarios después de las elecciones presidenciales estadounidenses. Esto fue una respuesta a su anticipación de que ‘intrusos’ ‘suspenderían el proceso democrático’ o ‘legitimarían la aplicación de los poderes de emergencia y la ley marcial’. Ejemplos de ‘intrusos’ incluían grupos de derechos civiles, políticos, terroristas y basados en la raza”.

Lo que la evaluación del nivel de amenaza de Nueva Jersey sugiere, entonces, es que un puñado de incidentes vagamente atribuidos a "separatistas negros extremistas" constituyen una amenaza cada vez mayor, a pesar de que los ataques de supremacistas blancos los superan con creces.

Semejantes designaciones acarrean consecuencias, ya que definen la política de aplicación de la ley. Así lo explicó el director de la Oficina de Seguridad de Nueva Jersey Christopher Rodríguez en su informe: “Estas circunstancias exigen que la Oficina de Seguridad Nacional y Preparación para Emergencias de Nueva Jersey (NJOHSP) redoble sus esfuerzos para producir inteligencia acabada que defina la acción local, invierta más recursos y personal en alianzas estratégicas a nivel federal, estatal y local, y se involucre directamente con el público en las campañas de sensibilización que avancen el mensaje de ‘si ve algo, diga algo’”.

¿Qué sucede cuando una persona ve algo parecido a un grupo de afroestadounidenses mostrando indignación por la violencia de la policía, y luego dice algo como estas personas son terroristas?

¿Conexiones con Black Lives Matter?

Estas evaluaciones de amenaza no serían tan perjudiciales si no se produjeran durante un momento en que la ira contra la violencia policial está siendo descrita cada vez más en términos terroristas. Algunos piden que Black Lives Matter sea clasificado como una organización terrorista o un grupo de odio. Las organizaciones policiales se apropiaron de la consigna de Black Lives Matter para una serie de leyes que aumentan las penas para las acciones que se consideran antagónicas hacia la policía, incluso acciones no violentas.

Hay una denuncia civil totalmente seria que se presentó en septiembre a través del servidor de correo electrónico/ grupo conservador que defiende las conspiraciones sobre el supuesto fraude electoral Judicial Watch, y un agente de policía de Dallas, contra George Soros, Hillary Clinton, Louis Farrakhan, Al Sharpton, Barack Obama, Eric Holder, DeRay McKesson, el Nuevo Partido Pantera Negra y Black Lives Matter. Esto dice la denuncia:

“Los acusados han incitado en reiteradas ocasiones a sus partidarios y a otros a dedicarse a amenazar y a atacar para causar lesiones corporales graves o la muerte a agentes de la policía y otros encargados de hacer cumplir la ley de todas las razas y etnias, incluyendo, pero no limitado, a judíos, cristianos y caucásicos. Así, los acusados, todos y cada uno de ellos, mancomunada y solidariamente, conspirando y/o actuando de manera concertada expresamente o de otra índole, están incitando y causando lesiones graves o la muerte a agentes de policía y a otros encargados de hacer cumplir la ley de todas las razas y etnias, judíos y caucásicos”.

Este tipo de agrupación sería risible, si no fuera por las consecuencias reales. Consideremos el velado mensaje enviado a Black Lives Matter el primer día de la presidencia de Trump, cuando los funcionarios escribieron en el sitio web de la Casa Blanca: "La atmósfera peligrosa contra la policía en Estados Unidos es incorrecta. La istración Trump le pondrá fin".

Mientras tanto, la Casa Blanca no ha mencionado nada acerca de la cuantificablemente más peligrosa atmósfera contra los afroestadounidenses, los latinos, los musulmanes o las personas LGBT en Estados Unidos. Donald Trump ha dicho sólo unas pocas frases sobre ese tipo de actividad terrorista en una entrevista en el programa 60 Minutos el pasado mes de noviembre.

La persona escogida por Trump como procurador general, el senador Jeff Sessions, dice mucho más. En octubre de 2015, Sessions elogió una ley de inmigración de 1924 que tenían la misión expresa de prohibir que personas no blancas ingresaran a Estados Unidos. Sessions también recibió el premio ‘Guardián de la Flama’ en 2015 por parte del Centro para la Política de Seguridad, una organización antiinmigración que el SPLC lista como un grupo de odio.

Los inmigrantes no son el único blanco del Centro para la Política de Seguridad. El pasado mes de septiembre, la organización intentó vincular Black Lives Matter con Hamas en una publicación en un blog en su sitio web. El argumento termina con esta anécdota:

“El mismo día que salió este artículo, tres agentes de policía de Phoenix, Arizona fueron atropellados intencionalmente por un conductor negro. Israel ha estado sufriendo estos ataques de golpear y darse a la fuga en automóviles conducidos por árabes como parte de la ‘Intifada’ durante mucho tiempo. El ataque en Phoenix es una gran noticia en Estados Unidos, pero la plétora de ataques en automóviles por parte de los árabes contra civiles y la policía israelíes casi no se menciona en los medios de comunicación. La opinión del escritor es que el ataque de Phoenix es un presagio de que Black Lives Matter y Hamas compartirán las mismas tácticas como ya se mencionó en este artículo. El llamado de Hatem Bazian a una intifada en Estados Unidos sólo está comenzando. El conductor que atropelló a los agentes de policía, Marc Laquon Payne, es un seguidor del Partido Pantera Negra que es parte de la conexión BLM/Ejército de Liberación Negro/Hamas”.

El ataque de Marc Laquon Payne en Phoenix es uno de los tres incidentes de emboscadas contra policías incluidos en el informe de evaluación de amenazas de Nueva Jersey, que se clasifican como actos de terrorismo por parte de separatistas negros extremistas. Sin embargo, hay poca evidencia de que Payne fuera un ‘seguidor’ de —o afiliado a— algún grupo.

Payne hizo algunas airadas publicaciones sobre la brutalidad policial en sus cuentas de medios sociales, pero como escribió la Liga Antidifamación en un blog sobre él, "estos perfiles y publicaciones no revelan la pertenencia o afiliación a grupos específicos, más bien ilustran un gusto o iración por una variedad de causas y grupos nacionalistas negros extremistas".

Entretanto, los documentos de la corte indican que el ataque de Payne contra los agentes de policía no fue motivado por la ideología, sino por las drogas y el alcohol. "Estos intentos de responsabilizar a grupos de las acciones de tiradores solitarios están verdaderamente equivocados", dice Potok. "¿Qué habría pasado si a Payne le hubiera gustado la página de Facebook 'Trump para Presidente'? ¿Estaríamos diciendo que Trump es responsable del ataque?".

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.

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